Sábado 8 de noviembre de 1997. 18 hs. Aula 1 del ex Jóckey Club (48 e/6 y 7).
LA INFLUENCIA DEL CHE EN LA ARGENTINA.
Daniel De Santis, Graciela Daleo.
Guillermo Cieza:
Buenas tardes. Iniciamos la anteúltima clase de la Cátedra Ernesto Che Guevara. El tema de hoy es "La influencia del Che en la Argentina". Están presentes los docentes Daniel De Santis y Graciela Daleo. Es probable que contemos, también, con la presencia de Rubén Dri. Él tenía hoy una actividad en la provincia del Chaco, y prometió venir si los micros... o tenía posibilidades de llegar.
Vamos a dar comienzo a la clase de hoy, en estos primeros días de noviembre, recordando que el 7 de noviembre se cumplieron 80 años de la Revolución Rusa, una revolución que puso en marcha un experimento social formidable, que merece ser estudiado, más allá de algunos problemas conocidos y desviaciones que sufrió posteriormente.
Daniel De Santis fue militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército Revolucionario del Pueblo en los 60 y los 70. Actualmente es militante por la construcción de un partido de los trabajadores.
Buenas tardes. Iniciamos la anteúltima clase de la Cátedra Ernesto Che Guevara. El tema de hoy es "La influencia del Che en la Argentina". Están presentes los docentes Daniel De Santis y Graciela Daleo. Es probable que contemos, también, con la presencia de Rubén Dri. Él tenía hoy una actividad en la provincia del Chaco, y prometió venir si los micros... o tenía posibilidades de llegar.
Vamos a dar comienzo a la clase de hoy, en estos primeros días de noviembre, recordando que el 7 de noviembre se cumplieron 80 años de la Revolución Rusa, una revolución que puso en marcha un experimento social formidable, que merece ser estudiado, más allá de algunos problemas conocidos y desviaciones que sufrió posteriormente.
Daniel De Santis fue militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército Revolucionario del Pueblo en los 60 y los 70. Actualmente es militante por la construcción de un partido de los trabajadores.
Daniel De Santis:
Buenas tardes a todos. Muchas gracias a los compañeros de la Cátedra por la invitación y la posibilidad de expresar algunas ideas ante ustedes. Repasar el pensamiento y la acción del Che Guevara, a 30 años de su caída en combate, en un momento muy difícil para los pueblos del mundo y para las ideas que defienden los intereses de los pueblos del mundo, cobra, entonces, una importancia fundamental, para los que estamos comprometidos con una militancia práctica cotidiana, poder revalorizar estas ideas. Hemos transcurrido los años 80 y lo que va de los 90 en un proceso de permanente retroceso de las ideas revolucionarias y de las ideas del socialismo, donde conceptos que fueron acuñados en la larga trayectoria de lucha de los pueblos del mundo por el socialismo han entrado en crisis. También por esta época estamos cumpliendo, o están cumpliendo 150 años los escritos de Marx y Engels conocidos como el Manifiesto Comunista, que dieron al inicio del planteamiento del socialismo científico en el mundo. Y decía que en las décadas del 80 y del 90 conceptos como militante, partido revolucionario, cuadro político, organización de vanguardia, transformación revolucionaria de la sociedad, habían entrado en crisis y habían quedado vacíos de contenido. Y fue muy difícil durante la década del 80 y del 90 poder retomar desde el punto de vista teórico, y mucho más desde el punto de vista práctico, estos conceptos. El 30 aniversario de la caída del Che Guevara se da en un momento que nos parece a nosotros que hay un inicio de un reanimamiento tanto de la lucha popular como de un inicio o un reinicio del debate alrededor de los conceptos fundamentales de la teoría revolucionaria. Entonces, teniendo en cuenta esto, la exposición que hemos preparado para hoy se va a centrar, fundamentalmente, en cuáles fueron las ideas y la práctica desarrollada por Guevara en toda su trayectoria, y cómo esas ideas y esa práctica se fueron expresado en nuestro país.
Para hablar de la influencia del Che en la Argentina podríamos hacer una aproximación, por un lado, sus relaciones más directas; en segundo lugar, la influencia más general en el conjunto de la sociedad; y en tercer lugar, cómo sus ideas se fueron encarnando en las organizaciones revolucionarias, en la vanguardias revolucionarias que se fueron conformando en los años 60 y los 70, y qué realización tuvieron en la práctica.
En primer lugar, podemos decir que la relación más importante que tiene el Che en la Argentina es con Jorge Ricardo Masetti, un compañero que trabajaba, que su profesión era periodista. Esto lo llevó a entrevistar a los dirigentes revolucionarios, Fidel Castro, el Che Guevara, en la Sierra Maestra, realizar una serie de peripecias para poder entrevistarse con ellos, realizar el reportaje. Bueno, de esta manera Masetti se fue compenetrando con las ideas de la Revolución, fue ganado por las ideas de la Revolución. Y después de una experiencia de dos o tres años al frente de la agencia de Prensa Latina, fundada por él en La Habana, decidió llevar adelante en la Argentina un proyecto con las ideas aprendidas al calor de la Revolución Cubana. La experiencia de Masetti tuvo una, aproximadamente, una duración de un año y medio en la selva salteña. No llegó a desarrollar importantes combates pero quedó como un punto de referencia, un hito importante, como antecedente de la lucha revolucionaria y de la experiencia guerrillera en la Argentina.
Una segunda y muy importante relación que tienen los argentinos, o un argentino que se relaciona con la Revolución Cubana desde el principio, es la que tiene John William Cooke que, desde el inicio de la Revolución, se compenetra en sus ideas, apoya la Revolución, y va tratando de radicalizar y de llevar adelante estas propuestas en la Argentina. John William Cooke es el representante del conjunto de organizaciones revolucionarias que manda la Argentina a la conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, que se desarrolla en La Habana en julio-agosto de 1967, presidiendo a la delegación y expresando allí su total compromiso con la lucha por la liberación de los pueblos del mundo y por la, en particular, por la liberación y la lucha por el socialismo en América Latina. Esta relación dura hasta la muerte de ambos, el Che en el año 67 y John William Cooke, pocos meses después, en el año 1968.
La influencia que tuvo el Che en el conjunto de la sociedad argentina es muy difícil de poderla precisar, pero creo yo que no es exagerado plantear que en la juventud argentina de los años 60, y también en los 70, tuvo una profunda influencia tanto en aquellos que nos movilizábamos en forma militante por las ideas del socialismo como en el conjunto de la juventud argentina. Todos aquellos jóvenes que en los años 67, 68 recibimos la influencia del Che, que muchos leímos sus trabajos, nos fueron ganando las ideas del Che y fuimos integrando las organizaciones revolucionarias que se comenzaban a gestar en 1967, 68, 69. Primero me refería a los antecedentes de los primeros años de la década del 60, pero producto de la lucha de clases en la Argentina, de la Resistencia que se inicia en 1955 contra el golpe gorila y, sobre todo, con el salto cualitativo que se produce en la lucha de las masas argentinas a partir del Cordobazo y del Rosariazo en la Argentina, a la vanguardia revolucionaria se le plantea la tarea fundamental de ese momento, que es dar la respuesta política necesaria, que era el inicio de la lucha armada, de la lucha guerrillera en la Argentina, como una respuesta a las necesidades de la lucha política nacional, pero también una respuesta a las necesidades de la lucha política a nivel continental. Entonces, para poder precisar la influencia de las ideas del Che en la Argentina yo voy a tratar de tomar cinco, seis conceptos que creo fundamentales en la concepción de Guevara, y ver cómo estos encarnaron en nuestro país.
Un punto central que dividió aguas en la militancia de aquellos años era el planteo que tenían las distintas organizaciones acerca del papel de las burguesías nacionales, y acerca del papel de su relación con el imperialismo. El Che Guevara en esto tiene una posición muy clara que va plateando sucesivamente en distintos trabajos, cada vez con más precisión. Yo he tomado de todos los planteos de Guevara una cita que, tal vez, es la más clara con respecto a este tema. En su folleto "Táctica y estrategia de la revolución latinoamericana" él plantea: El dilema de nuestra época, en cuanto a la forma de tomar el poder, no ha escapado a la penetración de los imperialistas yanquis. Ellos también quieren "tránsito pacífico". Están de acuerdo en liquidar las viejas estructuras feudales que todavía subsisten en América, y en aliarse a la parte más avanzada de las burguesías nacionales, realizando algunas reformas fiscales, algún tipo de reforma en el régimen de tenencia de la tierra, una moderada industrialización, referida preferentemente a artículos de consumo, con tecnología y materias primas importadas de los Estados Unidos. Guevara nos plantea con claridad el papel del imperialismo y el papel de las burguesías nacionales. Después de la segunda guerra mundial surge Estados Unidos como potencia hegemónica a nivel mundial, pasando a segundo lugar las contradicciones interimperialistas, y las burguesías nacionales, o sea la burguesía industrial, plantea la industrialización de algunos países del Tercer Mundo en alianza con el imperialismo. La posición con respecto a este tema dividió aguas dentro del movimiento revolucionario en la Argentina y en el mundo. De un lado los que planteaban lo que estoy sosteniendo en este momento, estaba Guevara. Ya antes en la Argentina, en los años 46, 47 y en la década del 50, estas ideas habían sido planteadas con extraordinaria lucidez por Silvio Frondizi, tal vez el intelectual marxista más esclarecido de la Argentina, un compañero olvidado, no justamente olvidado, porque sus ideas son las que han criticado con más penetración al capitalismo y al imperialismo en nuestro país y en el mundo. Y también dentro de esta concepción se encontraban aquellos grupos políticos que no habían estado influenciados por el dogmatismo stalinista ni por la ideología del nacionalismo, en particular el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Otros compañeros veían dentro de la burguesía nacional posibilidades revolucionarias, sobre todo los compañeros que se alineaban en los partidos comunistas y en el nacionalismo revolucionario.
Hablando de nacionalismo revolucionario, que se plantea incluso en la convocatoria a la Cátedra, se plantea una integración entre nacionalismo popular revolucionario y socialismo, yo creo que esto es una integración imposible, por lo menos desde el punto de vista conceptual. Porque el nacionalismo es la ideología de la burguesía industrial en la época de su desarrollo, sobre todo en los países europeos, y también en los países dependientes. El socialismo es una ideología esencialmente transformadora del modo de producción a escala nacional y a escala mundial. Tal vez la confusión, o hay una confusión en el concepto de nacionalismo; una cosa son las tareas nacionales de la revolución, la lucha contra el imperialismo, la integración del territorio, la unidad geográfica, o sea, una serie de tareas nacionales que los revolucionarios socialistas incorporamos a la lucha, las particularidades del desarrollo de cada uno de los países, esto son tareas nacionales. Pero nacionalismo como concepto es un concepto opuesto al socialismo, opuesto al internacionalismo, que no tiene absolutamente nada que ver con la ideología y la práctica de Guevara. Guevara fue un revolucionario socialista y él plantea con absoluta claridad, y en el folleto que hemos repartido ahí en la tapa hemos puesto las dos ideas centrales de la estrategia de Guevara: o revolución socialista o caricatura de revolución, y del otro lado dice cumplir con el más sagrado de los deberes, luchar contra el imperialismo donde quiera que esté. Aparentemente serían términos contradictorios o serían términos que uno se daría primero y después el otro. Acá hay una confusión conceptual. La revolución socialista se refiere a las tareas que tiene que realizar la revolución después de la toma del poder en la etapa de la hegemonía del capitalismo en el mundo. La superación del modo de producción capitalista es reemplazarlo revolucionariamente por un modo de producción social. El tema del imperialismo es la identificación del enemigo que encarna ese modo de producción. O sea que una cosa son las tareas a realizar y otra cosa distinta es el enemigo a derrotar, y en el juego dialéctico de estos dos términos de la lucha popular hay que desarrollar la concepción estratégica de la lucha.
Otro concepto que plantea con absoluta claridad Guevara, ya referido más a la estrategia de lucha, es la necesidad de la construcción de fuerzas revolucionarias, en concreto, de fuerzas militares capaces de derrotar al ejército en combate abierto. Uno de los elementos que da es lo que decía antes: cuando las contradicciones interimperialistas han pasado a segundo plano no se pueden esperar situaciones como la de la primera o la de la segunda guerra donde, aprovechando la debilidad de las potencias imperialistas enfrentadas en estas guerras, se produjeron las revoluciones como la Revolución Rusa, o la Revolución China, o las, podríamos decir, revoluciones en el Este europeo después de la segunda guerra mundial. Entonces el Che plantea la necesidad del desarrollo de la lucha guerrillera en el territorio favorable, o sea, en el campo, en la zona montañosa, en la zona selvática, protegido del dominio de las fuerzas reaccionarias, del ejército opresor, del ejército contrarrevolucionario. Y con una correcta táctica y estrategia ir desarrollando estas fuerzas y dando pequeños combates para ir mostrando el camino y la posibilidad del triunfo revolucionario, y fortaleciendo las unidades militares, y que éstas se constituyan en fuerzas militares regulares, y poder derrotar al bastión fundamental de dominación de la clase dominante, el ejército opresor. Yo he leído unos cuantos trabajos de Guevara para hacer esta exposición. Él no habla en particular, por lo menos lo que yo he leído, de la Argentina, pero se refiere a países de concentración urbana. Uno se imagina que está pensando en la Argentina, y dice que también en estos países es posible desarrollar la construcción de una fuerza militar en las zonas rurales, y no se opone al desarrollo de la actividad de unidades guerrilleras en las ciudades y apoyando, impulsando y sosteniendo la lucha de las masas.
Hay un trabajo que nosotros también hemos traído ahí, que hemos repartido, que es el que realiza Mario Roberto Santucho en el año 68, un par de meses después de la caída de Guevara en Bolivia, donde analiza, fundamentalmente, el último trabajo donde hace un resumen de toda sus concepciones estratégicas, que es titulado "Crear dos, tres... muchos Vietnam es la consigna", también conocido con el nombre de "Mensaje a los pueblos a través de la Tricontinental". Y allí Santucho hace un análisis detallado de la estrategia mundial, continental y particular de Guevara. Guevara plantea que la lucha fundamental se da en los continentes atrasados, en Asia, África y América Latina, y desarrolla, en particular, una estrategia para América Latina, porque en su visión es el continente que más posibilidades ofrece para la creación del segundo o del tercer Vietnam, o del segundo y tercer Vietnam del mundo. Y por qué dice Vietnam y no dice Cuba. Porque Guevara comprende bien la excepcionalidad de la Revolución Cubana en un aspecto, porque él justamente escribe un folleto, dice "Cuba: ¿excepción histórica o vanguardia en la lucha contra el colonialismo?", y acá aparentemente estamos diciendo lo contrario. En su folleto, Guevara se refiere a que no es excepcional la posibilidad del triunfo de las revoluciones socialistas en América a partir de la lucha de los pueblos, sobre todo partiendo de la lucha campesina y la integración de la clase obrera en el proceso revolucionario. A lo que me estoy refiriendo, y que lo plantea con absoluta claridad Guevara, es que lo que no se puede esperar después del triunfo de la Revolución Cubana es que el imperialismo norteamericano no intervenga en aquellos países donde las fuerzas revolucionarias están cuestionando el poder. Por lo tanto, es previsible que esta guerra de liberación sea una guerra prolongada, de muchos años, muy dura, donde el pueblo, los militantes de las organizaciones revolucionarias, tendrán que realizar muchos sacrificios. Por eso pone en su consigna el ejemplo de Vietnam, no de Cuba.
Estas ideas, esta concepción, ¿dónde encuentra su realización más plena en nuestro país?. El Partido Revolucionario de los Trabajadores en el año 1968, principios del 68, realiza su IV Congreso, donde hace un repaso de la estrategia de poder de los principales revolucionarios del mundo: Marx, Engels, Lenin, Mao Tse-tung, Trotsky y Guevara o Castro, castrismo, son términos, son sinónimos, no hay ninguna diferencia entre la concepción de Guevara y la concepción de Castro, es la concepción emanada de la Revolución Cubana. Y ahí plantea con absoluta claridad la asunción total de la teoría y la práctica de la estrategia guevarista. En este sentido divide a la Argentina en dos regiones estratégicas: el norte rural, donde está asentado el campesinado pobre y el proletariado rural; y el sur urbano, donde hay una gran concentración de proletariado fabril, del proletariado industrial. En el norte se plantea la construcción, a partir del desarrollo de la lucha guerrillera, de la construcción de las fuerzas militares regulares, para poder dar los grandes combates y destruir al ejército enemigo. Y en el sur, en la zona urbana, la construcción de un fuerte partido revolucionario en el proletariado industrial, y el desarrollo de pequeñas y ágiles unidades guerrilleras que mordieran permanentemente y fueran sirviendo de apoyo a la construcción estratégica de las fuerzas militares en la zona rural. Así concebido con absoluta claridad, solamente en este caso encontramos plasmada la concepción de Guevara en la Argentina.
El Partido Revolucionario de los Trabajadores no sólo toma este aspecto de la lucha de Guevara, sino que también en el "Mensaje a los pueblos" plantea la necesidad de que los grupos en armas formen algo así como juntas de coordinación para hacer más difícil la represión de las fuerzas represivas. Tomando esta consigna de Guevara, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, que en el año 70 forma el Ejército Revolucionario del Pueblo, forma junto con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, con el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia, fundado por el propio Guevara y dirigido por los cuadros que se habían formado al lado del Che Guevara -Inti Peredo, el Chato Peredo-, y el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros de Uruguay, y el PRT-ERP de Argentina, fundan la Junta de Coordinación Revolucionaria para darle un marco, por lo menos regional, a la lucha. Ahora, toda esta concepción, dice el Che, tiene que estar dirigida al objetivo fundamental, que es la toma del poder por las fuerzas revolucionarias. Por eso es que no se puede la táctica, la estrategia de la lucha revolucionaria no puede quedar limitada a acciones, a movilizaciones de masa, a insurrecciones espontáneas, a luchas electorales, a este, digamos, a este tipo de escaramuzas de la lucha que se da permanentemente en todos los países capitalistas. Porque, producto de las contradicciones del mismo sistema capitalista, los pueblos permanentemente desarrollan lucha, pero lo que hay que plantearse es la forma de organizar fuerzas políticas y militares capaces de llegar al poder. Y un punto, también, decisivo en la estrategia de Guevara es la cuestión del internacionalismo, el internacionalismo socialista, el internacionalismo proletario, el internacionalismo de los pueblos. No se puede concebir la lucha revolucionaria por el socialismo en un solo país. En un escrito de Guevara, del año 62, él toma esta idea, que Lenin planeta, del socialismo en un solo país. Pero esto, en realidad, no es una idea de Lenin sino es una idea del stalinismo. Y esta idea del socialismo en un solo país hoy podemos ver con claridad adónde llevó al movimiento revolucionario internacional. Y el Che lo plantea con absoluta claridad. Dice que la revolución que triunfa en un país y se mete para adentro, se mete a cuidar el terreno conquistado y deja de pensar en la revolución internacional, es una revolución que se paraliza, que pierde la iniciativa y que está condenada al fracaso. Entonces, Guevara plantea que la liberación de los países es una cuestión táctica en la concepción estratégica de la revolución mundial y la derrota del imperialismo a escala mundial. En este sentido, nos dice con claridad Cuba es sólo una colina en la lucha por la revolución por el socialismo a nivel mundial.
Y otro concepto que también expone Guevara, y que nos interesa a nosotros desde el punto de vista de la acción revolucionaria, es el tema de la unidad. Pero, fiel a sí mismo, Guevara no plantea una unidad sin principios. En el "Mensaje a los argentinos" del 25 de mayo de 1962 hace un llamado a la unidad, pero un llamado a la unidad alrededor de la lucha por el socialismo. Y en el "Mensaje a los pueblos" tiene una frase donde marca en qué términos él está planteando la unidad: En nuestro mundo en lucha todo lo que sea discrepancia en torno a la táctica, método de acción por la consecución de objetivos limitados, debe analizarse en el respeto que merecen las apreciaciones ajenas. En cuanto al gran objetivo estratégico, la destrucción total del imperialismo por medio de la lucha, debemos ser intransigentes. Sinteticemos así nuestras aspiraciones de victoria: destrucción del imperialismo mediante la destrucción de su baluarte más fuerte: el dominio imperialista de los Estados Unidos de Norteamérica. Tomar como función táctica la liberación gradual de los pueblos, uno a uno o por grupos, llevando al enemigo a una lucha difícil fuera de su terreno; liquidándole sus bases de sustentación, que son sus territorios dependientes. Nada más.
Buenas tardes a todos. Muchas gracias a los compañeros de la Cátedra por la invitación y la posibilidad de expresar algunas ideas ante ustedes. Repasar el pensamiento y la acción del Che Guevara, a 30 años de su caída en combate, en un momento muy difícil para los pueblos del mundo y para las ideas que defienden los intereses de los pueblos del mundo, cobra, entonces, una importancia fundamental, para los que estamos comprometidos con una militancia práctica cotidiana, poder revalorizar estas ideas. Hemos transcurrido los años 80 y lo que va de los 90 en un proceso de permanente retroceso de las ideas revolucionarias y de las ideas del socialismo, donde conceptos que fueron acuñados en la larga trayectoria de lucha de los pueblos del mundo por el socialismo han entrado en crisis. También por esta época estamos cumpliendo, o están cumpliendo 150 años los escritos de Marx y Engels conocidos como el Manifiesto Comunista, que dieron al inicio del planteamiento del socialismo científico en el mundo. Y decía que en las décadas del 80 y del 90 conceptos como militante, partido revolucionario, cuadro político, organización de vanguardia, transformación revolucionaria de la sociedad, habían entrado en crisis y habían quedado vacíos de contenido. Y fue muy difícil durante la década del 80 y del 90 poder retomar desde el punto de vista teórico, y mucho más desde el punto de vista práctico, estos conceptos. El 30 aniversario de la caída del Che Guevara se da en un momento que nos parece a nosotros que hay un inicio de un reanimamiento tanto de la lucha popular como de un inicio o un reinicio del debate alrededor de los conceptos fundamentales de la teoría revolucionaria. Entonces, teniendo en cuenta esto, la exposición que hemos preparado para hoy se va a centrar, fundamentalmente, en cuáles fueron las ideas y la práctica desarrollada por Guevara en toda su trayectoria, y cómo esas ideas y esa práctica se fueron expresado en nuestro país.
Para hablar de la influencia del Che en la Argentina podríamos hacer una aproximación, por un lado, sus relaciones más directas; en segundo lugar, la influencia más general en el conjunto de la sociedad; y en tercer lugar, cómo sus ideas se fueron encarnando en las organizaciones revolucionarias, en la vanguardias revolucionarias que se fueron conformando en los años 60 y los 70, y qué realización tuvieron en la práctica.
En primer lugar, podemos decir que la relación más importante que tiene el Che en la Argentina es con Jorge Ricardo Masetti, un compañero que trabajaba, que su profesión era periodista. Esto lo llevó a entrevistar a los dirigentes revolucionarios, Fidel Castro, el Che Guevara, en la Sierra Maestra, realizar una serie de peripecias para poder entrevistarse con ellos, realizar el reportaje. Bueno, de esta manera Masetti se fue compenetrando con las ideas de la Revolución, fue ganado por las ideas de la Revolución. Y después de una experiencia de dos o tres años al frente de la agencia de Prensa Latina, fundada por él en La Habana, decidió llevar adelante en la Argentina un proyecto con las ideas aprendidas al calor de la Revolución Cubana. La experiencia de Masetti tuvo una, aproximadamente, una duración de un año y medio en la selva salteña. No llegó a desarrollar importantes combates pero quedó como un punto de referencia, un hito importante, como antecedente de la lucha revolucionaria y de la experiencia guerrillera en la Argentina.
Una segunda y muy importante relación que tienen los argentinos, o un argentino que se relaciona con la Revolución Cubana desde el principio, es la que tiene John William Cooke que, desde el inicio de la Revolución, se compenetra en sus ideas, apoya la Revolución, y va tratando de radicalizar y de llevar adelante estas propuestas en la Argentina. John William Cooke es el representante del conjunto de organizaciones revolucionarias que manda la Argentina a la conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, que se desarrolla en La Habana en julio-agosto de 1967, presidiendo a la delegación y expresando allí su total compromiso con la lucha por la liberación de los pueblos del mundo y por la, en particular, por la liberación y la lucha por el socialismo en América Latina. Esta relación dura hasta la muerte de ambos, el Che en el año 67 y John William Cooke, pocos meses después, en el año 1968.
La influencia que tuvo el Che en el conjunto de la sociedad argentina es muy difícil de poderla precisar, pero creo yo que no es exagerado plantear que en la juventud argentina de los años 60, y también en los 70, tuvo una profunda influencia tanto en aquellos que nos movilizábamos en forma militante por las ideas del socialismo como en el conjunto de la juventud argentina. Todos aquellos jóvenes que en los años 67, 68 recibimos la influencia del Che, que muchos leímos sus trabajos, nos fueron ganando las ideas del Che y fuimos integrando las organizaciones revolucionarias que se comenzaban a gestar en 1967, 68, 69. Primero me refería a los antecedentes de los primeros años de la década del 60, pero producto de la lucha de clases en la Argentina, de la Resistencia que se inicia en 1955 contra el golpe gorila y, sobre todo, con el salto cualitativo que se produce en la lucha de las masas argentinas a partir del Cordobazo y del Rosariazo en la Argentina, a la vanguardia revolucionaria se le plantea la tarea fundamental de ese momento, que es dar la respuesta política necesaria, que era el inicio de la lucha armada, de la lucha guerrillera en la Argentina, como una respuesta a las necesidades de la lucha política nacional, pero también una respuesta a las necesidades de la lucha política a nivel continental. Entonces, para poder precisar la influencia de las ideas del Che en la Argentina yo voy a tratar de tomar cinco, seis conceptos que creo fundamentales en la concepción de Guevara, y ver cómo estos encarnaron en nuestro país.
Un punto central que dividió aguas en la militancia de aquellos años era el planteo que tenían las distintas organizaciones acerca del papel de las burguesías nacionales, y acerca del papel de su relación con el imperialismo. El Che Guevara en esto tiene una posición muy clara que va plateando sucesivamente en distintos trabajos, cada vez con más precisión. Yo he tomado de todos los planteos de Guevara una cita que, tal vez, es la más clara con respecto a este tema. En su folleto "Táctica y estrategia de la revolución latinoamericana" él plantea: El dilema de nuestra época, en cuanto a la forma de tomar el poder, no ha escapado a la penetración de los imperialistas yanquis. Ellos también quieren "tránsito pacífico". Están de acuerdo en liquidar las viejas estructuras feudales que todavía subsisten en América, y en aliarse a la parte más avanzada de las burguesías nacionales, realizando algunas reformas fiscales, algún tipo de reforma en el régimen de tenencia de la tierra, una moderada industrialización, referida preferentemente a artículos de consumo, con tecnología y materias primas importadas de los Estados Unidos. Guevara nos plantea con claridad el papel del imperialismo y el papel de las burguesías nacionales. Después de la segunda guerra mundial surge Estados Unidos como potencia hegemónica a nivel mundial, pasando a segundo lugar las contradicciones interimperialistas, y las burguesías nacionales, o sea la burguesía industrial, plantea la industrialización de algunos países del Tercer Mundo en alianza con el imperialismo. La posición con respecto a este tema dividió aguas dentro del movimiento revolucionario en la Argentina y en el mundo. De un lado los que planteaban lo que estoy sosteniendo en este momento, estaba Guevara. Ya antes en la Argentina, en los años 46, 47 y en la década del 50, estas ideas habían sido planteadas con extraordinaria lucidez por Silvio Frondizi, tal vez el intelectual marxista más esclarecido de la Argentina, un compañero olvidado, no justamente olvidado, porque sus ideas son las que han criticado con más penetración al capitalismo y al imperialismo en nuestro país y en el mundo. Y también dentro de esta concepción se encontraban aquellos grupos políticos que no habían estado influenciados por el dogmatismo stalinista ni por la ideología del nacionalismo, en particular el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Otros compañeros veían dentro de la burguesía nacional posibilidades revolucionarias, sobre todo los compañeros que se alineaban en los partidos comunistas y en el nacionalismo revolucionario.
Hablando de nacionalismo revolucionario, que se plantea incluso en la convocatoria a la Cátedra, se plantea una integración entre nacionalismo popular revolucionario y socialismo, yo creo que esto es una integración imposible, por lo menos desde el punto de vista conceptual. Porque el nacionalismo es la ideología de la burguesía industrial en la época de su desarrollo, sobre todo en los países europeos, y también en los países dependientes. El socialismo es una ideología esencialmente transformadora del modo de producción a escala nacional y a escala mundial. Tal vez la confusión, o hay una confusión en el concepto de nacionalismo; una cosa son las tareas nacionales de la revolución, la lucha contra el imperialismo, la integración del territorio, la unidad geográfica, o sea, una serie de tareas nacionales que los revolucionarios socialistas incorporamos a la lucha, las particularidades del desarrollo de cada uno de los países, esto son tareas nacionales. Pero nacionalismo como concepto es un concepto opuesto al socialismo, opuesto al internacionalismo, que no tiene absolutamente nada que ver con la ideología y la práctica de Guevara. Guevara fue un revolucionario socialista y él plantea con absoluta claridad, y en el folleto que hemos repartido ahí en la tapa hemos puesto las dos ideas centrales de la estrategia de Guevara: o revolución socialista o caricatura de revolución, y del otro lado dice cumplir con el más sagrado de los deberes, luchar contra el imperialismo donde quiera que esté. Aparentemente serían términos contradictorios o serían términos que uno se daría primero y después el otro. Acá hay una confusión conceptual. La revolución socialista se refiere a las tareas que tiene que realizar la revolución después de la toma del poder en la etapa de la hegemonía del capitalismo en el mundo. La superación del modo de producción capitalista es reemplazarlo revolucionariamente por un modo de producción social. El tema del imperialismo es la identificación del enemigo que encarna ese modo de producción. O sea que una cosa son las tareas a realizar y otra cosa distinta es el enemigo a derrotar, y en el juego dialéctico de estos dos términos de la lucha popular hay que desarrollar la concepción estratégica de la lucha.
Otro concepto que plantea con absoluta claridad Guevara, ya referido más a la estrategia de lucha, es la necesidad de la construcción de fuerzas revolucionarias, en concreto, de fuerzas militares capaces de derrotar al ejército en combate abierto. Uno de los elementos que da es lo que decía antes: cuando las contradicciones interimperialistas han pasado a segundo plano no se pueden esperar situaciones como la de la primera o la de la segunda guerra donde, aprovechando la debilidad de las potencias imperialistas enfrentadas en estas guerras, se produjeron las revoluciones como la Revolución Rusa, o la Revolución China, o las, podríamos decir, revoluciones en el Este europeo después de la segunda guerra mundial. Entonces el Che plantea la necesidad del desarrollo de la lucha guerrillera en el territorio favorable, o sea, en el campo, en la zona montañosa, en la zona selvática, protegido del dominio de las fuerzas reaccionarias, del ejército opresor, del ejército contrarrevolucionario. Y con una correcta táctica y estrategia ir desarrollando estas fuerzas y dando pequeños combates para ir mostrando el camino y la posibilidad del triunfo revolucionario, y fortaleciendo las unidades militares, y que éstas se constituyan en fuerzas militares regulares, y poder derrotar al bastión fundamental de dominación de la clase dominante, el ejército opresor. Yo he leído unos cuantos trabajos de Guevara para hacer esta exposición. Él no habla en particular, por lo menos lo que yo he leído, de la Argentina, pero se refiere a países de concentración urbana. Uno se imagina que está pensando en la Argentina, y dice que también en estos países es posible desarrollar la construcción de una fuerza militar en las zonas rurales, y no se opone al desarrollo de la actividad de unidades guerrilleras en las ciudades y apoyando, impulsando y sosteniendo la lucha de las masas.
Hay un trabajo que nosotros también hemos traído ahí, que hemos repartido, que es el que realiza Mario Roberto Santucho en el año 68, un par de meses después de la caída de Guevara en Bolivia, donde analiza, fundamentalmente, el último trabajo donde hace un resumen de toda sus concepciones estratégicas, que es titulado "Crear dos, tres... muchos Vietnam es la consigna", también conocido con el nombre de "Mensaje a los pueblos a través de la Tricontinental". Y allí Santucho hace un análisis detallado de la estrategia mundial, continental y particular de Guevara. Guevara plantea que la lucha fundamental se da en los continentes atrasados, en Asia, África y América Latina, y desarrolla, en particular, una estrategia para América Latina, porque en su visión es el continente que más posibilidades ofrece para la creación del segundo o del tercer Vietnam, o del segundo y tercer Vietnam del mundo. Y por qué dice Vietnam y no dice Cuba. Porque Guevara comprende bien la excepcionalidad de la Revolución Cubana en un aspecto, porque él justamente escribe un folleto, dice "Cuba: ¿excepción histórica o vanguardia en la lucha contra el colonialismo?", y acá aparentemente estamos diciendo lo contrario. En su folleto, Guevara se refiere a que no es excepcional la posibilidad del triunfo de las revoluciones socialistas en América a partir de la lucha de los pueblos, sobre todo partiendo de la lucha campesina y la integración de la clase obrera en el proceso revolucionario. A lo que me estoy refiriendo, y que lo plantea con absoluta claridad Guevara, es que lo que no se puede esperar después del triunfo de la Revolución Cubana es que el imperialismo norteamericano no intervenga en aquellos países donde las fuerzas revolucionarias están cuestionando el poder. Por lo tanto, es previsible que esta guerra de liberación sea una guerra prolongada, de muchos años, muy dura, donde el pueblo, los militantes de las organizaciones revolucionarias, tendrán que realizar muchos sacrificios. Por eso pone en su consigna el ejemplo de Vietnam, no de Cuba.
Estas ideas, esta concepción, ¿dónde encuentra su realización más plena en nuestro país?. El Partido Revolucionario de los Trabajadores en el año 1968, principios del 68, realiza su IV Congreso, donde hace un repaso de la estrategia de poder de los principales revolucionarios del mundo: Marx, Engels, Lenin, Mao Tse-tung, Trotsky y Guevara o Castro, castrismo, son términos, son sinónimos, no hay ninguna diferencia entre la concepción de Guevara y la concepción de Castro, es la concepción emanada de la Revolución Cubana. Y ahí plantea con absoluta claridad la asunción total de la teoría y la práctica de la estrategia guevarista. En este sentido divide a la Argentina en dos regiones estratégicas: el norte rural, donde está asentado el campesinado pobre y el proletariado rural; y el sur urbano, donde hay una gran concentración de proletariado fabril, del proletariado industrial. En el norte se plantea la construcción, a partir del desarrollo de la lucha guerrillera, de la construcción de las fuerzas militares regulares, para poder dar los grandes combates y destruir al ejército enemigo. Y en el sur, en la zona urbana, la construcción de un fuerte partido revolucionario en el proletariado industrial, y el desarrollo de pequeñas y ágiles unidades guerrilleras que mordieran permanentemente y fueran sirviendo de apoyo a la construcción estratégica de las fuerzas militares en la zona rural. Así concebido con absoluta claridad, solamente en este caso encontramos plasmada la concepción de Guevara en la Argentina.
El Partido Revolucionario de los Trabajadores no sólo toma este aspecto de la lucha de Guevara, sino que también en el "Mensaje a los pueblos" plantea la necesidad de que los grupos en armas formen algo así como juntas de coordinación para hacer más difícil la represión de las fuerzas represivas. Tomando esta consigna de Guevara, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, que en el año 70 forma el Ejército Revolucionario del Pueblo, forma junto con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, con el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia, fundado por el propio Guevara y dirigido por los cuadros que se habían formado al lado del Che Guevara -Inti Peredo, el Chato Peredo-, y el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros de Uruguay, y el PRT-ERP de Argentina, fundan la Junta de Coordinación Revolucionaria para darle un marco, por lo menos regional, a la lucha. Ahora, toda esta concepción, dice el Che, tiene que estar dirigida al objetivo fundamental, que es la toma del poder por las fuerzas revolucionarias. Por eso es que no se puede la táctica, la estrategia de la lucha revolucionaria no puede quedar limitada a acciones, a movilizaciones de masa, a insurrecciones espontáneas, a luchas electorales, a este, digamos, a este tipo de escaramuzas de la lucha que se da permanentemente en todos los países capitalistas. Porque, producto de las contradicciones del mismo sistema capitalista, los pueblos permanentemente desarrollan lucha, pero lo que hay que plantearse es la forma de organizar fuerzas políticas y militares capaces de llegar al poder. Y un punto, también, decisivo en la estrategia de Guevara es la cuestión del internacionalismo, el internacionalismo socialista, el internacionalismo proletario, el internacionalismo de los pueblos. No se puede concebir la lucha revolucionaria por el socialismo en un solo país. En un escrito de Guevara, del año 62, él toma esta idea, que Lenin planeta, del socialismo en un solo país. Pero esto, en realidad, no es una idea de Lenin sino es una idea del stalinismo. Y esta idea del socialismo en un solo país hoy podemos ver con claridad adónde llevó al movimiento revolucionario internacional. Y el Che lo plantea con absoluta claridad. Dice que la revolución que triunfa en un país y se mete para adentro, se mete a cuidar el terreno conquistado y deja de pensar en la revolución internacional, es una revolución que se paraliza, que pierde la iniciativa y que está condenada al fracaso. Entonces, Guevara plantea que la liberación de los países es una cuestión táctica en la concepción estratégica de la revolución mundial y la derrota del imperialismo a escala mundial. En este sentido, nos dice con claridad Cuba es sólo una colina en la lucha por la revolución por el socialismo a nivel mundial.
Y otro concepto que también expone Guevara, y que nos interesa a nosotros desde el punto de vista de la acción revolucionaria, es el tema de la unidad. Pero, fiel a sí mismo, Guevara no plantea una unidad sin principios. En el "Mensaje a los argentinos" del 25 de mayo de 1962 hace un llamado a la unidad, pero un llamado a la unidad alrededor de la lucha por el socialismo. Y en el "Mensaje a los pueblos" tiene una frase donde marca en qué términos él está planteando la unidad: En nuestro mundo en lucha todo lo que sea discrepancia en torno a la táctica, método de acción por la consecución de objetivos limitados, debe analizarse en el respeto que merecen las apreciaciones ajenas. En cuanto al gran objetivo estratégico, la destrucción total del imperialismo por medio de la lucha, debemos ser intransigentes. Sinteticemos así nuestras aspiraciones de victoria: destrucción del imperialismo mediante la destrucción de su baluarte más fuerte: el dominio imperialista de los Estados Unidos de Norteamérica. Tomar como función táctica la liberación gradual de los pueblos, uno a uno o por grupos, llevando al enemigo a una lucha difícil fuera de su terreno; liquidándole sus bases de sustentación, que son sus territorios dependientes. Nada más.
G. Cieza:
Pasamos ahora a Graciela Daleo, que es militante popular ligada al peronismo revolucionario, y actualmente dirigente de la Asociación de Ex Detenidos y Desaparecidos.
Graciela Daleo:
Bueno, buenas tardes, también le agradezco a la Cátedra que me haya invitado a hacer esta exposición, esta presentación acá, entre ustedes. Parte de lo que yo pensaba que valía la pena desarrollar, en cuanto a los conceptos del Che que tuvieron arraigo y repercusión acá en la Argentina, ya los expuso Daniel, así que yo completaría algunos de esos conceptos y me referiría, fundamentalmente, a cómo algunos de esos conceptos encarnaron en la práctica de, por lo menos, un sector de las organizaciones revolucionarias en la Argentina. Daniel hizo referencia a una de las verientes, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, y yo voy a hacer referencia a la otra vertiente, que es la que tiene que ver, por ahí podemos discutir lo del nacionalismo popular revolucionario que planteaba acá el compañero, pero que, en realidad, en la década del 60 no hablábamos en términos de nacionalismo popular revolucionario estrictamente sino de intentos, sino hablándolo desde el peronismo revolucionario. Y también voy a hacer una mención, porque está una referencia hecha en el programa, a otro dirigente revolucionario latinoamericano que tuvo una gran influencia, por lo menos en este sector del que provengo yo, que es el peronismo revolucionario; me estoy refiriendo a Camilo Torres.
Con respecto a los conceptos que exponía Daniel acerca del pensamiento y de la práctica revolucionaria del Che, los que empezamos nuestra militancia en la década del 60, de alguna manera aprehendíamos esos conceptos muchas veces sin siquiera ser capaces de formularlos en términos teóricos, tal como los formuló Daniel en este momento. Con esto quiero decir que para aquellos que venimos de la militancia revolucionaria del peronismo -en el caso mío yo empecé mi militancia en el Comando Camilo Torres, que es uno de los pequeños grupos que podemos caracterizar como proto-Montoneros, o sea que después confluye, junto con otros grupos, en la constitución de la organización Montoneros en 1970-, la discusión en términos estrictamente de gran profundización teórica realmente no se daba. Pero sí cuando definíamos nuestra caracterización de la revolución, las estrategias para llevarla adelante y los objetivos para alcanzarla, en realidad estábamos utilizando y absorbiendo estos elementos teóricos, estos conceptos que Daniel describía y puntualizaba recién.
Yo haría referencia a un concepto que estaría adentro de lo que tiene que ver con la estrategia de lucha armada, que nosotros desarrollábamos en esa época y que lo inscribíamos también en el pensamiento del Che, que tiene que ver con el foquismo. Cuando digo foquismo inscripto dentro del pensamiento de la estrategia revolucionaria de la lucha armada es porque quizás algunos plantean que lo que absorbimos en Argentina como teoría foquista no es estrictamente el pensamiento del Che, sino más bien una traducción que habría hecho Debray, Regis Debray, del pensamiento del Che. Eso está en discusión de algunos, yo no tengo elementos para saldar esa discusión, pero sí les diría que cuando los militantes de los 60 nos definimos por la lucha armada, nosotros lo hacemos en el año 67, lo hacemos en base, precisamente, a interpretar, a que creíamos estar interpretando la propuesta del Che en cuanto a la consideración de cuál es el momento adecuado para desarrollar la lucha armada en los países de América Latina.
Una de las cuestiones que definíamos en ese momento era que nuestra voluntad y nuestro propósito era que Argentina no fuera el último país que se liberase. Creo que en el "Mensaje" a la Tricontinental, o en algún otro documento del Che, el Che habla de que no puede haber países que se recuesten cómodamente en esperar que los otros países de América Latina hagan su revolución para después ligarla como de rebote, no usa estas palabras, por supuesto, el Che, pero yo estoy haciendo una traducción presente de ese concepto. Cuando nosotros leímos ese material interpretamos que la referencia del Che podía ser un pensamiento con respecto a Argentina, y en algunos de los trabajos que estuve leyendo en estos días, pensando en la preparación de esta charla, el Che hizo referencia, también, medio crítica con respecto a la inmovilidad que veía en la Argentina, con respecto a asumir un compromiso revolucionario.
Cuando nosotros empezamos a pensar en esto de desarrollar la revolución en la Argentina, decía que nuestra concepción asume la visión del foco. Nosotros veíamos, herederos e hijos de la Revolución Cubana, más allá de que nuestra formación no era marxista, nosotros también apuntábamos, en ese momento, a pesar de hacer un análisis de que la Argentina es un país que tiene un componente fundamentalmente urbano, más que rural, y siguiendo las enseñanzas del Che, que el lugar más favorable para desarrollar una guerrilla en la Argentina, instalar un foco, también eran la zonas rurales. Yo les decía que acá hay una conceptualización de cuál es el momento para desarrollar la lucha revolucionaria en los distintos países, y en ese momento se traducía en cómo se conjugan las condiciones objetivas, las condiciones materiales, con las condiciones subjetivas. Las condiciones objetivas, según lo plantea el Che, según lo planteaban y seguramente lo seguiremos planteando hoy, las condiciones objetivas, o sea, la necesidad material objetiva de una revolución, en realidad en el sistema capitalista podríamos decir que están siempre dadas, porque la presencia de la explotación es lo que hace necesaria la revolución, o sea, transformar un sistema explotador en un sistema justo. Quizás el debate se da más en torno a las condiciones subjetivas. Por condiciones subjetivas podemos decir, podemos denominarla como cuáles son, cuál es el estadio de la vanguardia en determinado momento. Fundamentalmente, la condición subjetiva tiene que ver con el grado de organización popular que pueda hacerse cargo de llevar adelante este proceso. Cuando hacemos referencia a la teoría del foco, la teoría del foco lo que traduce es que la instalación de un foco, o el inicio de acciones revolucionarias decidida y encarada por un grupo, puede no necesariamente, pero ésa es la propuesta, puede precipitar en las condiciones subjetivas y objetivas, también, un desarrollo tal que permita la generalización de la lucha. Por eso, también, cuando hablamos de la teoría del foco, digamos, se la suele referir, también, como el lugar desde el que se irradia la posibilidad de la lucha, o la chispa que enciende la pradera. Este sector, este grupo del que yo provengo, iniciamos nuestra militancia desde esa concepción, que la generación de un pequeño grupo, con aspiraciones a que fuera cada vez más grande y más generalizado, se constituyera en la vanguardia de esta lucha, y que para eso tenía que empezar a operar en términos, desarrollar una guerra de guerrillas en la Argentina.
También la discusión era si sería en la zona selvática del noroeste argentino. Había ya dos experiencias que se habían desarrollado: una muy breve, que es la de los Uturuncos, en la zona de Santiago del Estero y Tucumán; y después la que hizo referencia Daniel, que es la del Ejército Guerrillero del Pueblo, que instaló el compañero Jorge Ricardo Masetti, después de haber hecho su experiencia como periodista, primero, entrevistando a Fidel, al Che y a los jefes de la Revolución en la Sierra Maestra, después como director de Prensa Latina, y también el entrenamiento que llevó adelante, precisamente, y esto sumamente conversado y charlado con el Che, de instalar un foco guerrillero en Salta. Ya según pude, confieso que hay cosas que me las enteré recién ahora, después de tantos años, la idea del Che de que fuera Argentina uno de los países, o de volver a la Argentina para desarrollar la lucha revolucionaria, según lo cuenta Fidel, es una idea que estuvo presente permanentemente en el Che, incluso lo planteó antes de que se embarcaran con rumbo a Cuba. Eso ya se lo planteó en México, que su idea era, o sea, no era que lo ponía como condición de participar en la lucha revolucionaria, o sea, no era una exigencia previa, pero sí que la voluntad de él es que una vez que se concretara la revolución en Cuba poder plantear su participación, venir a la Argentina a desarrollar la lucha revolucionaria. El comentario de Fidel fue que por supuesto le dijo que sí, faltaba tanto tiempo y no sabían qué iba a pasar. Pero bueno, el Che, tozudo y tenaz, no había olvidado esta propuesta y, entonces, en principio, esta venida de Masetti a la Argentina a desarrollar este foco tendría que ver con esto. Y tendría que ver, también, con otra idea que estaba en la cabeza del Che en esos momentos, de que los lugares adecuados, estoy hablando del año 62-63, para seguir multiplicando la lucha revolucionaria en América Latina, el otro lugar era Perú, y en ese sentido se da el apoyo de la Revolución Cubana, que se está consolidando, a los intentos revolucionarios que fundamentalmente Heraud, bueno, Hugo Blanco ya tenía instalado su grupo en la selva peruana, pero apoyar fundamentalmente desarrollando en Bolivia una estructura de retaguardia que apoyara la lucha en Perú, pero que también eso sirviera para apoyar la lucha en la Argentina. A pesar de que el Ejército Guerrillero del Pueblo y Masetti es prácticamente, sus integrantes, muchos de ellos son muertos, otros mueren de hambre, y de Masetti, por ejemplo, nunca se llega a saber qué sucedió, Masetti perseguido y acusado se pierde en el monte.
A pesar de esto, nosotros nos planteábamos que, de todos modos, creo que haciendo una transpolación exageradamente exacta de lo que había sido la Revolución Cubana, durante todo el primer año, o sea, durante el año 1967, la idea nuestra es desarrollar precisamente esta idea de instalar un foco en la zona, en ese momento pensábamos en Tucumán, pero también, a partir de algunas experiencias que habíamos tenido algunos compañeros, en la zona del noreste argentino, en la zona del Chaco santafesino, en la cuna boscosa, ésa era otra posibilidad de instalar el foco.
Pero más allá de las cuestiones geográficas, lo que a mí me parece interesante plantearles y presentar acá, ante ustedes, es cómo algunos sectores de jóvenes militantes, que la mayoría de nosotros recién hacía en esto nuestras primeras armas en la militancia, se planteaba la posibilidad de desarrollar un foco en la Argentina. Con un aditamento, y ahí podríamos pensar esto del nacionalismo popular revolucionario, desde otra vertiente, con un aditamento que es que nosotros definíamos esta estrategia para la toma del poder y la construcción del socialismo, de esa manera lo formulábamos, haciéndolo desde, teniendo como plataforma y pertenencia política al peronismo. La idea nuestra era la posibilidad de conjugar, quizás no en términos conceptuales, sinceramente no nos lo planteábamos en ese momento, de que esta conjugación del nacionalismo popular revolucionario y el guevarismo, no hablábamos en términos de marxismo, se hiciera más que desde los términos conceptuales, se hiciera desde la práctica revolucionaria. Cuando empezamos a definir estas pequeñas tareas, yo les quiero aclarar que no seríamos más de 20 ó 25, pero también pensando en cómo había sido el inicio de la Revolución Cubana, nuestra idea era los que arrancaron de México eran 60-65 y los que se instalaron en Sierra Maestra eran apenas 12, porque en medio gran parte del contingente había sido diezmado. De todos modos, no éramos solamente nosotros los que estábamos en esto. Después, digamos, el desarrollo de esos tres, cuatro años que van desde el 66-67 hasta principios de la década del 70, demostraron que había muchos, y en distintas partes del país, que estaban desarrollando propuestas similares, por ahí no iguales, algunas similares y que estaban emparentadas. Lo mismo que explica Daniel nos demostró claramente eso, más allá de que después construyéramos organizaciones políticas revolucionarias que tuvieran algunos aditamentos diferentes. En el mes de octubre del 67, así como nosotros nos planteábamos desarrollar algunas acciones que tenían que ver con prepararnos para la subida al monte, eso incluyó, por ejemplo, enviar grupos de compañeros a Cuba. Digamos, la solidaridad internacionalista de la Revolución Cubana se expresó de muchas maneras, pero una de las maneras de las que se expresó más claramente con los intentos revolucionarios en América Latina, y seguramente en el resto del mundo también, bueno, de África y de Asia, fue no solamente las enseñanzas que con su ejemplo nos daba la Revolución, sino también el entrenamiento concreto y práctico que muchos militantes revolucionarios recibieron en Cuba. Bueno, grupos de compañeros nuestros viajaron a Cuba para entrenarse con vistas a esto. En nuestro, este intento de copiar tan fielmente la Revolución Cubana, nosotros calculábamos, les digo estas primeras conversaciones son de principios del año 67, que para el año 68 ya el foco estaría instalado en algunas de las dos zonas que nosotros teníamos como hipótesis.
Paralelamente a esto, nosotros incorporamos la influencia del otro revolucionario al que hice mención, que es Camilo Torres. Incorporamos la influencia y el modelo, también la organización de la que forma parte Camilo Torres, el Ejército de Liberación Nacional de Colombia. Es un movimiento guerrillero que se instala a mediados de la década del 60 en Colombia, al cual se suma Camilo Torres. Camilo Torres, un sacerdote, sociólogo, joven de buena familia colombiana, que empieza su práctica revolucionaria, primero, desde una reflexión y un cuestionamiento del pensamiento evangélico, cuestionando lo que podía tener o lo que él veía como de reaccionario de la práctica concreta de iglesia, y eso lo conjugaba con la comprobación de la situación de miseria que él veía y vivía en su país. Camilo Torres desarrolla una práctica política muy intensa y agitativa en las ciudades colombianas, primero, hasta que, finalmente a fines del 65, se incorpora concretamente a la guerrilla rural. Colombia es un país donde, efectivamente, en esa época la composición de la población era predominantemente rural y tenía, además, otra característica, y eso también quizás explica que en la guerrilla colombiana haya habido una gran cantidad de sacerdotes y religiosos que se sumaran, que el campesinado colombiano había sido formado tradicionalmente en el pensamiento religioso, o sea, eso también provocaba una simpatía o una rápida conexión, entre otros. Pero lo concreto que el compromiso de Camilo Torres, más que un compromiso religioso, es un compromiso profundamente revolucionario. También por eso el grupo éste en el que yo inicié mi militancia se llamó Comando Camilo Torres. Camilo Torres había caído en combate el 15 de febrero de 1966, y así como parte de nuestra formación y discusión política se daba en torno a lo que eran los documentos y los mensajes del Che, también desarrollamos la discusión política, y también estratégica, en torno a lo que eran los mensajes de Camilo Torres.
El intento de estos pequeños grupos era insertar, a la vez que desarrollábamos esta idea de foco rural, empalmar eso, o que eso estuviera referenciado, precisamente por eso les hablaba del peronismo, en el movimiento peronista. La idea nuestra era que esa masa explosiva, de la cual el foco iba a ser el detonante, ésa es otra de la terminología que hacíamos referencia en ese momento, que existía una masa potencialmente explosiva, que eran las grandes masas populares hambreadas, perseguidas y explotadas, para que se volcaran masivamente a la participación revolucionaria lo que necesitaban es que hubiera un detonante. Ese detonante sería el foco o la vanguardia, que produjera esa explosión. No lo reflexionamos en ese momento así pero, paulatinamente, creo yo que puedo ubicar como momento temporal más concreto, pero que tuvo un desarrollo un poco más largo, la caída del Che en Bolivia, la muerte del Che en Bolivia es lo que puso en cuestión en estos pequeños grupos que estábamos pensando en el desarrollo de la guerrilla rural, profundamente vinculada a la lucha popular y a la lucha de masa en las ciudades, pero ésta la concepción de la instalación de un foco, es lo que pone en cuestión realmente la viabilidad o no de repetir un poco la experiencia del Che.
Por otra parte, había otros grupos que después confluyen fundamentalmente en la formación de las FAR, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que luego en 1973 se fusionarán con la organización Montoneros. Los compañeros de las FAR provenientes algunos de ellos ésta era su primera experiencia militante, otros de distintas rupturas con el Partido Comunista, también habían empezado a preparar, pero ellos directamente la preparación de estos compañeros era no para desarrollar un foco acá en la Argentina, sino para sumarse a la guerrilla que estaba llevando adelante el Che en Bolivia. La muerte del Che y la desarticulación posterior de la lucha guerrillera en Bolivia es lo que lleva a que la FAR abandone este proyecto y decida desarrollar su práctica revolucionaria ya con vistas acá en la Argentina.
Pero ya para ese momento, lo mismo en referencia a estos pequeños grupos de los que les hablaba antes, ya la idea de la instalación del foco rural es abandonada y es reemplazada por empezar a desarrollar, ya con los Tupamaros activando en Uruguay, por ejemplo, y ya dedicándonos más a la lectura de, por ejemplo, lo que había sido la lucha revolucionaria en Argelia, a desarrollar la guerrilla urbana. Cuando estoy hablando de guerrilla quisiera acá ampliar un poco más el concepto. Porque si bien en los primeros momentos guerrilla estaba, el desarrollo de la lucha revolucionaria estaba muy focalizado en pensar, o puede pensarse que está solamente focalizado en pensar en el desarrollo de la lucha armada, nosotros concebíamos a la lucha armada como uno de los instrumentos para la lucha revolucionaria. Por eso decía, habría un foco que actuaría como detonante en el monte, pero eso no era obstáculo de que acá, en las ciudades, también hubiera el desarrollo de una lucha política que acompañara y, de alguna manera, también realimentara esa lucha que se iba a estar dando en el monte. En síntesis, la lucha en el monte no la dimos, hubo compañeros que sí partieron, hicieron entrenamiento, pero que nunca, que finalmente no se llegó a instalar ningún foco en el campo, y la lucha se centró fundamentalmente en la lucha urbana. De eso más o menos deben tener un poco más de idea, o de eso podríamos hablarlo, por ahí, en las preguntas, si es que interesa.
Pero hice este desarrollo para mostrar cómo encarnaba en la década del 60 en la militancia, o los que empezamos a militar en términos revolucionarios en la Argentina, el pensamiento del Che y el ejemplo de la Revolución Cubana. Les decía que en el mes, creo, de noviembre del año 67, empezamos a sacar un pequeño periódico que se llamaba Che compañero. Esto como ese intento de juntar estas dos vertientes, la vertiente guevarista, la vertiente del Che, lo que era uno de nuestros grandes maestros, y el peronismo. Por eso el periódico se llamaba Che compañero, y su primer número tenía, no casualmente, una foto del Che y una foto de Perón. Hace poquito leí que Gillespie, en ese trabajo que hace sobre la organización Montoneros, Montoneros, Soldados de Perón, dice que cuando en el año 77 Montoneros habla de su historia como una síntesis o que resume la vertiente guevarista y la vertiente peronista, él dice que es una especie de lectura ahistórica, y que no es real. Bueno, yo en realidad me voy a permitir discutir con el académico inglés, yo creo que fue un intento, y que en la práctica eso se fue dando. No puedo decir que haya sido una síntesis acabada y que hayamos logrado conciliar ambos pensamientos, pero creo que una de las grandes riquezas que tuvo, las grandes riquezas que tuvo la militancia de los 60 y de los 70 es que en términos teóricos se daban discusiones, pero también había, quizás, cuestiones que no las saldábamos en la discusión teórica pero que en la práctica revolucionaria sí se iban resumiendo, sintetizando y desarrollando.
Bueno, lo que me gustaría ahora, después de haber hecho este pantallazo, yo había pensado, por ahí, desarrollar algunas cosas más, pero ya las planteó Daniel, así que me parece que es ocioso repetirlas, en cuanto a la visión del internacionalismo, en cuanto a la visión de las burguesías, por ejemplo. Uno de los conceptos sumamente discutidos en la década del 60 en la Argentina, entre quienes empezábamos nuestra militancia, era lo que él había referido como el papel de las burguesías nacionales. Y quizás podríamos plantear ése es uno de los puntos en los cuales el debate entre lo que se conoce como la vieja izquierda o la izquierda tradicional en la Argentina y la nueva izquierda fue marcando señales de diferencia, y también de divorcio. Precisamente, uno de los elementos teóricos que nosotros también tomamos para saldar esa discusión con la vieja izquierda es lo que nos planteaba el Che del no carácter o no existencia o agotamiento de las posibilidades de que las burguesías nacionales llevaran adelante algún proyecto incluso, ni siquiera de revolución, sino de reforma en nuestros países. Para nosotros definir que no existían burguesías nacionales porque el carácter dependiente de la Argentina hacía que las burguesías estuvieran aliadas al imperialismo, es lo que permitía, también, definir y cuestionar esta idea de la revolución por etapas, que era un planteo tradicional, por ejemplo, del Partido Comunista en la Argentina.
Les marcaba esto, también, porque quizás otra de las notas de la década del 60 en nuestro país es esto, el surgimiento de nuevas izquierdas que, si bien tomaban, como en el caso del Partido Revolucionario de los Trabajadores, los conceptos y la elaboración del marxismo para cuestionar, precisamente, los planteos que hacía la izquierda tradicional, desde otras vertientes no marxistas también existía ese cuestionamiento al pensamiento de izquierda tradicional, y que intentaba ir más adelante e incorporarse a la lucha revolucionaria desde otros posicionamientos.
Yo voy a terminar mi exposición ahora, simplemente haciéndoles una, me gustaría leer un par de párrafos, más que del contenido de cómo construía, ahora me voy a referir a Camilo Torres, cómo construía parte de su discurso. Y es con respecto a lo que un guerrillero que inició su militancia revolucionaria con él cuenta de cómo Camilo Torres trabajaba los discursos que decía. Este guerrillero dice: A poco de incorporarse a la guerrilla, Camilo, él quiso lanzar como una proclama para anunciarlo al pueblo colombiano. Y fíjense, esa proclama que uno lee en los libros la hicimos entre todos, como él hacía las cosas. Estábamos en el cerro de los Andes 35, 40 compañeros, y reunió a todo el campamento, y les preguntó: A ver, ¿por qué piensan ustedes que estoy yo aquí?. Y cada uno iba diciendo que tal cosa, que tal otra, que ta, ta, ta. Él iba escuchando, iba sacando, leía un párrafo y nos preguntaba: ¿Están de acuerdo todos?. Sí. Bueno, ya está la primer idea, ahora va la segunda. Y así surge la proclama de Camilo convocando al pueblo colombiano, al campesinado, a la revolución. Me pareció interesante, para mí fue un descubrimiento saber que lo habían construido de esa manera, pero creo que también nos abre un panorama de la riqueza de cómo en la década del 60 los nuevos revolucionarios, herederos de las revoluciones antiguas, iban buscando nuevas formas para insertarse en la lucha popular y llevarla adelante.
Pasamos ahora a Graciela Daleo, que es militante popular ligada al peronismo revolucionario, y actualmente dirigente de la Asociación de Ex Detenidos y Desaparecidos.
Graciela Daleo:
Bueno, buenas tardes, también le agradezco a la Cátedra que me haya invitado a hacer esta exposición, esta presentación acá, entre ustedes. Parte de lo que yo pensaba que valía la pena desarrollar, en cuanto a los conceptos del Che que tuvieron arraigo y repercusión acá en la Argentina, ya los expuso Daniel, así que yo completaría algunos de esos conceptos y me referiría, fundamentalmente, a cómo algunos de esos conceptos encarnaron en la práctica de, por lo menos, un sector de las organizaciones revolucionarias en la Argentina. Daniel hizo referencia a una de las verientes, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, y yo voy a hacer referencia a la otra vertiente, que es la que tiene que ver, por ahí podemos discutir lo del nacionalismo popular revolucionario que planteaba acá el compañero, pero que, en realidad, en la década del 60 no hablábamos en términos de nacionalismo popular revolucionario estrictamente sino de intentos, sino hablándolo desde el peronismo revolucionario. Y también voy a hacer una mención, porque está una referencia hecha en el programa, a otro dirigente revolucionario latinoamericano que tuvo una gran influencia, por lo menos en este sector del que provengo yo, que es el peronismo revolucionario; me estoy refiriendo a Camilo Torres.
Con respecto a los conceptos que exponía Daniel acerca del pensamiento y de la práctica revolucionaria del Che, los que empezamos nuestra militancia en la década del 60, de alguna manera aprehendíamos esos conceptos muchas veces sin siquiera ser capaces de formularlos en términos teóricos, tal como los formuló Daniel en este momento. Con esto quiero decir que para aquellos que venimos de la militancia revolucionaria del peronismo -en el caso mío yo empecé mi militancia en el Comando Camilo Torres, que es uno de los pequeños grupos que podemos caracterizar como proto-Montoneros, o sea que después confluye, junto con otros grupos, en la constitución de la organización Montoneros en 1970-, la discusión en términos estrictamente de gran profundización teórica realmente no se daba. Pero sí cuando definíamos nuestra caracterización de la revolución, las estrategias para llevarla adelante y los objetivos para alcanzarla, en realidad estábamos utilizando y absorbiendo estos elementos teóricos, estos conceptos que Daniel describía y puntualizaba recién.
Yo haría referencia a un concepto que estaría adentro de lo que tiene que ver con la estrategia de lucha armada, que nosotros desarrollábamos en esa época y que lo inscribíamos también en el pensamiento del Che, que tiene que ver con el foquismo. Cuando digo foquismo inscripto dentro del pensamiento de la estrategia revolucionaria de la lucha armada es porque quizás algunos plantean que lo que absorbimos en Argentina como teoría foquista no es estrictamente el pensamiento del Che, sino más bien una traducción que habría hecho Debray, Regis Debray, del pensamiento del Che. Eso está en discusión de algunos, yo no tengo elementos para saldar esa discusión, pero sí les diría que cuando los militantes de los 60 nos definimos por la lucha armada, nosotros lo hacemos en el año 67, lo hacemos en base, precisamente, a interpretar, a que creíamos estar interpretando la propuesta del Che en cuanto a la consideración de cuál es el momento adecuado para desarrollar la lucha armada en los países de América Latina.
Una de las cuestiones que definíamos en ese momento era que nuestra voluntad y nuestro propósito era que Argentina no fuera el último país que se liberase. Creo que en el "Mensaje" a la Tricontinental, o en algún otro documento del Che, el Che habla de que no puede haber países que se recuesten cómodamente en esperar que los otros países de América Latina hagan su revolución para después ligarla como de rebote, no usa estas palabras, por supuesto, el Che, pero yo estoy haciendo una traducción presente de ese concepto. Cuando nosotros leímos ese material interpretamos que la referencia del Che podía ser un pensamiento con respecto a Argentina, y en algunos de los trabajos que estuve leyendo en estos días, pensando en la preparación de esta charla, el Che hizo referencia, también, medio crítica con respecto a la inmovilidad que veía en la Argentina, con respecto a asumir un compromiso revolucionario.
Cuando nosotros empezamos a pensar en esto de desarrollar la revolución en la Argentina, decía que nuestra concepción asume la visión del foco. Nosotros veíamos, herederos e hijos de la Revolución Cubana, más allá de que nuestra formación no era marxista, nosotros también apuntábamos, en ese momento, a pesar de hacer un análisis de que la Argentina es un país que tiene un componente fundamentalmente urbano, más que rural, y siguiendo las enseñanzas del Che, que el lugar más favorable para desarrollar una guerrilla en la Argentina, instalar un foco, también eran la zonas rurales. Yo les decía que acá hay una conceptualización de cuál es el momento para desarrollar la lucha revolucionaria en los distintos países, y en ese momento se traducía en cómo se conjugan las condiciones objetivas, las condiciones materiales, con las condiciones subjetivas. Las condiciones objetivas, según lo plantea el Che, según lo planteaban y seguramente lo seguiremos planteando hoy, las condiciones objetivas, o sea, la necesidad material objetiva de una revolución, en realidad en el sistema capitalista podríamos decir que están siempre dadas, porque la presencia de la explotación es lo que hace necesaria la revolución, o sea, transformar un sistema explotador en un sistema justo. Quizás el debate se da más en torno a las condiciones subjetivas. Por condiciones subjetivas podemos decir, podemos denominarla como cuáles son, cuál es el estadio de la vanguardia en determinado momento. Fundamentalmente, la condición subjetiva tiene que ver con el grado de organización popular que pueda hacerse cargo de llevar adelante este proceso. Cuando hacemos referencia a la teoría del foco, la teoría del foco lo que traduce es que la instalación de un foco, o el inicio de acciones revolucionarias decidida y encarada por un grupo, puede no necesariamente, pero ésa es la propuesta, puede precipitar en las condiciones subjetivas y objetivas, también, un desarrollo tal que permita la generalización de la lucha. Por eso, también, cuando hablamos de la teoría del foco, digamos, se la suele referir, también, como el lugar desde el que se irradia la posibilidad de la lucha, o la chispa que enciende la pradera. Este sector, este grupo del que yo provengo, iniciamos nuestra militancia desde esa concepción, que la generación de un pequeño grupo, con aspiraciones a que fuera cada vez más grande y más generalizado, se constituyera en la vanguardia de esta lucha, y que para eso tenía que empezar a operar en términos, desarrollar una guerra de guerrillas en la Argentina.
También la discusión era si sería en la zona selvática del noroeste argentino. Había ya dos experiencias que se habían desarrollado: una muy breve, que es la de los Uturuncos, en la zona de Santiago del Estero y Tucumán; y después la que hizo referencia Daniel, que es la del Ejército Guerrillero del Pueblo, que instaló el compañero Jorge Ricardo Masetti, después de haber hecho su experiencia como periodista, primero, entrevistando a Fidel, al Che y a los jefes de la Revolución en la Sierra Maestra, después como director de Prensa Latina, y también el entrenamiento que llevó adelante, precisamente, y esto sumamente conversado y charlado con el Che, de instalar un foco guerrillero en Salta. Ya según pude, confieso que hay cosas que me las enteré recién ahora, después de tantos años, la idea del Che de que fuera Argentina uno de los países, o de volver a la Argentina para desarrollar la lucha revolucionaria, según lo cuenta Fidel, es una idea que estuvo presente permanentemente en el Che, incluso lo planteó antes de que se embarcaran con rumbo a Cuba. Eso ya se lo planteó en México, que su idea era, o sea, no era que lo ponía como condición de participar en la lucha revolucionaria, o sea, no era una exigencia previa, pero sí que la voluntad de él es que una vez que se concretara la revolución en Cuba poder plantear su participación, venir a la Argentina a desarrollar la lucha revolucionaria. El comentario de Fidel fue que por supuesto le dijo que sí, faltaba tanto tiempo y no sabían qué iba a pasar. Pero bueno, el Che, tozudo y tenaz, no había olvidado esta propuesta y, entonces, en principio, esta venida de Masetti a la Argentina a desarrollar este foco tendría que ver con esto. Y tendría que ver, también, con otra idea que estaba en la cabeza del Che en esos momentos, de que los lugares adecuados, estoy hablando del año 62-63, para seguir multiplicando la lucha revolucionaria en América Latina, el otro lugar era Perú, y en ese sentido se da el apoyo de la Revolución Cubana, que se está consolidando, a los intentos revolucionarios que fundamentalmente Heraud, bueno, Hugo Blanco ya tenía instalado su grupo en la selva peruana, pero apoyar fundamentalmente desarrollando en Bolivia una estructura de retaguardia que apoyara la lucha en Perú, pero que también eso sirviera para apoyar la lucha en la Argentina. A pesar de que el Ejército Guerrillero del Pueblo y Masetti es prácticamente, sus integrantes, muchos de ellos son muertos, otros mueren de hambre, y de Masetti, por ejemplo, nunca se llega a saber qué sucedió, Masetti perseguido y acusado se pierde en el monte.
A pesar de esto, nosotros nos planteábamos que, de todos modos, creo que haciendo una transpolación exageradamente exacta de lo que había sido la Revolución Cubana, durante todo el primer año, o sea, durante el año 1967, la idea nuestra es desarrollar precisamente esta idea de instalar un foco en la zona, en ese momento pensábamos en Tucumán, pero también, a partir de algunas experiencias que habíamos tenido algunos compañeros, en la zona del noreste argentino, en la zona del Chaco santafesino, en la cuna boscosa, ésa era otra posibilidad de instalar el foco.
Pero más allá de las cuestiones geográficas, lo que a mí me parece interesante plantearles y presentar acá, ante ustedes, es cómo algunos sectores de jóvenes militantes, que la mayoría de nosotros recién hacía en esto nuestras primeras armas en la militancia, se planteaba la posibilidad de desarrollar un foco en la Argentina. Con un aditamento, y ahí podríamos pensar esto del nacionalismo popular revolucionario, desde otra vertiente, con un aditamento que es que nosotros definíamos esta estrategia para la toma del poder y la construcción del socialismo, de esa manera lo formulábamos, haciéndolo desde, teniendo como plataforma y pertenencia política al peronismo. La idea nuestra era la posibilidad de conjugar, quizás no en términos conceptuales, sinceramente no nos lo planteábamos en ese momento, de que esta conjugación del nacionalismo popular revolucionario y el guevarismo, no hablábamos en términos de marxismo, se hiciera más que desde los términos conceptuales, se hiciera desde la práctica revolucionaria. Cuando empezamos a definir estas pequeñas tareas, yo les quiero aclarar que no seríamos más de 20 ó 25, pero también pensando en cómo había sido el inicio de la Revolución Cubana, nuestra idea era los que arrancaron de México eran 60-65 y los que se instalaron en Sierra Maestra eran apenas 12, porque en medio gran parte del contingente había sido diezmado. De todos modos, no éramos solamente nosotros los que estábamos en esto. Después, digamos, el desarrollo de esos tres, cuatro años que van desde el 66-67 hasta principios de la década del 70, demostraron que había muchos, y en distintas partes del país, que estaban desarrollando propuestas similares, por ahí no iguales, algunas similares y que estaban emparentadas. Lo mismo que explica Daniel nos demostró claramente eso, más allá de que después construyéramos organizaciones políticas revolucionarias que tuvieran algunos aditamentos diferentes. En el mes de octubre del 67, así como nosotros nos planteábamos desarrollar algunas acciones que tenían que ver con prepararnos para la subida al monte, eso incluyó, por ejemplo, enviar grupos de compañeros a Cuba. Digamos, la solidaridad internacionalista de la Revolución Cubana se expresó de muchas maneras, pero una de las maneras de las que se expresó más claramente con los intentos revolucionarios en América Latina, y seguramente en el resto del mundo también, bueno, de África y de Asia, fue no solamente las enseñanzas que con su ejemplo nos daba la Revolución, sino también el entrenamiento concreto y práctico que muchos militantes revolucionarios recibieron en Cuba. Bueno, grupos de compañeros nuestros viajaron a Cuba para entrenarse con vistas a esto. En nuestro, este intento de copiar tan fielmente la Revolución Cubana, nosotros calculábamos, les digo estas primeras conversaciones son de principios del año 67, que para el año 68 ya el foco estaría instalado en algunas de las dos zonas que nosotros teníamos como hipótesis.
Paralelamente a esto, nosotros incorporamos la influencia del otro revolucionario al que hice mención, que es Camilo Torres. Incorporamos la influencia y el modelo, también la organización de la que forma parte Camilo Torres, el Ejército de Liberación Nacional de Colombia. Es un movimiento guerrillero que se instala a mediados de la década del 60 en Colombia, al cual se suma Camilo Torres. Camilo Torres, un sacerdote, sociólogo, joven de buena familia colombiana, que empieza su práctica revolucionaria, primero, desde una reflexión y un cuestionamiento del pensamiento evangélico, cuestionando lo que podía tener o lo que él veía como de reaccionario de la práctica concreta de iglesia, y eso lo conjugaba con la comprobación de la situación de miseria que él veía y vivía en su país. Camilo Torres desarrolla una práctica política muy intensa y agitativa en las ciudades colombianas, primero, hasta que, finalmente a fines del 65, se incorpora concretamente a la guerrilla rural. Colombia es un país donde, efectivamente, en esa época la composición de la población era predominantemente rural y tenía, además, otra característica, y eso también quizás explica que en la guerrilla colombiana haya habido una gran cantidad de sacerdotes y religiosos que se sumaran, que el campesinado colombiano había sido formado tradicionalmente en el pensamiento religioso, o sea, eso también provocaba una simpatía o una rápida conexión, entre otros. Pero lo concreto que el compromiso de Camilo Torres, más que un compromiso religioso, es un compromiso profundamente revolucionario. También por eso el grupo éste en el que yo inicié mi militancia se llamó Comando Camilo Torres. Camilo Torres había caído en combate el 15 de febrero de 1966, y así como parte de nuestra formación y discusión política se daba en torno a lo que eran los documentos y los mensajes del Che, también desarrollamos la discusión política, y también estratégica, en torno a lo que eran los mensajes de Camilo Torres.
El intento de estos pequeños grupos era insertar, a la vez que desarrollábamos esta idea de foco rural, empalmar eso, o que eso estuviera referenciado, precisamente por eso les hablaba del peronismo, en el movimiento peronista. La idea nuestra era que esa masa explosiva, de la cual el foco iba a ser el detonante, ésa es otra de la terminología que hacíamos referencia en ese momento, que existía una masa potencialmente explosiva, que eran las grandes masas populares hambreadas, perseguidas y explotadas, para que se volcaran masivamente a la participación revolucionaria lo que necesitaban es que hubiera un detonante. Ese detonante sería el foco o la vanguardia, que produjera esa explosión. No lo reflexionamos en ese momento así pero, paulatinamente, creo yo que puedo ubicar como momento temporal más concreto, pero que tuvo un desarrollo un poco más largo, la caída del Che en Bolivia, la muerte del Che en Bolivia es lo que puso en cuestión en estos pequeños grupos que estábamos pensando en el desarrollo de la guerrilla rural, profundamente vinculada a la lucha popular y a la lucha de masa en las ciudades, pero ésta la concepción de la instalación de un foco, es lo que pone en cuestión realmente la viabilidad o no de repetir un poco la experiencia del Che.
Por otra parte, había otros grupos que después confluyen fundamentalmente en la formación de las FAR, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que luego en 1973 se fusionarán con la organización Montoneros. Los compañeros de las FAR provenientes algunos de ellos ésta era su primera experiencia militante, otros de distintas rupturas con el Partido Comunista, también habían empezado a preparar, pero ellos directamente la preparación de estos compañeros era no para desarrollar un foco acá en la Argentina, sino para sumarse a la guerrilla que estaba llevando adelante el Che en Bolivia. La muerte del Che y la desarticulación posterior de la lucha guerrillera en Bolivia es lo que lleva a que la FAR abandone este proyecto y decida desarrollar su práctica revolucionaria ya con vistas acá en la Argentina.
Pero ya para ese momento, lo mismo en referencia a estos pequeños grupos de los que les hablaba antes, ya la idea de la instalación del foco rural es abandonada y es reemplazada por empezar a desarrollar, ya con los Tupamaros activando en Uruguay, por ejemplo, y ya dedicándonos más a la lectura de, por ejemplo, lo que había sido la lucha revolucionaria en Argelia, a desarrollar la guerrilla urbana. Cuando estoy hablando de guerrilla quisiera acá ampliar un poco más el concepto. Porque si bien en los primeros momentos guerrilla estaba, el desarrollo de la lucha revolucionaria estaba muy focalizado en pensar, o puede pensarse que está solamente focalizado en pensar en el desarrollo de la lucha armada, nosotros concebíamos a la lucha armada como uno de los instrumentos para la lucha revolucionaria. Por eso decía, habría un foco que actuaría como detonante en el monte, pero eso no era obstáculo de que acá, en las ciudades, también hubiera el desarrollo de una lucha política que acompañara y, de alguna manera, también realimentara esa lucha que se iba a estar dando en el monte. En síntesis, la lucha en el monte no la dimos, hubo compañeros que sí partieron, hicieron entrenamiento, pero que nunca, que finalmente no se llegó a instalar ningún foco en el campo, y la lucha se centró fundamentalmente en la lucha urbana. De eso más o menos deben tener un poco más de idea, o de eso podríamos hablarlo, por ahí, en las preguntas, si es que interesa.
Pero hice este desarrollo para mostrar cómo encarnaba en la década del 60 en la militancia, o los que empezamos a militar en términos revolucionarios en la Argentina, el pensamiento del Che y el ejemplo de la Revolución Cubana. Les decía que en el mes, creo, de noviembre del año 67, empezamos a sacar un pequeño periódico que se llamaba Che compañero. Esto como ese intento de juntar estas dos vertientes, la vertiente guevarista, la vertiente del Che, lo que era uno de nuestros grandes maestros, y el peronismo. Por eso el periódico se llamaba Che compañero, y su primer número tenía, no casualmente, una foto del Che y una foto de Perón. Hace poquito leí que Gillespie, en ese trabajo que hace sobre la organización Montoneros, Montoneros, Soldados de Perón, dice que cuando en el año 77 Montoneros habla de su historia como una síntesis o que resume la vertiente guevarista y la vertiente peronista, él dice que es una especie de lectura ahistórica, y que no es real. Bueno, yo en realidad me voy a permitir discutir con el académico inglés, yo creo que fue un intento, y que en la práctica eso se fue dando. No puedo decir que haya sido una síntesis acabada y que hayamos logrado conciliar ambos pensamientos, pero creo que una de las grandes riquezas que tuvo, las grandes riquezas que tuvo la militancia de los 60 y de los 70 es que en términos teóricos se daban discusiones, pero también había, quizás, cuestiones que no las saldábamos en la discusión teórica pero que en la práctica revolucionaria sí se iban resumiendo, sintetizando y desarrollando.
Bueno, lo que me gustaría ahora, después de haber hecho este pantallazo, yo había pensado, por ahí, desarrollar algunas cosas más, pero ya las planteó Daniel, así que me parece que es ocioso repetirlas, en cuanto a la visión del internacionalismo, en cuanto a la visión de las burguesías, por ejemplo. Uno de los conceptos sumamente discutidos en la década del 60 en la Argentina, entre quienes empezábamos nuestra militancia, era lo que él había referido como el papel de las burguesías nacionales. Y quizás podríamos plantear ése es uno de los puntos en los cuales el debate entre lo que se conoce como la vieja izquierda o la izquierda tradicional en la Argentina y la nueva izquierda fue marcando señales de diferencia, y también de divorcio. Precisamente, uno de los elementos teóricos que nosotros también tomamos para saldar esa discusión con la vieja izquierda es lo que nos planteaba el Che del no carácter o no existencia o agotamiento de las posibilidades de que las burguesías nacionales llevaran adelante algún proyecto incluso, ni siquiera de revolución, sino de reforma en nuestros países. Para nosotros definir que no existían burguesías nacionales porque el carácter dependiente de la Argentina hacía que las burguesías estuvieran aliadas al imperialismo, es lo que permitía, también, definir y cuestionar esta idea de la revolución por etapas, que era un planteo tradicional, por ejemplo, del Partido Comunista en la Argentina.
Les marcaba esto, también, porque quizás otra de las notas de la década del 60 en nuestro país es esto, el surgimiento de nuevas izquierdas que, si bien tomaban, como en el caso del Partido Revolucionario de los Trabajadores, los conceptos y la elaboración del marxismo para cuestionar, precisamente, los planteos que hacía la izquierda tradicional, desde otras vertientes no marxistas también existía ese cuestionamiento al pensamiento de izquierda tradicional, y que intentaba ir más adelante e incorporarse a la lucha revolucionaria desde otros posicionamientos.
Yo voy a terminar mi exposición ahora, simplemente haciéndoles una, me gustaría leer un par de párrafos, más que del contenido de cómo construía, ahora me voy a referir a Camilo Torres, cómo construía parte de su discurso. Y es con respecto a lo que un guerrillero que inició su militancia revolucionaria con él cuenta de cómo Camilo Torres trabajaba los discursos que decía. Este guerrillero dice: A poco de incorporarse a la guerrilla, Camilo, él quiso lanzar como una proclama para anunciarlo al pueblo colombiano. Y fíjense, esa proclama que uno lee en los libros la hicimos entre todos, como él hacía las cosas. Estábamos en el cerro de los Andes 35, 40 compañeros, y reunió a todo el campamento, y les preguntó: A ver, ¿por qué piensan ustedes que estoy yo aquí?. Y cada uno iba diciendo que tal cosa, que tal otra, que ta, ta, ta. Él iba escuchando, iba sacando, leía un párrafo y nos preguntaba: ¿Están de acuerdo todos?. Sí. Bueno, ya está la primer idea, ahora va la segunda. Y así surge la proclama de Camilo convocando al pueblo colombiano, al campesinado, a la revolución. Me pareció interesante, para mí fue un descubrimiento saber que lo habían construido de esa manera, pero creo que también nos abre un panorama de la riqueza de cómo en la década del 60 los nuevos revolucionarios, herederos de las revoluciones antiguas, iban buscando nuevas formas para insertarse en la lucha popular y llevarla adelante.
G. Cieza:
Antes de pasar a las preguntas yo voy a meter un poco la cuchara diciendo, salvando un olvido, hablando de los grupos iniciales, las experiencias guerrilleras iniciales, porque es una experiencia que, aún frustrada, tiene que ver con nuestra zona. Me refiero concretamente al intento foquista frustrado que protagonizó un grupo liderado por el Vasco Bengochea. Éste era un grupo de compañeros, la mayoría de Berisso, activistas de los frigoríficos. Bengochea era un hombre que venía del PRT, del viejo PRT, del grupo de Nahuel Moreno, que se había planteado una política de entrismo dentro del peronismo. Y tiene que ver el Vasco con la formación de las agrupaciones obreras peronistas que iniciaron los procesos de recuperación sindical acá en la zona. Con posterioridad al ascenso del vandorismo y a la entrega de los sindicatos, primero la entrega de los sindicatos en el gobierno de Frondizi, después el ascenso del vandorismo, casi todos esos activistas sindicales que habían dado toda esa lucha quedan despedidos. El vandorismo los conocía y fue realmente mortal para esos activistas sindicales. En ese momento también se dan las elecciones, las elecciones de Framini-Anglada, y las elecciones, a pesar de que las gana el peronismo, se anulan las elecciones. En ese momento de confusión, que realmente no se sabía por dónde pelear, por el lado del movimiento obrero el vandorismo parecía como una tapa de cemento, realmente, por donde no se podía avanzar, donde acá en la zona se habían perdido las huelgas del 60 y del 62 en la carne, en el 59 la huelga de Astilleros, en ese momento el Vasco va a Cuba y se encuentra con la Revolución. Y participa del lado del ejército cubano, junto al pueblo cubano, frente a la invasión de Bahía de los Cochinos. Y ustedes observen en la gente en que confía Cuba, en la gente en que confía Guevara: en Cooke, en Bengochea, en Masetti. Los tres se quedaron a pelear en la Bahía de los Cochinos. Muchos de los argentinos que habían ido a conocer la Revolución buscaban aviones para disparar. Entonces, buscaron fundamentalmente apoyos en gente que mostraba en los hechos que estaba convencido de que quería hacer una revolución, y estaba convencido de defender una revolución.
El grupo Bengochea, que se forma fundamentalmente a partir de estos activistas obreros de Berisso, al final no puede concretarse porque hay una explosión en la calle Posadas, en el año 64, donde muere Ángel Bengochea y algunos otros compañeros. De ese grupo, uno de los sobrevivientes es Amanda Peralta y Enrique Ardetti. Algunos de esos compañeros, Amanda Peralta y Enrique Ardetti participan de la experiencia de Taco Ralo en el año 68, otro foco rural frustrado. Y la mayoría de los compañeros, todos los compañeros de Taco Ralo son detenidos, con excepción de Enrique Ardetti y su compañera, y ellos son fundadores, después, de una nueva organización peronista, que son las Fuerzas Armadas Peronistas.
Yo quería hacer mención a este aspecto porque nos toca localmente y, además, porque es una de las cosas que desmiente algo que muchas veces, una visión que hubo sobre la guerrilla que, sobre todo, se difundió en la época posterior al 83, digamos, creo que tuvo que ver un poco con el alfonsinismo. Es decir, se asociaba a la guerrilla, que algunos otros grupos de izquierda también se prendieron en esa visión, se asociaba a la guerrilla como una conexión de la experiencia cubana con la radicalización de la pequeña burguesía. En general, en el surgimiento de la guerrilla es mucho más complejo y tuvo que ver también con un estado del activismo obrero en ese momento. Y esa experiencia de Bengochea y del grupo de estos activistas de los frigoríficos tiene, además, sus correlatos con otros grupos. El núcleo duro de la CGT de los Argentinos también se incorpora a la guerrilla, y núcleos duros muy importantes del monte, de los cañeros tucumanos, se incorporan a la guerrilla, fundamentalmente al Ejército Revolucionario del Pueblo. Esto me parece que un análisis a fondo de estas cuestiones, de un estudio a fondo de estas cuestiones, permite analizar mejor cuál fue el origen social y el origen político de los movimientos guerrilleros en la Argentina. Quería agregar esto.
Bueno, ahora sí pasamos a las preguntas. Tenemos la primera pregunta, para Daniel De Santis. Dice: A su entender, si la toma del poder no se lograría en un tránsito pacífico, ¿por qué y para qué se presentan los partidos políticos revolucionarios argentinos a elecciones, votaciones, entre comillas, burguesas?. A Daniel.
Antes de pasar a las preguntas yo voy a meter un poco la cuchara diciendo, salvando un olvido, hablando de los grupos iniciales, las experiencias guerrilleras iniciales, porque es una experiencia que, aún frustrada, tiene que ver con nuestra zona. Me refiero concretamente al intento foquista frustrado que protagonizó un grupo liderado por el Vasco Bengochea. Éste era un grupo de compañeros, la mayoría de Berisso, activistas de los frigoríficos. Bengochea era un hombre que venía del PRT, del viejo PRT, del grupo de Nahuel Moreno, que se había planteado una política de entrismo dentro del peronismo. Y tiene que ver el Vasco con la formación de las agrupaciones obreras peronistas que iniciaron los procesos de recuperación sindical acá en la zona. Con posterioridad al ascenso del vandorismo y a la entrega de los sindicatos, primero la entrega de los sindicatos en el gobierno de Frondizi, después el ascenso del vandorismo, casi todos esos activistas sindicales que habían dado toda esa lucha quedan despedidos. El vandorismo los conocía y fue realmente mortal para esos activistas sindicales. En ese momento también se dan las elecciones, las elecciones de Framini-Anglada, y las elecciones, a pesar de que las gana el peronismo, se anulan las elecciones. En ese momento de confusión, que realmente no se sabía por dónde pelear, por el lado del movimiento obrero el vandorismo parecía como una tapa de cemento, realmente, por donde no se podía avanzar, donde acá en la zona se habían perdido las huelgas del 60 y del 62 en la carne, en el 59 la huelga de Astilleros, en ese momento el Vasco va a Cuba y se encuentra con la Revolución. Y participa del lado del ejército cubano, junto al pueblo cubano, frente a la invasión de Bahía de los Cochinos. Y ustedes observen en la gente en que confía Cuba, en la gente en que confía Guevara: en Cooke, en Bengochea, en Masetti. Los tres se quedaron a pelear en la Bahía de los Cochinos. Muchos de los argentinos que habían ido a conocer la Revolución buscaban aviones para disparar. Entonces, buscaron fundamentalmente apoyos en gente que mostraba en los hechos que estaba convencido de que quería hacer una revolución, y estaba convencido de defender una revolución.
El grupo Bengochea, que se forma fundamentalmente a partir de estos activistas obreros de Berisso, al final no puede concretarse porque hay una explosión en la calle Posadas, en el año 64, donde muere Ángel Bengochea y algunos otros compañeros. De ese grupo, uno de los sobrevivientes es Amanda Peralta y Enrique Ardetti. Algunos de esos compañeros, Amanda Peralta y Enrique Ardetti participan de la experiencia de Taco Ralo en el año 68, otro foco rural frustrado. Y la mayoría de los compañeros, todos los compañeros de Taco Ralo son detenidos, con excepción de Enrique Ardetti y su compañera, y ellos son fundadores, después, de una nueva organización peronista, que son las Fuerzas Armadas Peronistas.
Yo quería hacer mención a este aspecto porque nos toca localmente y, además, porque es una de las cosas que desmiente algo que muchas veces, una visión que hubo sobre la guerrilla que, sobre todo, se difundió en la época posterior al 83, digamos, creo que tuvo que ver un poco con el alfonsinismo. Es decir, se asociaba a la guerrilla, que algunos otros grupos de izquierda también se prendieron en esa visión, se asociaba a la guerrilla como una conexión de la experiencia cubana con la radicalización de la pequeña burguesía. En general, en el surgimiento de la guerrilla es mucho más complejo y tuvo que ver también con un estado del activismo obrero en ese momento. Y esa experiencia de Bengochea y del grupo de estos activistas de los frigoríficos tiene, además, sus correlatos con otros grupos. El núcleo duro de la CGT de los Argentinos también se incorpora a la guerrilla, y núcleos duros muy importantes del monte, de los cañeros tucumanos, se incorporan a la guerrilla, fundamentalmente al Ejército Revolucionario del Pueblo. Esto me parece que un análisis a fondo de estas cuestiones, de un estudio a fondo de estas cuestiones, permite analizar mejor cuál fue el origen social y el origen político de los movimientos guerrilleros en la Argentina. Quería agregar esto.
Bueno, ahora sí pasamos a las preguntas. Tenemos la primera pregunta, para Daniel De Santis. Dice: A su entender, si la toma del poder no se lograría en un tránsito pacífico, ¿por qué y para qué se presentan los partidos políticos revolucionarios argentinos a elecciones, votaciones, entre comillas, burguesas?. A Daniel.
D. De Santis:
Éste es un tema bastante amplio. En primer lugar, nuestra organización, un pequeño grupo de compañeros, nosotros creemos que no hay un verdadero partido revolucionario que exprese las ideas del socialismo en la Argentina. Por eso estamos abocados a la construcción de un partido que surja desde la base del pueblo, de los trabajadores, con una concepción revolucionaria.
El tema de las elecciones, voy a explicar con algún ejemplo histórico para que se entienda un poco más. Cuando se producen las elecciones del año 73, en general todas las organizaciones guerrilleras tienen una posición de participación en las elecciones. Distintas pero, en general, de participación en las elecciones. En el caso del PRT, desde el año 71 lanza la formación de los Comité de Base para tratar de formar una fuerza electoral y poder presentarse a elecciones con candidaturas presidenciales, diputados, etc. No lo logramos conformar. Pero no es contradictorio el hecho de tener una estrategia revolucionaria, incluso en la época del desarrollo de la lucha armada, con el aprovechamiento de las distintas formas de lucha que se plantean en cada momento. Las elecciones son un hecho político, y una organización política revolucionaria no puede ignorarlas, tiene que dar alguna respuesta. Puede ser boicotear las elecciones o puede ser participar, de acuerdo al estado de ánimo de las masas y el desarrollo de la organización, las capacidades, las posibilidades de llevar adelante una táctica o la otra táctica.
Ahora, nosotros vemos que hay algo distinto en la actualidad. En la actualidad no sólo este elemento nosotros consideramos para ver si es correcto o no es correcto aprovechar como una cuestión táctica la participación en las elecciones. Nosotros hemos participado en los últimos años en algunas experiencias electorales y la conclusión que hemos sacado que si una fuerza realmente revolucionaria y transformadora no logra conformar una fuerza que sea visualizada por el pueblo como algo distinto que lo que ofrece el sistema, a los ojos del pueblo esa fuerza aparece como una variante más del sistema. Entonces, además de enmarcar la participación electoral en una estrategia de lucha revolucionaria, hay que tener muy en cuenta la saturación que ha producido la corrupción de la política electoral de los partidos del sistema y, no digo corrupción, pero la limitación de los partidos de izquierda en su participación electoral. O sea, desde el punto de vista de nuestra concepción revolucionaria nosotros no descartamos como un aprovechamiento táctico la lucha electoral, pero táctico en una estrategia de conjunto, que tenga en cuenta todas las formas de lucha que tiene que darse el pueblo en cada momento.
Éste es un tema bastante amplio. En primer lugar, nuestra organización, un pequeño grupo de compañeros, nosotros creemos que no hay un verdadero partido revolucionario que exprese las ideas del socialismo en la Argentina. Por eso estamos abocados a la construcción de un partido que surja desde la base del pueblo, de los trabajadores, con una concepción revolucionaria.
El tema de las elecciones, voy a explicar con algún ejemplo histórico para que se entienda un poco más. Cuando se producen las elecciones del año 73, en general todas las organizaciones guerrilleras tienen una posición de participación en las elecciones. Distintas pero, en general, de participación en las elecciones. En el caso del PRT, desde el año 71 lanza la formación de los Comité de Base para tratar de formar una fuerza electoral y poder presentarse a elecciones con candidaturas presidenciales, diputados, etc. No lo logramos conformar. Pero no es contradictorio el hecho de tener una estrategia revolucionaria, incluso en la época del desarrollo de la lucha armada, con el aprovechamiento de las distintas formas de lucha que se plantean en cada momento. Las elecciones son un hecho político, y una organización política revolucionaria no puede ignorarlas, tiene que dar alguna respuesta. Puede ser boicotear las elecciones o puede ser participar, de acuerdo al estado de ánimo de las masas y el desarrollo de la organización, las capacidades, las posibilidades de llevar adelante una táctica o la otra táctica.
Ahora, nosotros vemos que hay algo distinto en la actualidad. En la actualidad no sólo este elemento nosotros consideramos para ver si es correcto o no es correcto aprovechar como una cuestión táctica la participación en las elecciones. Nosotros hemos participado en los últimos años en algunas experiencias electorales y la conclusión que hemos sacado que si una fuerza realmente revolucionaria y transformadora no logra conformar una fuerza que sea visualizada por el pueblo como algo distinto que lo que ofrece el sistema, a los ojos del pueblo esa fuerza aparece como una variante más del sistema. Entonces, además de enmarcar la participación electoral en una estrategia de lucha revolucionaria, hay que tener muy en cuenta la saturación que ha producido la corrupción de la política electoral de los partidos del sistema y, no digo corrupción, pero la limitación de los partidos de izquierda en su participación electoral. O sea, desde el punto de vista de nuestra concepción revolucionaria nosotros no descartamos como un aprovechamiento táctico la lucha electoral, pero táctico en una estrategia de conjunto, que tenga en cuenta todas las formas de lucha que tiene que darse el pueblo en cada momento.
G. Cieza:
A Graciela Daleo: ¿Qué lectura hace, como militante del peronismo revolucionario, del distanciamiento que Perón tomó de sus sectores combativos en la década del 70?.
A Graciela Daleo: ¿Qué lectura hace, como militante del peronismo revolucionario, del distanciamiento que Perón tomó de sus sectores combativos en la década del 70?.
G. Daleo:
Una ya sabe que cuando dice que proviene del peronismo estas cosas son inevitables. Yo puedo dar, quizás una de las dificultades que hay para construir una reflexión alrededor del papel del peronismo, de lo que fue la lucha revolucionaria de los 60 y de los 70, etc., etc., tiene que ver con que, precisamente, la dictadura militar pulverizó las organizaciones, por lo tanto la reflexión es muy difícil hacerla colectivamente. Y la otra dificultad es este presente. Pero con respecto, lo que puedo arrimar son algunas ideas, yo les digo tampoco está totalmente acabado, pero simplificando podría decir que los militantes del peronismo revolucionario de la década del 60 y del 70 hicimos, creo yo, una interpretación de Perón que iba más allá de lo que Perón realmente daba de sí. Lo que para Perón era una táctica, en nuestra idea es que era en realidad una estrategia. Cuando Perón vuelve el 20 de junio de 1973 a la Argentina, algo que creo que no logramos ver con toda claridad nosotros en ese momento, pero ya el discurso del 21 de junio de Perón define que él no estaba optando por la patria socialista, por la cual nosotros veníamos luchando como peronistas revolucionarios, y con un discurso que Perón acompañaba y con una política que Perón, hasta ese momento, acompañaba, sino que opta por lo que se llamará después el proyecto de la Argentina potencia. Esto un poco para, simplificando mucho la respuesta, o sea que en ese momento, creo que en ese discurso en ese 21 de junio, lo que se pone es en forma más clara que los proyectos no eran los mismos, que el proyecto de Perón no era la patria socialista sino que el proyecto de Perón era, quizás, consolidar de alguna manera, no sé, la comunidad organizada o lo que en ese momento se llamaba la Argentina potencia.
Lo que siguió después, los que conocen un poco de aquel breve período que va del 20 de junio del 73 al 1º de julio del 74 en que Perón muere, es precisamente el desarrollo de un intento de acercamiento y de alejamiento, de un debate, yo diría, político ideológico, aunque no se daba en términos de sentarnos todos alrededor de una mesa a discutir con el Viejo, pero lo que se va dando a lo largo de ese año es un debate político ideológico hacia el interior del peronismo y desde algunos sectores del peronismo con Perón, y desde algunos sectores del peronismo con otros sectores del peronismo. En algunos momentos ese debate político ideológico no tenía solamente una forma discursiva sino que tuvo también formas violentas, como muchos de ustedes sabrán.
Una ya sabe que cuando dice que proviene del peronismo estas cosas son inevitables. Yo puedo dar, quizás una de las dificultades que hay para construir una reflexión alrededor del papel del peronismo, de lo que fue la lucha revolucionaria de los 60 y de los 70, etc., etc., tiene que ver con que, precisamente, la dictadura militar pulverizó las organizaciones, por lo tanto la reflexión es muy difícil hacerla colectivamente. Y la otra dificultad es este presente. Pero con respecto, lo que puedo arrimar son algunas ideas, yo les digo tampoco está totalmente acabado, pero simplificando podría decir que los militantes del peronismo revolucionario de la década del 60 y del 70 hicimos, creo yo, una interpretación de Perón que iba más allá de lo que Perón realmente daba de sí. Lo que para Perón era una táctica, en nuestra idea es que era en realidad una estrategia. Cuando Perón vuelve el 20 de junio de 1973 a la Argentina, algo que creo que no logramos ver con toda claridad nosotros en ese momento, pero ya el discurso del 21 de junio de Perón define que él no estaba optando por la patria socialista, por la cual nosotros veníamos luchando como peronistas revolucionarios, y con un discurso que Perón acompañaba y con una política que Perón, hasta ese momento, acompañaba, sino que opta por lo que se llamará después el proyecto de la Argentina potencia. Esto un poco para, simplificando mucho la respuesta, o sea que en ese momento, creo que en ese discurso en ese 21 de junio, lo que se pone es en forma más clara que los proyectos no eran los mismos, que el proyecto de Perón no era la patria socialista sino que el proyecto de Perón era, quizás, consolidar de alguna manera, no sé, la comunidad organizada o lo que en ese momento se llamaba la Argentina potencia.
Lo que siguió después, los que conocen un poco de aquel breve período que va del 20 de junio del 73 al 1º de julio del 74 en que Perón muere, es precisamente el desarrollo de un intento de acercamiento y de alejamiento, de un debate, yo diría, político ideológico, aunque no se daba en términos de sentarnos todos alrededor de una mesa a discutir con el Viejo, pero lo que se va dando a lo largo de ese año es un debate político ideológico hacia el interior del peronismo y desde algunos sectores del peronismo con Perón, y desde algunos sectores del peronismo con otros sectores del peronismo. En algunos momentos ese debate político ideológico no tenía solamente una forma discursiva sino que tuvo también formas violentas, como muchos de ustedes sabrán.
G. Cieza:
A Daniel De Santis: Teniendo en cuenta que el PRT-ERP constituyó una de las expresiones más fieles del guevarismo en la Argentina, ¿por qué contradijo, en cierto modo, a su mentor en cuestiones tácticas como ser ataque a los acantonamientos de las fuerzas armadas y continuación de la lucha armada durante el gobierno peronista?.
A Daniel De Santis: Teniendo en cuenta que el PRT-ERP constituyó una de las expresiones más fieles del guevarismo en la Argentina, ¿por qué contradijo, en cierto modo, a su mentor en cuestiones tácticas como ser ataque a los acantonamientos de las fuerzas armadas y continuación de la lucha armada durante el gobierno peronista?.
D. De Santis:
Bueno, en cuanto a la concepción militar específicamente, es un principio de la guerrilla atacar al enemigo cuando está en su situación más débil, que es cuando está en movimiento, o sea, columnas que se están desplazando de un lugar a otro, realizar emboscadas; aunque, bueno, en la misma Revolución Cubana y en la teoría que realiza el Che no niega en forma absoluta realizar ataques a posiciones fijas del enemigo. Además, una cuestión que tuvo a favor el ERP fue que siempre realizó acciones que eran más avanzadas de lo que esperaba el enemigo. La inteligencia de las fuerzas armadas hacían una evaluación del ERP, y el ERP hacía acciones más grandes, entonces los tomaba de sorpresa. En este sentido a principios del 73 se realiza el copamiento del Cuartel 141 en la ciudad de Córdoba, donde es una acción totalmente exitosa y son recuperados más de cien fusiles. Y logra hacer, luego en el 74, dos copamientos, uno en Rosario, el Batallón 121, y otro en Villa María, con total éxito, llevándose el armamento. Y sí tiene algunos fracasos por la pérdida de la sorpresa, en el caso del intento de copamiento en Catamarca, pero no en la parte de la acción específicamente, sino en la tarea de aproximación, que son denunciados por gente de la zona que vieron los movimientos. En el caso de la acción militar más grande que se desarrolló en la Argentina, que fue el copamiento del Batallón de Arsenales Domingo Viejobueno, el inconveniente que se produjo ahí fue la presencia de un agente infiltrado del enemigo, un hombre que venía de otra organización que se incorpora al PRT, y venía con ese crédito de ser militante de otra organización. Y aunque era un militante sin ninguna responsabilidad, de base, como trabajaba para el enemigo se ubicó en un lugar que pudo pasar la información. Y al perder el factor sorpresa esta acción fracasó.
Con respecto a la parte política de por qué la continuidad de las acciones militares durante el gobierno de, de Cámpora no, porque no hubo acciones militares durante el gobierno de Cámpora, sino después, cuando está Perón, nosotros hacíamos un análisis de que el regreso de Perón a la Argentina era producto del auge de la lucha revolucionaria en la Argentina, que a partir del año 1969 con el Cordobazo y el Rosariazo no sólo había una lucha interburguesa sino que había un salto cualitativo, y las fuerzas populares y las fuerzas revolucionarias comenzaban a cuestionar el poder a la burguesía, a cuestionar el capitalismo, y se abría la posibilidad del triunfo de la revolución socialista en la Argentina. En ese sentido, Lanusse, el más esclarecido de los dirigentes de la burguesía, entiende que Perón es el peor de todos, pero era uno de ellos. Entonces, pacta con Perón y se da el retorno de Perón a la Argentina, se dan las elecciones y es entregado el poder. Yo en su momento compartía este análisis, lo sigo compartiendo, creo que la burguesía logra el éxito que se planteó que fue dividir la vanguardia revolucionaria con el retorno de Perón al gobierno, y dividir al conjunto del pueblo. Cuando se dan las movilizaciones de junio y julio del año 75 el pueblo está dividido y la vanguardia está dividida. Este hecho fue el que produjo el agotamiento de las movilizaciones de masas más importantes que se produjeron en la Argentina, por lo menos durante las décadas del 60 y del 70, y podría decir de todo el siglo. Lo que creo que no fue aceptado y que fue un error fue realizar grandes acciones militares, como las tomas de los cuarteles de Azul y de Sanidad, durante el año 73. Pero bueno, justamente el error creo que provenía de un análisis político correcto del desenvolvimiento de la lucha de clases en la Argentina.
Bueno, en cuanto a la concepción militar específicamente, es un principio de la guerrilla atacar al enemigo cuando está en su situación más débil, que es cuando está en movimiento, o sea, columnas que se están desplazando de un lugar a otro, realizar emboscadas; aunque, bueno, en la misma Revolución Cubana y en la teoría que realiza el Che no niega en forma absoluta realizar ataques a posiciones fijas del enemigo. Además, una cuestión que tuvo a favor el ERP fue que siempre realizó acciones que eran más avanzadas de lo que esperaba el enemigo. La inteligencia de las fuerzas armadas hacían una evaluación del ERP, y el ERP hacía acciones más grandes, entonces los tomaba de sorpresa. En este sentido a principios del 73 se realiza el copamiento del Cuartel 141 en la ciudad de Córdoba, donde es una acción totalmente exitosa y son recuperados más de cien fusiles. Y logra hacer, luego en el 74, dos copamientos, uno en Rosario, el Batallón 121, y otro en Villa María, con total éxito, llevándose el armamento. Y sí tiene algunos fracasos por la pérdida de la sorpresa, en el caso del intento de copamiento en Catamarca, pero no en la parte de la acción específicamente, sino en la tarea de aproximación, que son denunciados por gente de la zona que vieron los movimientos. En el caso de la acción militar más grande que se desarrolló en la Argentina, que fue el copamiento del Batallón de Arsenales Domingo Viejobueno, el inconveniente que se produjo ahí fue la presencia de un agente infiltrado del enemigo, un hombre que venía de otra organización que se incorpora al PRT, y venía con ese crédito de ser militante de otra organización. Y aunque era un militante sin ninguna responsabilidad, de base, como trabajaba para el enemigo se ubicó en un lugar que pudo pasar la información. Y al perder el factor sorpresa esta acción fracasó.
Con respecto a la parte política de por qué la continuidad de las acciones militares durante el gobierno de, de Cámpora no, porque no hubo acciones militares durante el gobierno de Cámpora, sino después, cuando está Perón, nosotros hacíamos un análisis de que el regreso de Perón a la Argentina era producto del auge de la lucha revolucionaria en la Argentina, que a partir del año 1969 con el Cordobazo y el Rosariazo no sólo había una lucha interburguesa sino que había un salto cualitativo, y las fuerzas populares y las fuerzas revolucionarias comenzaban a cuestionar el poder a la burguesía, a cuestionar el capitalismo, y se abría la posibilidad del triunfo de la revolución socialista en la Argentina. En ese sentido, Lanusse, el más esclarecido de los dirigentes de la burguesía, entiende que Perón es el peor de todos, pero era uno de ellos. Entonces, pacta con Perón y se da el retorno de Perón a la Argentina, se dan las elecciones y es entregado el poder. Yo en su momento compartía este análisis, lo sigo compartiendo, creo que la burguesía logra el éxito que se planteó que fue dividir la vanguardia revolucionaria con el retorno de Perón al gobierno, y dividir al conjunto del pueblo. Cuando se dan las movilizaciones de junio y julio del año 75 el pueblo está dividido y la vanguardia está dividida. Este hecho fue el que produjo el agotamiento de las movilizaciones de masas más importantes que se produjeron en la Argentina, por lo menos durante las décadas del 60 y del 70, y podría decir de todo el siglo. Lo que creo que no fue aceptado y que fue un error fue realizar grandes acciones militares, como las tomas de los cuarteles de Azul y de Sanidad, durante el año 73. Pero bueno, justamente el error creo que provenía de un análisis político correcto del desenvolvimiento de la lucha de clases en la Argentina.
G. Cieza:
Bueno, tengo cuatro preguntas para los dos oradores. La primera: ¿Qué entienden por nacionalismo popular?.
Bueno, tengo cuatro preguntas para los dos oradores. La primera: ¿Qué entienden por nacionalismo popular?.
G. Daleo:
Bueno, en realidad a mí me daban ganas de contestarle una de las cosas que dijo Daniel, así que voy a aprovechar esta pregunta para contestarle también a Daniel. O sea, ya hice referencia, cuando hice mi intervención, en que no compartía exactamente el tema éste del nacionalismo popular revolucionario. Yo creo que no es ocioso no decir sólo nacionalismo, sino decir nacionalismo popular revolucionario, porque creo que hay diferencias. No soy una teórica en el tema pero haría un pequeño resumen. El nacionalismo popular revolucionario creo yo que en realidad refiere, es un pensamiento que tiene que ver con las formas de lucha que se realizan en los países dependientes, y también con la concepción, o una visión, con respecto al estado en los países dependientes. Y por eso los que militamos en el peronismo revolucionario encuadrábamos o caracterizábamos al peronismo revolucionario como dentro del marco del nacionalismo popular revolucionario. ¿Por qué?. Cuando decía lo del tema del papel del estado es porque nosotros pensamos que en determinados momentos históricos, si bien reconocemos que el estado es un estado de clase, etc., etc., considerábamos que en los países dependientes hay momentos en que el estado puede asumir, de alguna manera, la defensa de los intereses colectivos con respecto a la potencia dominante. Esto tiene que ver específicamente con países dependientes, no cualquier situación. Y dentro de ese marco es que nosotros ubicábamos al peronismo en la década del 60 y en la década del 70. Y decíamos nacionalismo popular revolucionario, revolucionario porque entendíamos, quizás esta cuestión de hablar de nacionalismo popular revolucionario tiene que ver, también, con un debate teórico que dimos, que se dio en términos, no digo en términos personales sino en términos de corrientes políticas, con la izquierda en cuanto, fundamentalmente con las visiones que tenían más que ver, por ahí, con el Partido Comunista, con la izquierda ortodoxa, con una visión del internacionalismo que transformaba cualquier lucha nacional, nacional-local, si no apoyaba los intereses de la Unión Soviética era calificada de contrarrevolucionaria, que tiene que ver, no sé, con huelgas que se desarrollaban en la Argentina durante la segunda guerra mundial podían ser ver como atentatorias a los intereses de la Unión Soviética, o una lectura de la historia o del desarrollo de la lucha en nuestro país que no tenía que ver concretamente con los intereses de los trabajadores argentinos, sino con una visión hecha desde la Unión Soviética.
Y decía que también aprovechaba para dejar sentada mi profunda diferencia con la afirmación de Daniel, de que en realidad el retorno de Perón se produce producto de un acuerdo entre Lanusse y Perón. Eso, de alguna manera, resume el decir que el GAN triunfó en la Argentina. El GAN es ese instrumento concebido por Lanusse, por las fuerzas armadas y por la burguesía argentina, se llamó el Gran Acuerdo Nacional, precisamente para tener una salida, una salida a la dictadura militar iniciada en 1966. Mi caracterización es que precisamente el GAN no triunfó, Perón no volvió porque hizo un pacto con Lanusse sino que Perón volvió porque hubo una formidable movilización popular que, en gran medida, resumió y expresó lo que durante 18 años los peronistas, el peronismo en la Argentina y también algunos sectores de la izquierda, de la izquierda no peronista, creyeron que era uno de los lemas o una de las consignas de la lucha popular en la Argentina después del golpe gorila de 1955.
Bueno, en realidad a mí me daban ganas de contestarle una de las cosas que dijo Daniel, así que voy a aprovechar esta pregunta para contestarle también a Daniel. O sea, ya hice referencia, cuando hice mi intervención, en que no compartía exactamente el tema éste del nacionalismo popular revolucionario. Yo creo que no es ocioso no decir sólo nacionalismo, sino decir nacionalismo popular revolucionario, porque creo que hay diferencias. No soy una teórica en el tema pero haría un pequeño resumen. El nacionalismo popular revolucionario creo yo que en realidad refiere, es un pensamiento que tiene que ver con las formas de lucha que se realizan en los países dependientes, y también con la concepción, o una visión, con respecto al estado en los países dependientes. Y por eso los que militamos en el peronismo revolucionario encuadrábamos o caracterizábamos al peronismo revolucionario como dentro del marco del nacionalismo popular revolucionario. ¿Por qué?. Cuando decía lo del tema del papel del estado es porque nosotros pensamos que en determinados momentos históricos, si bien reconocemos que el estado es un estado de clase, etc., etc., considerábamos que en los países dependientes hay momentos en que el estado puede asumir, de alguna manera, la defensa de los intereses colectivos con respecto a la potencia dominante. Esto tiene que ver específicamente con países dependientes, no cualquier situación. Y dentro de ese marco es que nosotros ubicábamos al peronismo en la década del 60 y en la década del 70. Y decíamos nacionalismo popular revolucionario, revolucionario porque entendíamos, quizás esta cuestión de hablar de nacionalismo popular revolucionario tiene que ver, también, con un debate teórico que dimos, que se dio en términos, no digo en términos personales sino en términos de corrientes políticas, con la izquierda en cuanto, fundamentalmente con las visiones que tenían más que ver, por ahí, con el Partido Comunista, con la izquierda ortodoxa, con una visión del internacionalismo que transformaba cualquier lucha nacional, nacional-local, si no apoyaba los intereses de la Unión Soviética era calificada de contrarrevolucionaria, que tiene que ver, no sé, con huelgas que se desarrollaban en la Argentina durante la segunda guerra mundial podían ser ver como atentatorias a los intereses de la Unión Soviética, o una lectura de la historia o del desarrollo de la lucha en nuestro país que no tenía que ver concretamente con los intereses de los trabajadores argentinos, sino con una visión hecha desde la Unión Soviética.
Y decía que también aprovechaba para dejar sentada mi profunda diferencia con la afirmación de Daniel, de que en realidad el retorno de Perón se produce producto de un acuerdo entre Lanusse y Perón. Eso, de alguna manera, resume el decir que el GAN triunfó en la Argentina. El GAN es ese instrumento concebido por Lanusse, por las fuerzas armadas y por la burguesía argentina, se llamó el Gran Acuerdo Nacional, precisamente para tener una salida, una salida a la dictadura militar iniciada en 1966. Mi caracterización es que precisamente el GAN no triunfó, Perón no volvió porque hizo un pacto con Lanusse sino que Perón volvió porque hubo una formidable movilización popular que, en gran medida, resumió y expresó lo que durante 18 años los peronistas, el peronismo en la Argentina y también algunos sectores de la izquierda, de la izquierda no peronista, creyeron que era uno de los lemas o una de las consignas de la lucha popular en la Argentina después del golpe gorila de 1955.
G. Cieza:
Vamos a agregarle a Daniel: ¿Qué entiende por nacionalismo popular?, otra pregunta que dice: Aclare por qué es contradictorio el nacionalismo popular revolucionario y el socialismo. Hay como 10 preguntas más, así que seamos breves.
Vamos a agregarle a Daniel: ¿Qué entiende por nacionalismo popular?, otra pregunta que dice: Aclare por qué es contradictorio el nacionalismo popular revolucionario y el socialismo. Hay como 10 preguntas más, así que seamos breves.
D. De Santis:
Bueno, yo por ahí no contestando directamente, pero yo creo que hay que hacer una diferencia entre el desarrollo de la conciencia espontánea de las masas, sobre todo en la clase obrera y los sectores populares, que ese nacionalismo popular espontáneo de las masas tiene un aspecto positivo porque tiene un desarrollo ascendente. El nacionalismo popular que para mí es totalmente negativo es el que proviene de la intelectualidad revolucionaria, sobre todo que maneja la teoría del marxismo y que, tomando los argumentos del marxismo, justifica las limitaciones del desarrollo de la conciencia de las masas. En esto el socialismo es muy claro, Marx, Engels, Lenin, el Che, lo plantean con absoluta claridad. El socialismo es la fusión de la ciencia puesta al servicio de la clase obrera con la vanguardia de la clase obrera. De la fusión de estos dos elementos surge el partido revolucionario, el partido socialista. Por eso digo el desarrollo espontáneo de las masas es una cosa, la teorización por parte de la intelectualidad proveniente de la pequeña burguesía es otra. En este sentido, en el sentido de la intelectualidad burguesa, creo que es una contradicción porque niega la misma ciencia que dicen sostener.
Bueno, yo por ahí no contestando directamente, pero yo creo que hay que hacer una diferencia entre el desarrollo de la conciencia espontánea de las masas, sobre todo en la clase obrera y los sectores populares, que ese nacionalismo popular espontáneo de las masas tiene un aspecto positivo porque tiene un desarrollo ascendente. El nacionalismo popular que para mí es totalmente negativo es el que proviene de la intelectualidad revolucionaria, sobre todo que maneja la teoría del marxismo y que, tomando los argumentos del marxismo, justifica las limitaciones del desarrollo de la conciencia de las masas. En esto el socialismo es muy claro, Marx, Engels, Lenin, el Che, lo plantean con absoluta claridad. El socialismo es la fusión de la ciencia puesta al servicio de la clase obrera con la vanguardia de la clase obrera. De la fusión de estos dos elementos surge el partido revolucionario, el partido socialista. Por eso digo el desarrollo espontáneo de las masas es una cosa, la teorización por parte de la intelectualidad proveniente de la pequeña burguesía es otra. En este sentido, en el sentido de la intelectualidad burguesa, creo que es una contradicción porque niega la misma ciencia que dicen sostener.
G. Cieza:
A los dos: ¿Por qué creen ustedes que los grupos y partidos de izquierda aquí en la Argentina están actualmente tan disgregados y diseminados?.
A los dos: ¿Por qué creen ustedes que los grupos y partidos de izquierda aquí en la Argentina están actualmente tan disgregados y diseminados?.
D. De Santis:
Bueno, yo creo que han pasado cosas en la Argentina, ha habido la dictadura terrorista y genocida, que fue la respuesta al avance de las fuerzas revolucionarias y al cuestionamiento del poder de la burguesía. Que la dictadura no fue terrorista y genocida porque sí, sino porque vieron peligrar la posibilidad de la continuidad del sistema capitalista, y realizaron un exterminio y un aniquilamiento físico de las fuerzas revolucionarias, seguramente por errores que hemos cometido nosotros, pero yo creo que esto explica la gran debilidad de la izquierda. Y los sectores de izquierda que permanecieron medianamente organizados y que pudieron resurgir después de la dictadura, ni antes ni ahora expresaron el marxismo revolucionario en la Argentina. O sea, nosotros tenemos, creo yo que la izquierda que se expresa en este momento en la Argentina fue la izquierda reformista, la izquierda populista que veníamos criticando antes, o sea que una de las tareas, o la tarea de los revolucionarios en la actualidad es constituir una fuerza, un partido revolucionario, que exprese a la clase obrera, que exprese a los sectores populares y que integre todo el caudal de experiencias del movimiento socialista y revolucionario internacional, y a su vez realice un análisis de la modificación y de la nueva situación del capitalismo en la actualidad, para poder dar respuesta al actual grado de desarrollo de las fuerzas productivas y al capitalismo globalizado, como le llaman ellos.
Bueno, yo creo que han pasado cosas en la Argentina, ha habido la dictadura terrorista y genocida, que fue la respuesta al avance de las fuerzas revolucionarias y al cuestionamiento del poder de la burguesía. Que la dictadura no fue terrorista y genocida porque sí, sino porque vieron peligrar la posibilidad de la continuidad del sistema capitalista, y realizaron un exterminio y un aniquilamiento físico de las fuerzas revolucionarias, seguramente por errores que hemos cometido nosotros, pero yo creo que esto explica la gran debilidad de la izquierda. Y los sectores de izquierda que permanecieron medianamente organizados y que pudieron resurgir después de la dictadura, ni antes ni ahora expresaron el marxismo revolucionario en la Argentina. O sea, nosotros tenemos, creo yo que la izquierda que se expresa en este momento en la Argentina fue la izquierda reformista, la izquierda populista que veníamos criticando antes, o sea que una de las tareas, o la tarea de los revolucionarios en la actualidad es constituir una fuerza, un partido revolucionario, que exprese a la clase obrera, que exprese a los sectores populares y que integre todo el caudal de experiencias del movimiento socialista y revolucionario internacional, y a su vez realice un análisis de la modificación y de la nueva situación del capitalismo en la actualidad, para poder dar respuesta al actual grado de desarrollo de las fuerzas productivas y al capitalismo globalizado, como le llaman ellos.
G. Cieza:
A los dos: ¿Por qué creían o creen que era más factible el desarrollo de la guerrilla en el campo que en la ciudad en países como Argentina?.
A los dos: ¿Por qué creían o creen que era más factible el desarrollo de la guerrilla en el campo que en la ciudad en países como Argentina?.
G. Daleo:
Bueno, voy a puntualizar que creía, digamos, han pasado los años y la experiencia es que no lo creo. Creo que en ese momento nosotros hacíamos una, por un lado, una caracterización incorrecta, siempre es mucho más fácil encarar una lucha teniendo un modelo, sobre todo, de un movimiento triunfante. Por eso les explicaba al principio que para nosotros la Revolución Cubana fue un modelo. Y en los inicios de la acción revolucionaria en la Argentina, digamos, de la Argentina moderna, por decirlo de alguna manera, en la década del 50 y en la década del 60 el lugar de referencia era planteado como el campo. Yo creo que había, nunca profundicé mucho en por qué los Uturuncos empiezan su accionar en las zonas rurales, pero creo que sobre eso, también un poco cuando el Che fundamenta la cuestión ésta del desarrollo de la lucha revolucionaria entre las masas campesinas, en el campo, tiene que ver también con cuestiones vinculadas a la seguridad, a la posibilidad de desarrollar acciones revolucionarias sin tener al enemigo encima -digamos, el planteo era que las ciudades eran, los revolucionarios eran sumamente vulnerables, sujetos con mucha facilidad a la posibilidad de delaciones-, la posibilidad de mantener a un grupo organizado conviviendo y, además, si alguno de ustedes ha leído "Guerra de guerrillas", por ejemplo cuando el Che habla de cuál tiene que ser el papel de la guerrilla, esto lo de golpear y desaparecer, desarrollar acciones permanentes, continuadas pero con poco costo en cuanto a la vida de las personas, y posibilidad de golpear al enemigo donde duele, como el tábano o el moscardón, digamos, y esto, lo de la movilidad constante y lo de la vigilancia constante, bueno, lo de la movilidad constante en las ciudades no era vista como factible. Creo, por eso decía, en ese momento lo creía, esa creencia nos duró bastante poco, porque la realidad nos iba demostrando que un país con población mayoritariamente urbana como la argentina, con una clase obrera fuerte, organizada, como existía en la Argentina, y obviamente en un planteo revolucionario la clase obrera es la que debía nutrir al movimiento revolucionario, entonces es que se empieza a pensar y a desarrollar acciones, a pensar ya una estrategia revolucionaria fundamentalmente con asiento en las ciudades. Pero tenía mucho que ver con eso, con el hecho de que había una revolución triunfante reciente, que es la Revolución Cubana, y con que el pensamiento de cómo hacer abstracción o cómo poder eludir la vigilancia, la delación, el aparato represivo asentado fundamentalmente en las ciudades, era por eso que se pensaba en que el lugar adecuado era el campo.
Bueno, voy a puntualizar que creía, digamos, han pasado los años y la experiencia es que no lo creo. Creo que en ese momento nosotros hacíamos una, por un lado, una caracterización incorrecta, siempre es mucho más fácil encarar una lucha teniendo un modelo, sobre todo, de un movimiento triunfante. Por eso les explicaba al principio que para nosotros la Revolución Cubana fue un modelo. Y en los inicios de la acción revolucionaria en la Argentina, digamos, de la Argentina moderna, por decirlo de alguna manera, en la década del 50 y en la década del 60 el lugar de referencia era planteado como el campo. Yo creo que había, nunca profundicé mucho en por qué los Uturuncos empiezan su accionar en las zonas rurales, pero creo que sobre eso, también un poco cuando el Che fundamenta la cuestión ésta del desarrollo de la lucha revolucionaria entre las masas campesinas, en el campo, tiene que ver también con cuestiones vinculadas a la seguridad, a la posibilidad de desarrollar acciones revolucionarias sin tener al enemigo encima -digamos, el planteo era que las ciudades eran, los revolucionarios eran sumamente vulnerables, sujetos con mucha facilidad a la posibilidad de delaciones-, la posibilidad de mantener a un grupo organizado conviviendo y, además, si alguno de ustedes ha leído "Guerra de guerrillas", por ejemplo cuando el Che habla de cuál tiene que ser el papel de la guerrilla, esto lo de golpear y desaparecer, desarrollar acciones permanentes, continuadas pero con poco costo en cuanto a la vida de las personas, y posibilidad de golpear al enemigo donde duele, como el tábano o el moscardón, digamos, y esto, lo de la movilidad constante y lo de la vigilancia constante, bueno, lo de la movilidad constante en las ciudades no era vista como factible. Creo, por eso decía, en ese momento lo creía, esa creencia nos duró bastante poco, porque la realidad nos iba demostrando que un país con población mayoritariamente urbana como la argentina, con una clase obrera fuerte, organizada, como existía en la Argentina, y obviamente en un planteo revolucionario la clase obrera es la que debía nutrir al movimiento revolucionario, entonces es que se empieza a pensar y a desarrollar acciones, a pensar ya una estrategia revolucionaria fundamentalmente con asiento en las ciudades. Pero tenía mucho que ver con eso, con el hecho de que había una revolución triunfante reciente, que es la Revolución Cubana, y con que el pensamiento de cómo hacer abstracción o cómo poder eludir la vigilancia, la delación, el aparato represivo asentado fundamentalmente en las ciudades, era por eso que se pensaba en que el lugar adecuado era el campo.
D. De Santis:
Comparto los conceptos. Solamente quería agregar en la experiencia del PRT, el PRT surge fundamentalmente de Tucumán y Santiago del Estero, y previo al desarrollo de la guerrilla rural realiza un intenso trabajo dentro del proletariado azucarero, del campesinado de la zona. El PRT en el año 65 lleva a la Federación de Obreros y Trabajadores de la Industria Azucarera, la FOTIA tucumana, la propuesta de candidatos obreros al parlamento, ganan las elecciones, surgen candidatos obreros, después desarrollan una extensa lucha de masas, de huelgas en contra de la dictadura de Onganía a partir del 66. O sea que en Tucumán se habían agotado la lucha electoral y la lucha de masas, y los sectores de la vanguardia obrera planteaban la necesidad de pasar a la lucha armada. Entonces, de los conceptos teóricos de Guevara, que planteó Graciela, tomábamos esto, pero además existía una base política y un trabajo político previo. En este sentido, el PRT tenía algunas diferencias con la teoría del foco de Guevara, que planteaba la necesidad de un trabajo político previo para el nacimiento de la guerrilla. En este sentido lo llevó a la práctica este trabajo político, y sobre este trabajo político fue que constituyó la Compañía de Monte, que operó en Tucumán desde el año 73 hasta fines del 76, principios del 77.
Comparto los conceptos. Solamente quería agregar en la experiencia del PRT, el PRT surge fundamentalmente de Tucumán y Santiago del Estero, y previo al desarrollo de la guerrilla rural realiza un intenso trabajo dentro del proletariado azucarero, del campesinado de la zona. El PRT en el año 65 lleva a la Federación de Obreros y Trabajadores de la Industria Azucarera, la FOTIA tucumana, la propuesta de candidatos obreros al parlamento, ganan las elecciones, surgen candidatos obreros, después desarrollan una extensa lucha de masas, de huelgas en contra de la dictadura de Onganía a partir del 66. O sea que en Tucumán se habían agotado la lucha electoral y la lucha de masas, y los sectores de la vanguardia obrera planteaban la necesidad de pasar a la lucha armada. Entonces, de los conceptos teóricos de Guevara, que planteó Graciela, tomábamos esto, pero además existía una base política y un trabajo político previo. En este sentido, el PRT tenía algunas diferencias con la teoría del foco de Guevara, que planteaba la necesidad de un trabajo político previo para el nacimiento de la guerrilla. En este sentido lo llevó a la práctica este trabajo político, y sobre este trabajo político fue que constituyó la Compañía de Monte, que operó en Tucumán desde el año 73 hasta fines del 76, principios del 77.
G. Daleo:
Perdón, y me olvidé de un elemento muy importante que tenía que ver con este análisis, que es que se pensaba que el grado de explotación y de miseria era mayor en el campo, haciendo una especie yo diría que hasta de pensamiento mecánico: a mayor explotación, mayor posibilidad de desarrollo de la conciencia de las masas campesinas. Ése también era un elemento que teníamos en cuenta en ese momento.
Perdón, y me olvidé de un elemento muy importante que tenía que ver con este análisis, que es que se pensaba que el grado de explotación y de miseria era mayor en el campo, haciendo una especie yo diría que hasta de pensamiento mecánico: a mayor explotación, mayor posibilidad de desarrollo de la conciencia de las masas campesinas. Ése también era un elemento que teníamos en cuenta en ese momento.
G. Cieza:
¿Cómo ven la acción desarrollada por el MTP y Gorriarán en La Tablada? ¿Una continuidad del pensamiento guevarista?
¿Cómo ven la acción desarrollada por el MTP y Gorriarán en La Tablada? ¿Una continuidad del pensamiento guevarista?
D. De Santis:
Bueno, yo fui militante del Movimiento Todos por la Patria en el año, bueno, cuando se fundó, y nosotros tuvimos diferencias, no por la acción, porque no estaba planteado hacer esta acción, sino por la metodología de construcción: una organización muy abierta, muy light. Nosotros siempre tuvimos una concepción más leninista de la organización, más la necesidad de la construcción del partido que se construyera en la clase obrera, en los sectores populares, y eso desde el punto de vista de la concepción organizativa. Y desde el punto de vista de la situación política creíamos que en ese momento, y en este momento, no era la tarea a desarrollar la lucha armada guerrillera, y mucho menos iniciarla con una acción de esa envergadura, cuando ni siquiera desde el punto de vista operativo, operativo-militar me estoy refiriendo, existían las condiciones para llevar adelante esa acción. Lo único que podría tener fue el factor sorpresa, que incluso creo que tampoco lo tenía, sino que la acción estaba delatada de antes. O sea que no comparto en absoluto, creo que no refleja la concepción guevarista, y creo que lo de La Tablada no se puede utilizar como para impugnar la concepción marxista-leninista guevarista de la estrategia revolucionaria.
Bueno, yo fui militante del Movimiento Todos por la Patria en el año, bueno, cuando se fundó, y nosotros tuvimos diferencias, no por la acción, porque no estaba planteado hacer esta acción, sino por la metodología de construcción: una organización muy abierta, muy light. Nosotros siempre tuvimos una concepción más leninista de la organización, más la necesidad de la construcción del partido que se construyera en la clase obrera, en los sectores populares, y eso desde el punto de vista de la concepción organizativa. Y desde el punto de vista de la situación política creíamos que en ese momento, y en este momento, no era la tarea a desarrollar la lucha armada guerrillera, y mucho menos iniciarla con una acción de esa envergadura, cuando ni siquiera desde el punto de vista operativo, operativo-militar me estoy refiriendo, existían las condiciones para llevar adelante esa acción. Lo único que podría tener fue el factor sorpresa, que incluso creo que tampoco lo tenía, sino que la acción estaba delatada de antes. O sea que no comparto en absoluto, creo que no refleja la concepción guevarista, y creo que lo de La Tablada no se puede utilizar como para impugnar la concepción marxista-leninista guevarista de la estrategia revolucionaria.
G. Cieza:
Para los dos: ¿Cuáles son las formas de acción política más adecuadas en la Argentina de hoy?. Y dos: Su opinión sobre el zapatismo y las nuevas formas de lucha popular.
Para los dos: ¿Cuáles son las formas de acción política más adecuadas en la Argentina de hoy?. Y dos: Su opinión sobre el zapatismo y las nuevas formas de lucha popular.
G. Daleo:
Bueno, también creo que esta es una pregunta que se repite cada vez que nos juntamos más de diez y que hay alguien sentado atrás de un micrófono. Y yo, lamentablemente, contestaré lo que contesto siempre: no tengo respuesta, digamos, la pregunta ésta de cuáles son las formas adecuadas de acción política hoy creo que no es patrimonio de una persona, sino que responde a la posibilidad de construcciones populares. Lo que sí diría que hay una premisa básica para poder desarrollar una acción política, y cuando pienso en acción política pienso en la acción política, bueno, lo que es para mí acción política, que no tiene que ver con ocupar un cargo, etc., etc., sino que tiene que ver con desarrollar una acción que conduzca a la transformación de la situación presente, al fin del capitalismo y a la construcción de una sociedad socialista. Pensando en eso, diría, no tengo la receta para hacer eso, pero sí lo que me queda claro es que la condición básica necesaria para poder desarrollar una acción política que conduzca a estos objetivos es centralmente la organización popular, la participación popular en la concepción de cualquier proyecto. Lamento que mi respuesta sea pobre pero no tengo la receta para esto.
Y en cuanto a la opinión sobre el zapatismo yo creo que, bueno, después de una década que podemos identificar o pensar como de derrota de las acciones populares prácticamente en todo el mundo, creo que el zapatismo es una nueva forma que recoge de las viejas experiencias ya aportadas por distintos pueblos del mundo, y aporta ingredientes nuevos a esto de la organización popular y a las posibilidades de transformación de una sociedad. Creo que aporta especialmente elementos nuevos que tienen que ver con una particularidad específica de México, que es la gran cantidad de población indígena, una tradición y una cultura que le da elementos muy particulares para, en torno a eso, generar una acción revolucionaria. Cómo continuará esto, cómo va a ser el paso siguiente de esta organización, de resistencia, que desarrolla el zapatismo, y de organización popular de las comunidades indígenas, cómo eso puede llegar a cuestionar de una forma definitiva, yo creo que está cuestionando el poder central, el poder capitalista en México, pero cuestionarlo de una forma que eso produzca una transformación definitiva de la sociedad mexicana, sinceramente no sé cuáles serán los pasos siguientes y cuál puede ser su desemboque.
Bueno, también creo que esta es una pregunta que se repite cada vez que nos juntamos más de diez y que hay alguien sentado atrás de un micrófono. Y yo, lamentablemente, contestaré lo que contesto siempre: no tengo respuesta, digamos, la pregunta ésta de cuáles son las formas adecuadas de acción política hoy creo que no es patrimonio de una persona, sino que responde a la posibilidad de construcciones populares. Lo que sí diría que hay una premisa básica para poder desarrollar una acción política, y cuando pienso en acción política pienso en la acción política, bueno, lo que es para mí acción política, que no tiene que ver con ocupar un cargo, etc., etc., sino que tiene que ver con desarrollar una acción que conduzca a la transformación de la situación presente, al fin del capitalismo y a la construcción de una sociedad socialista. Pensando en eso, diría, no tengo la receta para hacer eso, pero sí lo que me queda claro es que la condición básica necesaria para poder desarrollar una acción política que conduzca a estos objetivos es centralmente la organización popular, la participación popular en la concepción de cualquier proyecto. Lamento que mi respuesta sea pobre pero no tengo la receta para esto.
Y en cuanto a la opinión sobre el zapatismo yo creo que, bueno, después de una década que podemos identificar o pensar como de derrota de las acciones populares prácticamente en todo el mundo, creo que el zapatismo es una nueva forma que recoge de las viejas experiencias ya aportadas por distintos pueblos del mundo, y aporta ingredientes nuevos a esto de la organización popular y a las posibilidades de transformación de una sociedad. Creo que aporta especialmente elementos nuevos que tienen que ver con una particularidad específica de México, que es la gran cantidad de población indígena, una tradición y una cultura que le da elementos muy particulares para, en torno a eso, generar una acción revolucionaria. Cómo continuará esto, cómo va a ser el paso siguiente de esta organización, de resistencia, que desarrolla el zapatismo, y de organización popular de las comunidades indígenas, cómo eso puede llegar a cuestionar de una forma definitiva, yo creo que está cuestionando el poder central, el poder capitalista en México, pero cuestionarlo de una forma que eso produzca una transformación definitiva de la sociedad mexicana, sinceramente no sé cuáles serán los pasos siguientes y cuál puede ser su desemboque.
D. De Santis:
Dos palabras con respecto a lo de La Tablada. Es un aporte crítica de acá de un compañero, dice: No obstante el Pelado está preso y otros trabajan para la burguesía. Bueno, yo comparto esta observación del compañero, porque yo hice la parte crítica pero también es bueno decir de que tenemos que ser tan críticos, no, mucho más críticos con aquellos que, proveniendo del campo popular, cometen no errores, como catalogamos nosotros la acción de Gorriarán, sino traiciones. Los que hoy están trabajando para Clinton, para la burguesía, para el imperialismo, y hay una legión de militantes que han compartido con nosotros la lucha que hoy están sosteniendo el proyecto del imperialismo, creo que esto es una traición, que tenemos que ser mucho más críticos con estos elementos que con algunos compañeros nuestros que hayan cometido errores, de la magnitud que querramos, pero que, bueno, que siguen estando dentro de la militancia popular.
Con respecto a cuáles son las formas... Bueno, esto es una respuesta muy larga. Yo traté de poner algunos conceptos en mi exposición. Nosotros creemos que hay que retomar los conceptos, las ideas y la práctica acuñada por el movimiento socialista a nivel internacional y en la Argentina. Creemos que el concepto de partido revolucionario de vanguardia integrado, fundamentalmente, por los trabajadores, es una herramienta válida. Que haya habido experiencias que desvirtuaron estas construcciones no invalida la necesidad de la construcción de un partido. Hay una polémica partido-movimiento, nosotros pensamos que, en general, el movimientismo responde a distintas concepciones no marxistas, sino, en general, responde a concepciones populistas, no democráticas, verticalistas; que la organización más democrática que se pueden dar los trabajadores son las organizaciones de partido, que tienen estatutos y tienen formas de dirimir las diferencias y resolver los acuerdos y elaborar sus líneas de acción política. Yo creo que el punto de partida para desarrollar cualquier acción política que se plantee el objetivo de lo que estamos hablando acá, estamos en la Cátedra Che Guevara, estamos hablando de guevarismo, y el objetivo fundamental de la toma del poder por las fuerzas revolucionarias para la destrucción del capitalismo y la instauración del socialismo. Si seguimos pensando en esto tenemos que seguir pensando en las herramientas estratégicas. Primera herramienta estratégica: la construcción de un partido revolucionario de los trabajadores. Segunda herramienta estratégica: este partido revolucionario tiene que estar dotado o capacitado para llevar adelante todas las formas de lucha que se plantee el pueblo o que plantee la situación política en cada momento. Eso será fruto del análisis de la vanguardia revolucionaria.
Nosotros creemos que hay un diversionismo ideológico cuando se intenta reemplazar la necesidad de la vanguardia revolucionaria con los movimientos sociales. En nuestra experiencia, nosotros hemos impulsado y seguimos impulsando, y seguimos trabajando en el desarrollo de los movimientos sociales. En mi caso particular yo acá en la zona he trabajado siempre en el movimiento obrero, en una época en metalúrgicos, actualmente en el gremio docente. Conocemos, tenemos la experiencia y estamos en el movimiento social. Pero limitar el planteo de la lucha ahí es quedarse, digamos, planteando reformas dentro del sistema capitalista, y no plantearse la lucha con la concepción del marxismo-leninismo, o sea, de la concepción de Guevara.
Con respecto a lo del zapatismo yo voy a ser sincero, no conozco mucho. He escuchado a los interpretadores, creo que hay muchos interpretadores del zapatismo. Primer elemento de interpretación falsa que se ha transmitido es la construcción, digamos, se lo quiere presentar como un movimiento social. Se habla del trabajo de masas, cosa que todos los revolucionarios sabemos que tenemos que hacer. Pero uno piensa cómo empezó el movimiento zapatista: cuatro o cinco compañeros que se fueron a la selva, se fueron a sembrar ahí, con un proyecto a diez o quince años. ¿Si esos compañeros no tenían un proyecto de vanguardia, cómo se puede catalogar al proyecto de los compañeros que hoy están llevando adelante ese proyecto?. Después se presentan cuestiones del zapatismo como si fueran un hallazgo, que interpretan a las masas, que hablan su mismo lenguaje, que llevan adelante sus aspiraciones. Yo les puedo asegurar que todo movimiento político revolucionario que tuvo repercusión dentro de los movimientos de masa, en cualquier lugar del mundo, tuvo que atenerse a estos principios. El que no hizo, no logró fusionarse con las masas. Esto no es nuevo, no es un hallazgo. Esto los interpretadores del zapatismo quieren presentar a esto como cosas nuevas, como descubrimientos que se han hecho en los años 90, para invalidar la experiencia anterior que nosotros conocemos, hemos hecho, y que todos los revolucionarios del mundo han hecho. Yo creo que hay que conocer, yo no la conozco, hay que tratar de conocer la experiencia directamente, dejar de lado los interpretadores para no comprar diversionismo ideológico de la burguesía.
Dos palabras con respecto a lo de La Tablada. Es un aporte crítica de acá de un compañero, dice: No obstante el Pelado está preso y otros trabajan para la burguesía. Bueno, yo comparto esta observación del compañero, porque yo hice la parte crítica pero también es bueno decir de que tenemos que ser tan críticos, no, mucho más críticos con aquellos que, proveniendo del campo popular, cometen no errores, como catalogamos nosotros la acción de Gorriarán, sino traiciones. Los que hoy están trabajando para Clinton, para la burguesía, para el imperialismo, y hay una legión de militantes que han compartido con nosotros la lucha que hoy están sosteniendo el proyecto del imperialismo, creo que esto es una traición, que tenemos que ser mucho más críticos con estos elementos que con algunos compañeros nuestros que hayan cometido errores, de la magnitud que querramos, pero que, bueno, que siguen estando dentro de la militancia popular.
Con respecto a cuáles son las formas... Bueno, esto es una respuesta muy larga. Yo traté de poner algunos conceptos en mi exposición. Nosotros creemos que hay que retomar los conceptos, las ideas y la práctica acuñada por el movimiento socialista a nivel internacional y en la Argentina. Creemos que el concepto de partido revolucionario de vanguardia integrado, fundamentalmente, por los trabajadores, es una herramienta válida. Que haya habido experiencias que desvirtuaron estas construcciones no invalida la necesidad de la construcción de un partido. Hay una polémica partido-movimiento, nosotros pensamos que, en general, el movimientismo responde a distintas concepciones no marxistas, sino, en general, responde a concepciones populistas, no democráticas, verticalistas; que la organización más democrática que se pueden dar los trabajadores son las organizaciones de partido, que tienen estatutos y tienen formas de dirimir las diferencias y resolver los acuerdos y elaborar sus líneas de acción política. Yo creo que el punto de partida para desarrollar cualquier acción política que se plantee el objetivo de lo que estamos hablando acá, estamos en la Cátedra Che Guevara, estamos hablando de guevarismo, y el objetivo fundamental de la toma del poder por las fuerzas revolucionarias para la destrucción del capitalismo y la instauración del socialismo. Si seguimos pensando en esto tenemos que seguir pensando en las herramientas estratégicas. Primera herramienta estratégica: la construcción de un partido revolucionario de los trabajadores. Segunda herramienta estratégica: este partido revolucionario tiene que estar dotado o capacitado para llevar adelante todas las formas de lucha que se plantee el pueblo o que plantee la situación política en cada momento. Eso será fruto del análisis de la vanguardia revolucionaria.
Nosotros creemos que hay un diversionismo ideológico cuando se intenta reemplazar la necesidad de la vanguardia revolucionaria con los movimientos sociales. En nuestra experiencia, nosotros hemos impulsado y seguimos impulsando, y seguimos trabajando en el desarrollo de los movimientos sociales. En mi caso particular yo acá en la zona he trabajado siempre en el movimiento obrero, en una época en metalúrgicos, actualmente en el gremio docente. Conocemos, tenemos la experiencia y estamos en el movimiento social. Pero limitar el planteo de la lucha ahí es quedarse, digamos, planteando reformas dentro del sistema capitalista, y no plantearse la lucha con la concepción del marxismo-leninismo, o sea, de la concepción de Guevara.
Con respecto a lo del zapatismo yo voy a ser sincero, no conozco mucho. He escuchado a los interpretadores, creo que hay muchos interpretadores del zapatismo. Primer elemento de interpretación falsa que se ha transmitido es la construcción, digamos, se lo quiere presentar como un movimiento social. Se habla del trabajo de masas, cosa que todos los revolucionarios sabemos que tenemos que hacer. Pero uno piensa cómo empezó el movimiento zapatista: cuatro o cinco compañeros que se fueron a la selva, se fueron a sembrar ahí, con un proyecto a diez o quince años. ¿Si esos compañeros no tenían un proyecto de vanguardia, cómo se puede catalogar al proyecto de los compañeros que hoy están llevando adelante ese proyecto?. Después se presentan cuestiones del zapatismo como si fueran un hallazgo, que interpretan a las masas, que hablan su mismo lenguaje, que llevan adelante sus aspiraciones. Yo les puedo asegurar que todo movimiento político revolucionario que tuvo repercusión dentro de los movimientos de masa, en cualquier lugar del mundo, tuvo que atenerse a estos principios. El que no hizo, no logró fusionarse con las masas. Esto no es nuevo, no es un hallazgo. Esto los interpretadores del zapatismo quieren presentar a esto como cosas nuevas, como descubrimientos que se han hecho en los años 90, para invalidar la experiencia anterior que nosotros conocemos, hemos hecho, y que todos los revolucionarios del mundo han hecho. Yo creo que hay que conocer, yo no la conozco, hay que tratar de conocer la experiencia directamente, dejar de lado los interpretadores para no comprar diversionismo ideológico de la burguesía.
G. Cieza:
Hay una última pregunta y creo que con esto ya podemos ir cerrando. Dice: Teniendo en cuenta que los partidos revolucionarios son aparentemente más homogéneos y consecuentes con el proyecto del socialismo a nivel internacional, ¿qué hace entender que las revoluciones triunfantes y los proyectos revolucionarios más avanzados de América Latina estén encabezados por movimientos de índole local y/o nacional?.
Hay una última pregunta y creo que con esto ya podemos ir cerrando. Dice: Teniendo en cuenta que los partidos revolucionarios son aparentemente más homogéneos y consecuentes con el proyecto del socialismo a nivel internacional, ¿qué hace entender que las revoluciones triunfantes y los proyectos revolucionarios más avanzados de América Latina estén encabezados por movimientos de índole local y/o nacional?.
D. De Santis:
Bueno, yo creo que he sido claro en la exposición de diferenciar el nacionalismo como ideología de la necesidad de la lucha en cada país. Obviamente, todo movimiento, los movimientos revolucionarios, los partidos revolucionarios, se desarrollan en el marco de las naciones porque son las estructuras que ha desarrollado la clase dominante y es la forma que tiene el modo de producción capitalista de expresarse, desde que surgió hasta este momento. Nosotros vivimos en estados nacionales que comparten una serie de elementos, lo que hace que dentro de los estados nacionales se conformen las organizaciones para luchar dentro de cada uno de los países. Esto en absoluto es contradictorio con la necesidad de la lucha internacional. La lucha internacional, dice el Che, además de una obligación moral es una necesidad, porque no es posible pensar en la liberación de los pueblos del mundo y de los trabajadores con revoluciones en un solo país. La revolución tiene que ser internacional. Y si no veamos la experiencia de la Revolución Rusa, una revolución extraordinaria, revolución que fue, tal vez, la revolución más profunda que se desarrolló en este siglo, y por abandonar los principios del internacionalismo, no tener un internacionalismo consecuente, no logró prosperar. En este sentido, me parece que el mensaje del Che, y sobre todo la práctica del Che, es totalmente clara. Me animo a decir, sin lugar a exagerar nada, que Guevara debe haber sido el internacionalista más cabal que existió en la historia del movimiento socialista y revolucionario del mundo, porque luchó en distintos continentes, luchó en varios países, además de sostener esta teoría, lo sostuvo en la práctica, e incluso cayó luchando en Bolivia. O sea que para nada tenemos que ver la necesidad de las construcciones dentro de las fronteras nacionales con la necesidad del internacionalismo revolucionario.
Bueno, yo creo que he sido claro en la exposición de diferenciar el nacionalismo como ideología de la necesidad de la lucha en cada país. Obviamente, todo movimiento, los movimientos revolucionarios, los partidos revolucionarios, se desarrollan en el marco de las naciones porque son las estructuras que ha desarrollado la clase dominante y es la forma que tiene el modo de producción capitalista de expresarse, desde que surgió hasta este momento. Nosotros vivimos en estados nacionales que comparten una serie de elementos, lo que hace que dentro de los estados nacionales se conformen las organizaciones para luchar dentro de cada uno de los países. Esto en absoluto es contradictorio con la necesidad de la lucha internacional. La lucha internacional, dice el Che, además de una obligación moral es una necesidad, porque no es posible pensar en la liberación de los pueblos del mundo y de los trabajadores con revoluciones en un solo país. La revolución tiene que ser internacional. Y si no veamos la experiencia de la Revolución Rusa, una revolución extraordinaria, revolución que fue, tal vez, la revolución más profunda que se desarrolló en este siglo, y por abandonar los principios del internacionalismo, no tener un internacionalismo consecuente, no logró prosperar. En este sentido, me parece que el mensaje del Che, y sobre todo la práctica del Che, es totalmente clara. Me animo a decir, sin lugar a exagerar nada, que Guevara debe haber sido el internacionalista más cabal que existió en la historia del movimiento socialista y revolucionario del mundo, porque luchó en distintos continentes, luchó en varios países, además de sostener esta teoría, lo sostuvo en la práctica, e incluso cayó luchando en Bolivia. O sea que para nada tenemos que ver la necesidad de las construcciones dentro de las fronteras nacionales con la necesidad del internacionalismo revolucionario.
G. Daleo:
Yo a lo que dijo Daniel agregaría que me parece que no hay que confundir lo que es el concepto del internacionalismo en cuanto a la concepción de dos cosas. Uno, la necesidad de que las revoluciones en cada país también se sostienen, tienen posibilidades de desarrollo y consolidación, en la medida que se vayan desarrollando procesos revolucionarios en otros países. Eso me parece que es un elemento. Ahora, por otra parte, la práctica nos demuestra que en los países se desarrollan revoluciones socialistas, el Che participó de una revolución en un lugar y en un país concreto que es Cuba, digamos, creo que eso es una cuestión, el proceso revolucionario se lleva adelante, se desarrolla en un país concreto, por ejemplo Cuba. Que después ese país, ya constituido como país revolucionario, como sociedad revolucionaria, aporte al desarrollo del proceso revolucionario en otros países con vistas a que, bueno, alguna vez no existan más las fronteras nacionales y todo eso, creo que es otra cosa. Pero me parece que necesariamente los procesos se desarrollan localmente en los lugares, y además concebidos, también, en la concepción de la solidaridad internacional, en la solidaridad con el resto de los países que luchan.
Yo a lo que dijo Daniel agregaría que me parece que no hay que confundir lo que es el concepto del internacionalismo en cuanto a la concepción de dos cosas. Uno, la necesidad de que las revoluciones en cada país también se sostienen, tienen posibilidades de desarrollo y consolidación, en la medida que se vayan desarrollando procesos revolucionarios en otros países. Eso me parece que es un elemento. Ahora, por otra parte, la práctica nos demuestra que en los países se desarrollan revoluciones socialistas, el Che participó de una revolución en un lugar y en un país concreto que es Cuba, digamos, creo que eso es una cuestión, el proceso revolucionario se lleva adelante, se desarrolla en un país concreto, por ejemplo Cuba. Que después ese país, ya constituido como país revolucionario, como sociedad revolucionaria, aporte al desarrollo del proceso revolucionario en otros países con vistas a que, bueno, alguna vez no existan más las fronteras nacionales y todo eso, creo que es otra cosa. Pero me parece que necesariamente los procesos se desarrollan localmente en los lugares, y además concebidos, también, en la concepción de la solidaridad internacional, en la solidaridad con el resto de los países que luchan.
G. Cieza:
Bueno, acá ha venido una pregunta de último momento. Se dirige a De Santis y dice, y con esta sí terminamos: ¿Qué diferencias tiene usted con el PCR o con los partidos socialistas ya existentes que hacen que no los vea como una alternativa válida?.
Bueno, acá ha venido una pregunta de último momento. Se dirige a De Santis y dice, y con esta sí terminamos: ¿Qué diferencias tiene usted con el PCR o con los partidos socialistas ya existentes que hacen que no los vea como una alternativa válida?.
D. De Santis:
Bueno, en concreto con el PCR una diferencia histórica. Nosotros construimos un partido revolucionario, socialista, internacionalista, con la concepción que hemos estado explicando toda la noche. A esta concepción el PCR siempre se opuso. El PCR levantó la bandera de Guevara, la agitó como bandera, pero en la práctica calificó a los militantes que sosteníamos las concepciones de Guevara como aventureros, como pequeños-burgueses desesperados, cómo era que decían, populismo barrial del errepé. Bueno, ellos veían que la concepción revolucionaria, no la compartían, no estaban de acuerdo con nosotros. Habría que ver si... Bueno, después, ahora me voy acordando, el PCR tiene una concepción nacionalista, ha sostenido la alianza con la burguesía, en concreto la alianza con López Rega. Nosotros hemos polemizado y tenemos serios enfrentamientos con el PCR cuando ellos apoyaban a López Rega y nos criticaban a nosotros por estar en contra del gobierno popular. Ésta fue la concepción del PCR, y que sigue siendo la concepción del PCR, oscilante. Hay algunos aspectos formales que nosotros podemos compartir con el PCR, pero cuando las contradicciones de la lucha de clases se ponen al rojo vivo el PCR no ha sido consecuente con los planteos de lucha revolucionaria. Para el materialismo histórico es muy importante tener la experiencia anterior para saber cómo vamos a caminar en el futuro. En este momento las contradicciones del capitalismo son muy fuertes, pero no se expresan a nivel político, por eso es muy difícil de precisar las líneas políticas de los partidos revolucionarios. Revisemos la historia y vamos a saber para dónde van a ir esos partidos. Y bueno, con los partidos, en general, de izquierda, que militan en el trotskismo, también han enfrentado toda esta concepción que hemos expresado nosotros esta noche. Ellos, yo ahí vi unos chicos que estaban vendiendo revistas con la foto del Che Guevara, pequeño-burgués desesperado, aventurero, éste era el calificativo que tenían estas organizaciones de Guevara. Han descubierto a Guevara 30 años después de su muerte. ¿Saben cuándo descubren a Guevara estas organizaciones?. Cuando la misma clase dominante lo quiere canonizar a Guevara y hacerlo un ser inofensivo para el sistema capitalista. En el momento que Guevara estaba vivo, cuando estaba al frente de la lucha revolucionaria, le dieron la espalda, lo criticaron y lo impugnaron con los peores calificativos. Entonces, yo creo que la experiencia histórica nos enseña de qué lado han estado los revolucionarios. Yo creo que... Bueno, además hay partidos de izquierda que no salen de la táctica electoralista. Hemos dicho es bueno participar en elecciones, sirve, pero cuando la táctica electoral, la táctica de lucha revolucionaria se agota en el proceso electoral y en las huelgas económicas creemos que es limitada. También podríamos hablar extensamente de lo que es la política revolucionaria, de lo que es el tradeunionismo o el sindicalismo. En general, a los partidos trotskistas les cuesta mucho trabajo saltar de la lucha sindical a la lucha política revolucionaria, hay una concepción yo creo que absolutamente distinta de lo que es el marxismo revolucionario. Para decirlo una vez más, al marxismo-leninismo, al marxismo revolucionario en América Latina hay que verlo a través de la práctica, la acción y el pensamiento de Guevara. Ése entendemos nosotros es el verdadero marxismo-leninismo en América Latina. Ha habido otras concepciones que han tomado en forma dogmática al marxismo, que han repetido experiencias anteriores, que han estereotipado revoluciones que se han dado en otros países, en otro momento, pero no han sabido adaptarse al desarrollo de la lucha revolucionaria en los momentos que les tocó actuar.
Bueno, en concreto con el PCR una diferencia histórica. Nosotros construimos un partido revolucionario, socialista, internacionalista, con la concepción que hemos estado explicando toda la noche. A esta concepción el PCR siempre se opuso. El PCR levantó la bandera de Guevara, la agitó como bandera, pero en la práctica calificó a los militantes que sosteníamos las concepciones de Guevara como aventureros, como pequeños-burgueses desesperados, cómo era que decían, populismo barrial del errepé. Bueno, ellos veían que la concepción revolucionaria, no la compartían, no estaban de acuerdo con nosotros. Habría que ver si... Bueno, después, ahora me voy acordando, el PCR tiene una concepción nacionalista, ha sostenido la alianza con la burguesía, en concreto la alianza con López Rega. Nosotros hemos polemizado y tenemos serios enfrentamientos con el PCR cuando ellos apoyaban a López Rega y nos criticaban a nosotros por estar en contra del gobierno popular. Ésta fue la concepción del PCR, y que sigue siendo la concepción del PCR, oscilante. Hay algunos aspectos formales que nosotros podemos compartir con el PCR, pero cuando las contradicciones de la lucha de clases se ponen al rojo vivo el PCR no ha sido consecuente con los planteos de lucha revolucionaria. Para el materialismo histórico es muy importante tener la experiencia anterior para saber cómo vamos a caminar en el futuro. En este momento las contradicciones del capitalismo son muy fuertes, pero no se expresan a nivel político, por eso es muy difícil de precisar las líneas políticas de los partidos revolucionarios. Revisemos la historia y vamos a saber para dónde van a ir esos partidos. Y bueno, con los partidos, en general, de izquierda, que militan en el trotskismo, también han enfrentado toda esta concepción que hemos expresado nosotros esta noche. Ellos, yo ahí vi unos chicos que estaban vendiendo revistas con la foto del Che Guevara, pequeño-burgués desesperado, aventurero, éste era el calificativo que tenían estas organizaciones de Guevara. Han descubierto a Guevara 30 años después de su muerte. ¿Saben cuándo descubren a Guevara estas organizaciones?. Cuando la misma clase dominante lo quiere canonizar a Guevara y hacerlo un ser inofensivo para el sistema capitalista. En el momento que Guevara estaba vivo, cuando estaba al frente de la lucha revolucionaria, le dieron la espalda, lo criticaron y lo impugnaron con los peores calificativos. Entonces, yo creo que la experiencia histórica nos enseña de qué lado han estado los revolucionarios. Yo creo que... Bueno, además hay partidos de izquierda que no salen de la táctica electoralista. Hemos dicho es bueno participar en elecciones, sirve, pero cuando la táctica electoral, la táctica de lucha revolucionaria se agota en el proceso electoral y en las huelgas económicas creemos que es limitada. También podríamos hablar extensamente de lo que es la política revolucionaria, de lo que es el tradeunionismo o el sindicalismo. En general, a los partidos trotskistas les cuesta mucho trabajo saltar de la lucha sindical a la lucha política revolucionaria, hay una concepción yo creo que absolutamente distinta de lo que es el marxismo revolucionario. Para decirlo una vez más, al marxismo-leninismo, al marxismo revolucionario en América Latina hay que verlo a través de la práctica, la acción y el pensamiento de Guevara. Ése entendemos nosotros es el verdadero marxismo-leninismo en América Latina. Ha habido otras concepciones que han tomado en forma dogmática al marxismo, que han repetido experiencias anteriores, que han estereotipado revoluciones que se han dado en otros países, en otro momento, pero no han sabido adaptarse al desarrollo de la lucha revolucionaria en los momentos que les tocó actuar.
Público:
Usted acabó de decir que a los partidos trotskistas les cuesta mucho pasar a la lucha revolucionaria. ¿Ésa es la diferencia que se suscita en los años 70 entre este tronco del Partido Revolucionario de los Trabajadores que se separa, del ERP por un lado y el Partido Socialista de los Trabajadores por el otro? ¿Es esa concepción?.
Usted acabó de decir que a los partidos trotskistas les cuesta mucho pasar a la lucha revolucionaria. ¿Ésa es la diferencia que se suscita en los años 70 entre este tronco del Partido Revolucionario de los Trabajadores que se separa, del ERP por un lado y el Partido Socialista de los Trabajadores por el otro? ¿Es esa concepción?.
D. De Santis:
Ésa es una de las cosas, sí. Ahí, bueno, nosotros acá repartimos una parte de las resoluciones del IV Congreso, donde un poco se toca eso. Sí, sí, eso es uno de los elementos esenciales de la diferencia con Nahuel Moreno.
Ésa es una de las cosas, sí. Ahí, bueno, nosotros acá repartimos una parte de las resoluciones del IV Congreso, donde un poco se toca eso. Sí, sí, eso es uno de los elementos esenciales de la diferencia con Nahuel Moreno.
Público:
¿Pero eso no es... no hay una contradicción en lo que se estuvo hablando con respecto a la organización de un partido revolucionario, un partido obrero?. O sea, es como si yo notara en aquella época como una... o sea, hay dos cosas, yo creo que es como que no se debería haber dividido, porque está la concepción, pero evidentemente hay una franja muy revolucionaria como escapada un poco de la base, y por el otro lado como una política o un mensaje del partido revolucionario pero... está muy dividida la cosa. Me parece que hay una especie de contradicción...
¿Pero eso no es... no hay una contradicción en lo que se estuvo hablando con respecto a la organización de un partido revolucionario, un partido obrero?. O sea, es como si yo notara en aquella época como una... o sea, hay dos cosas, yo creo que es como que no se debería haber dividido, porque está la concepción, pero evidentemente hay una franja muy revolucionaria como escapada un poco de la base, y por el otro lado como una política o un mensaje del partido revolucionario pero... está muy dividida la cosa. Me parece que hay una especie de contradicción...
D. De Santis:
No, no es una contradicción, son dos...
No, no es una contradicción, son dos...
Público:
... o sea, la parte revolucionaria es como que se separara, pero por el otro lado se está exigiendo la organización del partido obrero.
... o sea, la parte revolucionaria es como que se separara, pero por el otro lado se está exigiendo la organización del partido obrero.
D. De Santis:
Claro, yo creo que la pregunta es buena para plantear, justamente, que no es una contradicción, son dos aspectos distintos. Una cuestión es la acción política y otra cosa es el trabajo de masas. Confundir esto, esto es lo que confunden los trotskistas, confunden la acción política con el trabajo de masas. El trabajo de masas puede ser social en los distintos aspectos, barrial, fabril, estudiantil, pero también hay un trabajo de masas esencialmente político, y además hay un trabajo político de la organización, independiente del trabajo social. Limitarse solamente al trabajo social es no hacer política. Esto mismo Lenin lo dice, más o menos así, las masas, las masas, déjense de embromar con las masas, ya sabemos que tenemos que trabajar con las masas, y lo hemos hecho y hemos trabajado con las masas y hemos construido un partido dentro de la fábrica. Nosotros hicimos una lista de las 300 fábricas más grandes de la Argentina, de más de 500 obreros, y en muchas de esas fábricas el PRT constituyó las células y los comités fabriles, pero esto es un aspecto de la construcción. Otra cuestión es la acción política, la agitación, la propaganda, las acciones de, la participación en las elecciones, un programa político, conferencias, películas, bueno, toda la acción política que es independiente de la construcción social en un lugar determinado. Son dos aspectos distintos que tienen que complementarse, pero que si no está la acción política independiente esa acción social termina siendo capitalizada por los partidos de la burguesía.
Claro, yo creo que la pregunta es buena para plantear, justamente, que no es una contradicción, son dos aspectos distintos. Una cuestión es la acción política y otra cosa es el trabajo de masas. Confundir esto, esto es lo que confunden los trotskistas, confunden la acción política con el trabajo de masas. El trabajo de masas puede ser social en los distintos aspectos, barrial, fabril, estudiantil, pero también hay un trabajo de masas esencialmente político, y además hay un trabajo político de la organización, independiente del trabajo social. Limitarse solamente al trabajo social es no hacer política. Esto mismo Lenin lo dice, más o menos así, las masas, las masas, déjense de embromar con las masas, ya sabemos que tenemos que trabajar con las masas, y lo hemos hecho y hemos trabajado con las masas y hemos construido un partido dentro de la fábrica. Nosotros hicimos una lista de las 300 fábricas más grandes de la Argentina, de más de 500 obreros, y en muchas de esas fábricas el PRT constituyó las células y los comités fabriles, pero esto es un aspecto de la construcción. Otra cuestión es la acción política, la agitación, la propaganda, las acciones de, la participación en las elecciones, un programa político, conferencias, películas, bueno, toda la acción política que es independiente de la construcción social en un lugar determinado. Son dos aspectos distintos que tienen que complementarse, pero que si no está la acción política independiente esa acción social termina siendo capitalizada por los partidos de la burguesía.
G. Cieza:
Entonces damos cierre. El próximo sábado "El legado del Che en la actualidad". Va a estar presente Hebe de Bonafini, representantes del MLN Tupamaros, ya nos anunciaron va a estar el Negro López Mercao, y compañeros del Movimiento Sin Tierra. Va a ser la última clase. Los esperamos, buenas tardes.
Bibliografía
La influencia del Che en la Argentina
1- Gabriel Rot. "Masetti, el “Comandante Segundo”, y los orígenes perdidos de la guerrilla en la Argentina". En El Rodaballo. Revista de política y cultura. Año 3, Nº 6-7, otoño-invierno 1997. "La izquierda argentina: historiografía y política". (pp. 39-46).
2- Texto completo del reportaje que la revista argentina Che le efectuara en La Habana a John William Cooke en setiembre de 1961. "Hoy somos un apéndice del imperialismo". En periódico Madres de Plaza de Mayo. Octubre de 1990. (pp. 17-18). (También en: Ernesto Goldar. John William Cooke y el peronismo revolucionario. Cap. 3: "La Patria Grande"; “El peronismo y la revolución cubana -en Crisis Nº5, setiembre de 1973-”; pp. 106-115). CEAL, Buenos Aires, 1985). Ver Módulo II.
3- John William Cooke. "La desaparición del Che Guevara". (1965). En Revista Crisis, Nº 9. Bs. As., enero de 1974. (pp. 11-12).
4- Martín Caparrós - Eduardo Anguita. La voluntad. Una historia de la militancia revolucionaria en la Argentina. Tomo I: 1966-1973. Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 1997. - Cap. 8, "Muerte de John William Cooke" (pp. 220-222; incluye "Testamento" -21/08/1968- publicado en Crisis Nº 9, Bs. As., enero de 1974, pág. 9).
5- Juan Domingo Perón. "Carta del general Perón al movimiento peronista sobre la muerte del comandante Ernesto Che Guevara". Madrid, 24 de octubre de 1967.
6- Carlos Eichelbaum. "Peronismo revolucionario. “El Che era uno de los nuestros”". En Política, cultura y sociedad en los 70. Año 1, Nº 7, septiembre de 1997. "El guevarismo en la Argentina". (pp. 16-22).
7- Eduardo Gurrucharri. "Gustavo Rearte. El peronismo y la Revolución Cubana en los años de fuego". En Retruco. Año 7, Nº 25, noviembre-diciembre 1995 (pp. 14-15).
8- Gustavo Rearte. "Violencia y tarea principal". Octubre de 1970. En: Roberto Baschetti (compilador). Documentos (1970-1973). De la guerrilla pernista al gobierno popular. (pp. 93-95). Editorial De La Campana. La Plata.
9- "Polémica: peronismo revolucionario vs. izquierda revolucionaria": “Reportaje a las Fuerzas Armadas Revolucionarias”. Diciembre, 1970. “Responde el Ejército Revolucionario del Pueblo”. Abril-mayo, 1971. “Una respuesta al documento del ERP”. Carlos Olmedo. 1971. En: Roberto Baschetti (compilador). Documentos (1970-1973). De la guerrilla pernista al gobierno popular. (pp. 145-214). Editorial De La Campana. La Plata.
10- Luis Mattini. Hombres y mujeres del PRT-ERP. De Tucumán a La Tablada. Editorial De La Campana. La Plata. - Cap. 1: "El FRIP-Palabra Obrera"; “La democracia revolucionaria”, “Mario Roberto Santucho” (pp. 26-29). - Cap. 8: "La fuga del penal de Rawson"; “Santucho en Cuba” (pp. 158-160). - Cap. 16: "La idea del doble poder"; “Premonitoria carta de Miguel Enríquez”, “El concepto del doble poder” (pp. 300-313). - Cap. 20: "La solidaridad y coordinación internacional" (pp. 368-382).
11- Daniel De Santis. "Influencia del Che en la Argentina". Apuntes para la intervención en la Cátedra Che Guevara de la Universidad de La Plata. 8 de noviembre de 1997.
12- Resoluciones del IV Congreso del PRT. "El único camino hacia el poder obrero y el socialismo". Capítulo 1: “El marxismo y la cuestión del poder”. Partido Revolucionario de los Trabajadores, enero de 1968.
13- Claudia Korol. "El Che y los argentinos". 1997.
14- Palabras de Hebe de Bonafini. "Homenaje al Che". 8 de octubre de 1988.
15- Entrevista a Manuel Gaggero. "Estábamos dispuestos a dar la vida". En Revista La Maga, mayo de 1997.
16- Miguel Bonasso. "Revolución y contrarrevolución". En La interminable conquista 1492-1992. Ediciones Ayllu, 1992.
17- Roberto Argelio Frías Jiménez. "El proyecto social cubano. Fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas". En Revista Crítica de nuestro tiempo, Nº 11, septiembre de 1995.
18- Gabriel Fernández. "Una experiencia organizativa de los trabajadores". En periódico Madres de Plaza de Mayo.
19- Graciela Daleo - Miguel Mazzeo. "Prólogo de dos generaciones". En: Guillermo Cieza. Destiempo. Una historia de los 70. (pp. 9-15). Ediciones de Retruco, Gonnet-La Plata, 1997.
* La Cátedra recomienda la lectura de:
- Volumen colectivo. Che, el argentino. Ediciones De mano en mano, Buenos Aires, 1997.
- Norberto Galasso. Cooke: de Perón al Che. Una biografía política. Homo Sapiens Ediciones, Rosario, 1997.
Los cuadernillos de las desgrabaciones y de los textos que se indican en la bibliografía están disponibles para consulta en la Biblioteca Popular Héctor Germán Oesterheld.
Anexo
¿QUÉ DECIMOS?
Pensada como una de las formas de generar un intercambio de opiniones entre quienes participamos de la Cátedra, el 27/9 y el sábado pasado circuló una encuesta, de la que podemos extraer algunas conclusiones. A partir de una serie de preguntas abiertas, encontramos en las respuestas cuáles son algunos de los aspectos que interesan o que requieren modificarse. Así, canalizando esas inquietudes, en la medida en que sea posible hacerlo, podremos desarrollar y mejorar este espacio.
Opiniones y sugerencias
Algunos de los comentarios sobre la Cátedra indican la importancia de que sea un ámbito abierto, así como resaltan la amplitud, diversidad, heterogeneidad política de los expositores; también la tolerancia y el óptimo nivel de los docentes. Se señala como positivo la contextualización de la figura de Guevara, su desmitificación, la humanización del Che.
La mayoría de las críticas y las cuestiones a mejorar se refieren a los debates. En muchos casos se opina que en el momento de las preguntas no hay participación y no ha habido debates profundos (se contesta, pero no se discuten ideas). Para darle más dinamismo y generar modos de participación más directa se propone trabajar en grupos más reducidos, en comisiones, donde se puede debatir de igual a igual. Este es uno de los aspectos más preocupantes, ¿qué pasa cuando hay que hacer preguntas u opinar?
Otros declaran que hubo disparidad entre las clases, que no fueron parejas en cuanto al contenido; y reparan en la poca unidad teórico-temática de los expositores, es decir, la fragmentación que se observa entre temas, cuando son tratados por distintos docentes. Una de las críticas es sobre "los pocos marxistas que hablaron sobre el Che".
Entre algunas de las sugerencias se indica la posibilidad de agregar material audiovisual; lectura y comentario de citas de los textos por los profesores; y promover alguna otra actividad para no perder este espacio.
Otros temas
Respecto a los temas que podrían agregarse se sugiere: * La relación teoría-práctica llevada adelante por Cuba. * La situación actual y perspectivas de Cuba. * Profundizar sobre la Revolución Cubana. * El sandinismo y su relación con Cuba. * Visión de Fidel por el Che. * Similitudes ideológicas entre el Che y Gramsci. * El Che en África. * El Che en Bolivia, sus últimos pasos. * Estudio sobre los restos del Che. * Incidencia del Che en el arte. * Bases filosóficas y culturales del pensamiento del Che. * Teología de la liberación. * Educación para la libertad. * Imposición del modelo económico y control social. * Luchas estudiantiles nacionales e internacionales. * Estudio de otras revoluciones latinoamericanas contemporáneas; Chiapas. * La cuestión nacional. * Enfoques de los partidos de izquierda sobre el tema. * Qué se puede hacer hoy para continuar el mensaje del Che; etc.
Nuestro espacio
La encuesta refleja uno de los aspectos originales de la Cátedra, que es la creación de un espacio que comparten estudiantes de las más diversas carreras, junto a quienes no tienen relación con la vida estudiantil o con la universidad. Entre los que contestaron la encuesta encontramos estudiantes secundarios, de Periodismo, Historia, Trabajo Social, Medicina, Sociología, Educación Física, Económicas, Filosofía, Veterinarias, Arquitectura, Informática, Derecho, Geofísica, Psicología, Ingeniería eléctrica, Letras y Plástica. En total respondieron 64 personas, y el promedio de edad es de 24 años.
Hubo comentarios positivos sobre la bibliografía, algunos respecto a la inclusión de documentos directos y no de interpretaciones de otros autores. Dada la cantidad de textos, se plantea la posibilidad de que sean más económicos. Analizaremos cómo podemos hacer para que los módulos puedan circular de manera que todos puedan tener acceso a los mismos.
La mayoría de los que respondieron califican a la Cátedra como buena y muy buena. También muchos se mostraron dispuestos a colaborar de alguna manera para que este ámbito de reflexión y de discusiones pueda crecer.
Esta es una síntesis de lo expresado a través de la encuesta. Pero la posibilidad de opinar y de generar aportes es permanente. Ya se acerca el final de este cuatrimestre, y para continuar el año que viene se hace necesario un balance sobre esta experiencia. Es por eso que cualquier sugerencia y colaboraciones van a ser bienvenidas. Que este lugar sea más participativo depende de cada uno de nosotros. La pregunta ahora sería ¿qué hacemos?.
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. 7 - 8/11/97
Lecturas / CHE, EL ARGENTINO
Los trabajos presentados en este libro poseen una particularidad: el lector encontrará algunos aspectos de las múltiples y desconocidas relaciones que el Che nunca dejó de mantener -de fomentar- con la Argentina, con los argentinos y con lo argentino.
Es este un aspecto poco abarcado por las biografías y los comentarios más acabados. El Che nunca dejó de tener expectativas sobre la revolución en este país, y jamás dejó de alimentar oportunidades. Quizás sea su relación con Jorge Massetti la más paradigmática en este sentido. Tal vez, el diálogo entre el Che y Cooke sea uno de los diálogos políticos más significativos de la revolución frustrada en nuestra patria y paradójicamente, menos estudiados, incluso por la militancia popular.
Quienes fueron convocados por el colectivo de trabajo de El Mate para participar de este proyecto reúnen -entre otras condiciones- las de ser docentes de la Cátedra Libre Ernesto Che Guevara de la Universidad de Buenos Aires y además, la de ser destacados militantes del movimiento popular argentino. Los autores son: Manuel Gaggero, Osvaldo Bayer, Eduardo Gurrucharri, Miguel Bonasso, Horacio González, Luis Mattini, Rubén Dri, Alberto Plá, Néstor Kohan, Roberto Baschetti, Diego Sztulwark y Gabriel Fernández.
Este libro es también una excusa para volcar ricas reflexiones teóricas, ya sea como balance aún no acabado de las experiencias de lucha que se han desarrollado durante las décadas pasadas en el país, o bien como aportes generales a la reconstitución de una tan necesaria teoría revolucionaria apta para afrontar los desafíos actuales.
¿Qué proyección ofrece a los jóvenes argentinos la evocación de Ernesto Che Guevara? ¿Cuál es el sentido, hoy y aquí, del estudio de luchas y pensamientos generados en otras circunstancias? En este libro se recorren diferentes aspectos de la historia de un revolucionario singular, cuyas enseñanzas prácticas cobran cuerpo en el marco presente. El Che, hombre de su tiempo, trasciende los 60 y ofrece una variedad de desafíos que se instalan vigorosamente en esta nueva era de gestación. La agudización del pensamiento crítico es el camino escogido por los autores para analizar un emblema que, por eso, revive más cercano y tiende su mano a través del tiempo para impulsar transformaciones destinadas a construir otro futuro.
Ediciones De mano en mano
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. 12 - 9/5/98
LA MISMA GENERACIÓN
...
Desde ya, Tosco, que como no soy precisamente lo que se llama un experto en panegíricos, para poner la cosa a foco prefiero pensar en la serie. En la serie en la que usted se inscribe. Para eludir así lo personalista y pasar a una dimensión social.
–¿Quiere decir: para ubicarlo a Tosco en lo que podría llamarse "producción social de líderes"?
De manera tal de ir coincidiendo con lo que Tosco insinuaba cada vez que le hablaban de las carencias argentinas o de las depresiones históricas en las que solían incurrir hasta sus amigos más próximos:
–Mire, Viñas, si en este país nació el Che, quiere decir que por debajo de ese emergente tienen que existir, por lo menos, otros cinco mil Che...
–Como con Fangio: ¿por debajo de ese "superhéroe" del automovilismo argentino, doscientos o trescientos corredores de primera línea?
–Ahá; producción social, Viñas.
–¿Como con Roberto Arlt y la novelística de los años 20?
–Ahá.
Y Tosco no decía eso –va de suyo– por un optimismo facilongo o para darse manija con lo que tuviera más a mano. "Un optimismo trágico tenía Tosco, Viñas. Entérese". Incluso, mirando su ubicación en el proceso obrero argentino de los años 60 y 70, bien puede decirse que si Tosco es a la franja proletaria lo que Ernesto Guevara representó para el nivel latinoamericano, Rodolfo Walsh se convierte en el emblema correspondiente al campo específicamente intelectual.
–¿Tosco, Walsh y el Che?
–Si digo otra vez "ahá" van a creer que le estoy tomando el pelo...
–Yo hablaría, además, de Eva.
–¿Duarte?
–Sí: emergente respecto de las mujeres sumergidas... Y aquí estamos en la comunión de los santos.
Lo que no quiere decir que las "especificidades" de uno y de otro andarivel se agotarán en lo específico. "Una densidad que va más allá: de eso se trata". Dado que si algo definía a Tosco (y a Walsh y al Che) es que denunciaban, de hecho, todo intento de compartimentización fragmentadora de la realidad global.
–No a la esquizofrenia, venían a decirnos.
–No a la esquizofrenia que produce un trabajo alienado. Eso venían a decirnos.
–Se está poniendo enfático, Viñas.
La prueba, si cabe, es que esa fragmentación se parece al estilo "departamentalizado" de las universidades norteamericanas. Símbolo de una cultura a la que sólo le interesan los especialistas...
–Y no las personas, Viñas.
Y si eso lo dijo alguna vez el Che, harto del imperialismo y tratando de no perder el tino frente a una "cultura del plástico", yo me permito creer que pensaba, al mismo tiempo, en personas como Rodolfo o como Agustín.
–Al fin de cuenta, Viñas, todos eran de eso que suele llamarse "la misma generación".
–¿Qué me quiere decir con eso: que habían nacido los tres alrededor de 1930?
–No, no. Yo no hablo de nacimientos. Hablo de muertes sobre un mismo trazo.
David Viñas
En: La Maga. 3/6/98. (fragmentos).
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. 16 - 6/6/98
John William Cooke / POLÍTICA DE PRINCIPIOS
* En la pared del despacho hay un cartel que dice Bienvenidos a Cuba. Territorio Libre de América. El Movimiento 26 de Julio lo invita al Congreso Latinoamericano de Solidaridad con la Revolución, pero a poco de llegar lo detienen. Un diplomático extranjero lo acusa de terrorista. Siempre escribe en lugares insólitos, así que pide una máquina. Se la facilitan. Eso lo tranquiliza. Se concentra y empieza a teclear. De pronto siente que alguien a sus espaldas le toca el hombro y pregunta con acento argentino: ¿Qué tal Cooke? ¿Está en cana? El bromista es el Che. La Habana, abril de 1960.
* El 25 de mayo de 1962, la colonia argentina en Cuba organiza un asado conmemorativo... La Revolución Cubana es un factor de acercamiento entre sectores peronistas y de la izquierda y el Bebe habla por los compatriotas: Cuando los pueblos pugnan por liberarse, ahondan en el escrutinio de su pasado... En el pasado buscamos afirmación, antecedentes, claves. Pero sabiendo que los desafíos históricos son constantes y renovados, y que cada generación debe responder a los suyos. La historia no está escrita por anticipado y el mundo se nos ofrece como inacabado para que lo construyamos en medio de la contingencia y el riesgo: está en nosotros que deje de ser un mundo de ignominia... Cooke acaba de reafirmar un rasgo central de su pensamiento: no es determinista.
En setiembre de 1960, un año y medio antes de aquel asado histórico, el Bebe escribe a Perón para informarle que: los malentendidos con respecto al peronismo se han ido disipando, y cada día progresamos más en ese sentido...
Aquí, con una gran sinceridad, han explicado el problema. El propio Presidente de la República, doctor Dorticós, explicó en una conferencia por radio y televisión que cuando Fidel Castro fue a la Argentina el año pasado, fue recibido con total indiferencia en las barriadas humildes. Eso se debía, explicó, a que allí quisieron equiparar nuestra Revolución con el golpe que derrocó al General Perón, y por eso los humildes nos hicieron el vacío y los oligarcas nos aplaudieron.
No es poco, en verdad, lo que ha logrado Cooke. Tal vez porque los cubanos se fijan no sólo en lo que dice, sino en lo que hace. Y una de las cosas que hace el Bebe es organizar el entrenamiento militar de jóvenes peronistas y de otras procedencias, los primeros grupos de militantes argentinos que viajan a Cuba a prepararse para la guerra de guerrillas...
* En abril de 1961 fracasa en Playa Girón la invasión teledirigida por la CIA y el gobierno de Kennedy. Fidel Castro aprieta el acelerador y proclama su adhesión al marxismo-leninismo. Cooke defiende la decisión en su correspondencia con Perón y en octubre de 1962 viaja a Europa para transmitirle la invitación del Primer Ministro cubano para visitar o directamente instalarse en la isla. Le escribe desde París, porque el General ha debido argüir una excusa del tipo estoy cercado para evitar recibirlo. El Bebe le toma la palabra y le endilga: El prisionero de la Puerta de Hierro. Esa es la manera que se me ocurre para definir su situación actual.
* Sin la menor vacilación le decimos que tanto nosotros como la masa peronista consideramos que su lugar de residencia debe ser Cuba.
Parte sustancial de una carta dirigida a Perón que Amado Olmos presenta a votación de un plenario de las 62 Organizaciones en enero de 1965, aclarando que la idea ha surgido de una conversación con su amigo Cooke, redactor material del texto.
Durante el plenario, el debate de la propuesta se va diluyendo: La residencia de Perón en España es la tumba de la revolución nacional, dice Olmos cuando advierte que su propuesta no será votada. Después la divulga.
Hay dirigentes obreros de los que me cuentan cosas de espanto. Son los mismos que actuaron en la huelga de 1959... Eran excelentes muchachos que con una línea partidaria correcta no hubiesen sucumbido a las tentaciones, ha reprochado Cooke a Perón. Parece una letra de tango y aclara: ¿Por qué hay dirigentes sindicales que negocian con los gobiernos para no perder el sindicato? Porque no hay una línea partidaria y órganos con autoridad moral, entonces, hay que mantener el sindicato porque nadie nos tendrá en cuenta el gesto y, más bien, nos eliminarán de cualquier posición política. Principio de validez permanente que rebate a quienes declaran la pretensión de cambiar la sociedad y dejan primar en la fuerza que construyen, los valores que dicen querer modificar.
Aquí hay dos concepciones enfrentadas. Una es fruto de cierto pesimismo filosófico acerca del hombre, y en ella la ética de la política reside en sus fines y nunca en sus medios: La única verdad es la realidad, dirá Perón en la más estricta tradición del Príncipe florentino.
Cooke le ofrece un ejemplo práctico donde la ética de los medios se corresponde con los fines para buscar un objetivo. Es una de las claves del pensamiento del Che: Política de principios, la mejor política. Acertando o incluso equivocándose, va a revolucionar la concepción tradicional.
* Hay quienes lo ven al margen del peronismo. Es cierto que se sitúa casi por fuera de sus estructuras, evita involucrarse en las disputas entre dirigentes y se dedica más bien a una tarea formativa y de difusión. Piensa que esos dirigentes operan con los mismos valores del enemigo y son incapaces de conducir a las bases a la toma del poder, sin lo cual no hay salida para las clases trabajadoras ni para el país. Postula otro camino, ir por otro lado para romper el equilibrio: el peronismo revolucionario es una vanguardia que busca reconciliar la política del Movimiento con el verdadero papel que éste tiene en el enfrentamiento de las fuerzas sociales. Espera que Perón comprenda que el nacionalismo burgués está agotado; ahora revolución social y liberación nacional son dos aspectos de un mismo proceso indivisible.
* Ya muchos saben que el Che está en Bolivia, pero pocos que afrontan dificultades, cuando en agosto de 1967, Cooke preside la delegación argentina a la Confederación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad en La Habana... El Bebe tiene refuerzos: los cristianos revolucionarios representados por Juan García Elorrio y la Juventud Revolucionaria Peronista cuyo jefe es Gustavo Rearte. Él, Cooke y otros compatriotas vienen a establecer un compromiso. Si el Che y sus fuerzas se encontraran en situación de traspasar la frontera boliviana hacia el sur, las organizaciones del Peronismo Revolucionario les darán su apoyo. Mientras tanto, la táctica de los grupos argentinos es cuestión de los grupos argentinos...
A los revolucionarios no les debe turbar la presencia del Che Guevara, que encarna la conciencia moral de los hombres de América, y enfrenta consigo misma cada uno de nosotros... América está demasiado llena de varones prudentes, administradores prolijos del buen sentido y la verdad revolucionaria por igual... Y que están tan muertos como las ideas que exponen con la seguridad de los que jamás ven nada, repercute Cooke en su discurso a la Conferencia.
* Le detectan un cáncer de pulmón. Deja establecida la donación de sus órganos y prohíbe como materialista consecuente todo intento de ceremonia religiosa. Muere el 19 de septiembre de 1968, el mismo día en que un contingente guerrillero de las Fuerzas Armadas Peronistas es sorprendido por la represión cuando se entrenaba en Taco Ralo, Tucumán. Buena parte de los militantes iniciales de las FAP han mantenido una estrecha relación con Cooke.
Eduardo Gurrucharri
En: Volumen colectivo. Che, el argentino. "Un viejo adversario" (fragmentos).
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. 19 - 27/6/98
Entonces damos cierre. El próximo sábado "El legado del Che en la actualidad". Va a estar presente Hebe de Bonafini, representantes del MLN Tupamaros, ya nos anunciaron va a estar el Negro López Mercao, y compañeros del Movimiento Sin Tierra. Va a ser la última clase. Los esperamos, buenas tardes.
Bibliografía
La influencia del Che en la Argentina
1- Gabriel Rot. "Masetti, el “Comandante Segundo”, y los orígenes perdidos de la guerrilla en la Argentina". En El Rodaballo. Revista de política y cultura. Año 3, Nº 6-7, otoño-invierno 1997. "La izquierda argentina: historiografía y política". (pp. 39-46).
2- Texto completo del reportaje que la revista argentina Che le efectuara en La Habana a John William Cooke en setiembre de 1961. "Hoy somos un apéndice del imperialismo". En periódico Madres de Plaza de Mayo. Octubre de 1990. (pp. 17-18). (También en: Ernesto Goldar. John William Cooke y el peronismo revolucionario. Cap. 3: "La Patria Grande"; “El peronismo y la revolución cubana -en Crisis Nº5, setiembre de 1973-”; pp. 106-115). CEAL, Buenos Aires, 1985). Ver Módulo II.
3- John William Cooke. "La desaparición del Che Guevara". (1965). En Revista Crisis, Nº 9. Bs. As., enero de 1974. (pp. 11-12).
4- Martín Caparrós - Eduardo Anguita. La voluntad. Una historia de la militancia revolucionaria en la Argentina. Tomo I: 1966-1973. Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 1997. - Cap. 8, "Muerte de John William Cooke" (pp. 220-222; incluye "Testamento" -21/08/1968- publicado en Crisis Nº 9, Bs. As., enero de 1974, pág. 9).
5- Juan Domingo Perón. "Carta del general Perón al movimiento peronista sobre la muerte del comandante Ernesto Che Guevara". Madrid, 24 de octubre de 1967.
6- Carlos Eichelbaum. "Peronismo revolucionario. “El Che era uno de los nuestros”". En Política, cultura y sociedad en los 70. Año 1, Nº 7, septiembre de 1997. "El guevarismo en la Argentina". (pp. 16-22).
7- Eduardo Gurrucharri. "Gustavo Rearte. El peronismo y la Revolución Cubana en los años de fuego". En Retruco. Año 7, Nº 25, noviembre-diciembre 1995 (pp. 14-15).
8- Gustavo Rearte. "Violencia y tarea principal". Octubre de 1970. En: Roberto Baschetti (compilador). Documentos (1970-1973). De la guerrilla pernista al gobierno popular. (pp. 93-95). Editorial De La Campana. La Plata.
9- "Polémica: peronismo revolucionario vs. izquierda revolucionaria": “Reportaje a las Fuerzas Armadas Revolucionarias”. Diciembre, 1970. “Responde el Ejército Revolucionario del Pueblo”. Abril-mayo, 1971. “Una respuesta al documento del ERP”. Carlos Olmedo. 1971. En: Roberto Baschetti (compilador). Documentos (1970-1973). De la guerrilla pernista al gobierno popular. (pp. 145-214). Editorial De La Campana. La Plata.
10- Luis Mattini. Hombres y mujeres del PRT-ERP. De Tucumán a La Tablada. Editorial De La Campana. La Plata. - Cap. 1: "El FRIP-Palabra Obrera"; “La democracia revolucionaria”, “Mario Roberto Santucho” (pp. 26-29). - Cap. 8: "La fuga del penal de Rawson"; “Santucho en Cuba” (pp. 158-160). - Cap. 16: "La idea del doble poder"; “Premonitoria carta de Miguel Enríquez”, “El concepto del doble poder” (pp. 300-313). - Cap. 20: "La solidaridad y coordinación internacional" (pp. 368-382).
11- Daniel De Santis. "Influencia del Che en la Argentina". Apuntes para la intervención en la Cátedra Che Guevara de la Universidad de La Plata. 8 de noviembre de 1997.
12- Resoluciones del IV Congreso del PRT. "El único camino hacia el poder obrero y el socialismo". Capítulo 1: “El marxismo y la cuestión del poder”. Partido Revolucionario de los Trabajadores, enero de 1968.
13- Claudia Korol. "El Che y los argentinos". 1997.
14- Palabras de Hebe de Bonafini. "Homenaje al Che". 8 de octubre de 1988.
15- Entrevista a Manuel Gaggero. "Estábamos dispuestos a dar la vida". En Revista La Maga, mayo de 1997.
16- Miguel Bonasso. "Revolución y contrarrevolución". En La interminable conquista 1492-1992. Ediciones Ayllu, 1992.
17- Roberto Argelio Frías Jiménez. "El proyecto social cubano. Fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas". En Revista Crítica de nuestro tiempo, Nº 11, septiembre de 1995.
18- Gabriel Fernández. "Una experiencia organizativa de los trabajadores". En periódico Madres de Plaza de Mayo.
19- Graciela Daleo - Miguel Mazzeo. "Prólogo de dos generaciones". En: Guillermo Cieza. Destiempo. Una historia de los 70. (pp. 9-15). Ediciones de Retruco, Gonnet-La Plata, 1997.
* La Cátedra recomienda la lectura de:
- Volumen colectivo. Che, el argentino. Ediciones De mano en mano, Buenos Aires, 1997.
- Norberto Galasso. Cooke: de Perón al Che. Una biografía política. Homo Sapiens Ediciones, Rosario, 1997.
Los cuadernillos de las desgrabaciones y de los textos que se indican en la bibliografía están disponibles para consulta en la Biblioteca Popular Héctor Germán Oesterheld.
Anexo
¿QUÉ DECIMOS?
Pensada como una de las formas de generar un intercambio de opiniones entre quienes participamos de la Cátedra, el 27/9 y el sábado pasado circuló una encuesta, de la que podemos extraer algunas conclusiones. A partir de una serie de preguntas abiertas, encontramos en las respuestas cuáles son algunos de los aspectos que interesan o que requieren modificarse. Así, canalizando esas inquietudes, en la medida en que sea posible hacerlo, podremos desarrollar y mejorar este espacio.
Opiniones y sugerencias
Algunos de los comentarios sobre la Cátedra indican la importancia de que sea un ámbito abierto, así como resaltan la amplitud, diversidad, heterogeneidad política de los expositores; también la tolerancia y el óptimo nivel de los docentes. Se señala como positivo la contextualización de la figura de Guevara, su desmitificación, la humanización del Che.
La mayoría de las críticas y las cuestiones a mejorar se refieren a los debates. En muchos casos se opina que en el momento de las preguntas no hay participación y no ha habido debates profundos (se contesta, pero no se discuten ideas). Para darle más dinamismo y generar modos de participación más directa se propone trabajar en grupos más reducidos, en comisiones, donde se puede debatir de igual a igual. Este es uno de los aspectos más preocupantes, ¿qué pasa cuando hay que hacer preguntas u opinar?
Otros declaran que hubo disparidad entre las clases, que no fueron parejas en cuanto al contenido; y reparan en la poca unidad teórico-temática de los expositores, es decir, la fragmentación que se observa entre temas, cuando son tratados por distintos docentes. Una de las críticas es sobre "los pocos marxistas que hablaron sobre el Che".
Entre algunas de las sugerencias se indica la posibilidad de agregar material audiovisual; lectura y comentario de citas de los textos por los profesores; y promover alguna otra actividad para no perder este espacio.
Otros temas
Respecto a los temas que podrían agregarse se sugiere: * La relación teoría-práctica llevada adelante por Cuba. * La situación actual y perspectivas de Cuba. * Profundizar sobre la Revolución Cubana. * El sandinismo y su relación con Cuba. * Visión de Fidel por el Che. * Similitudes ideológicas entre el Che y Gramsci. * El Che en África. * El Che en Bolivia, sus últimos pasos. * Estudio sobre los restos del Che. * Incidencia del Che en el arte. * Bases filosóficas y culturales del pensamiento del Che. * Teología de la liberación. * Educación para la libertad. * Imposición del modelo económico y control social. * Luchas estudiantiles nacionales e internacionales. * Estudio de otras revoluciones latinoamericanas contemporáneas; Chiapas. * La cuestión nacional. * Enfoques de los partidos de izquierda sobre el tema. * Qué se puede hacer hoy para continuar el mensaje del Che; etc.
Nuestro espacio
La encuesta refleja uno de los aspectos originales de la Cátedra, que es la creación de un espacio que comparten estudiantes de las más diversas carreras, junto a quienes no tienen relación con la vida estudiantil o con la universidad. Entre los que contestaron la encuesta encontramos estudiantes secundarios, de Periodismo, Historia, Trabajo Social, Medicina, Sociología, Educación Física, Económicas, Filosofía, Veterinarias, Arquitectura, Informática, Derecho, Geofísica, Psicología, Ingeniería eléctrica, Letras y Plástica. En total respondieron 64 personas, y el promedio de edad es de 24 años.
Hubo comentarios positivos sobre la bibliografía, algunos respecto a la inclusión de documentos directos y no de interpretaciones de otros autores. Dada la cantidad de textos, se plantea la posibilidad de que sean más económicos. Analizaremos cómo podemos hacer para que los módulos puedan circular de manera que todos puedan tener acceso a los mismos.
La mayoría de los que respondieron califican a la Cátedra como buena y muy buena. También muchos se mostraron dispuestos a colaborar de alguna manera para que este ámbito de reflexión y de discusiones pueda crecer.
Esta es una síntesis de lo expresado a través de la encuesta. Pero la posibilidad de opinar y de generar aportes es permanente. Ya se acerca el final de este cuatrimestre, y para continuar el año que viene se hace necesario un balance sobre esta experiencia. Es por eso que cualquier sugerencia y colaboraciones van a ser bienvenidas. Que este lugar sea más participativo depende de cada uno de nosotros. La pregunta ahora sería ¿qué hacemos?.
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. 7 - 8/11/97
Lecturas / CHE, EL ARGENTINO
Los trabajos presentados en este libro poseen una particularidad: el lector encontrará algunos aspectos de las múltiples y desconocidas relaciones que el Che nunca dejó de mantener -de fomentar- con la Argentina, con los argentinos y con lo argentino.
Es este un aspecto poco abarcado por las biografías y los comentarios más acabados. El Che nunca dejó de tener expectativas sobre la revolución en este país, y jamás dejó de alimentar oportunidades. Quizás sea su relación con Jorge Massetti la más paradigmática en este sentido. Tal vez, el diálogo entre el Che y Cooke sea uno de los diálogos políticos más significativos de la revolución frustrada en nuestra patria y paradójicamente, menos estudiados, incluso por la militancia popular.
Quienes fueron convocados por el colectivo de trabajo de El Mate para participar de este proyecto reúnen -entre otras condiciones- las de ser docentes de la Cátedra Libre Ernesto Che Guevara de la Universidad de Buenos Aires y además, la de ser destacados militantes del movimiento popular argentino. Los autores son: Manuel Gaggero, Osvaldo Bayer, Eduardo Gurrucharri, Miguel Bonasso, Horacio González, Luis Mattini, Rubén Dri, Alberto Plá, Néstor Kohan, Roberto Baschetti, Diego Sztulwark y Gabriel Fernández.
Este libro es también una excusa para volcar ricas reflexiones teóricas, ya sea como balance aún no acabado de las experiencias de lucha que se han desarrollado durante las décadas pasadas en el país, o bien como aportes generales a la reconstitución de una tan necesaria teoría revolucionaria apta para afrontar los desafíos actuales.
¿Qué proyección ofrece a los jóvenes argentinos la evocación de Ernesto Che Guevara? ¿Cuál es el sentido, hoy y aquí, del estudio de luchas y pensamientos generados en otras circunstancias? En este libro se recorren diferentes aspectos de la historia de un revolucionario singular, cuyas enseñanzas prácticas cobran cuerpo en el marco presente. El Che, hombre de su tiempo, trasciende los 60 y ofrece una variedad de desafíos que se instalan vigorosamente en esta nueva era de gestación. La agudización del pensamiento crítico es el camino escogido por los autores para analizar un emblema que, por eso, revive más cercano y tiende su mano a través del tiempo para impulsar transformaciones destinadas a construir otro futuro.
Ediciones De mano en mano
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. 12 - 9/5/98
LA MISMA GENERACIÓN
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Desde ya, Tosco, que como no soy precisamente lo que se llama un experto en panegíricos, para poner la cosa a foco prefiero pensar en la serie. En la serie en la que usted se inscribe. Para eludir así lo personalista y pasar a una dimensión social.
–¿Quiere decir: para ubicarlo a Tosco en lo que podría llamarse "producción social de líderes"?
De manera tal de ir coincidiendo con lo que Tosco insinuaba cada vez que le hablaban de las carencias argentinas o de las depresiones históricas en las que solían incurrir hasta sus amigos más próximos:
–Mire, Viñas, si en este país nació el Che, quiere decir que por debajo de ese emergente tienen que existir, por lo menos, otros cinco mil Che...
–Como con Fangio: ¿por debajo de ese "superhéroe" del automovilismo argentino, doscientos o trescientos corredores de primera línea?
–Ahá; producción social, Viñas.
–¿Como con Roberto Arlt y la novelística de los años 20?
–Ahá.
Y Tosco no decía eso –va de suyo– por un optimismo facilongo o para darse manija con lo que tuviera más a mano. "Un optimismo trágico tenía Tosco, Viñas. Entérese". Incluso, mirando su ubicación en el proceso obrero argentino de los años 60 y 70, bien puede decirse que si Tosco es a la franja proletaria lo que Ernesto Guevara representó para el nivel latinoamericano, Rodolfo Walsh se convierte en el emblema correspondiente al campo específicamente intelectual.
–¿Tosco, Walsh y el Che?
–Si digo otra vez "ahá" van a creer que le estoy tomando el pelo...
–Yo hablaría, además, de Eva.
–¿Duarte?
–Sí: emergente respecto de las mujeres sumergidas... Y aquí estamos en la comunión de los santos.
Lo que no quiere decir que las "especificidades" de uno y de otro andarivel se agotarán en lo específico. "Una densidad que va más allá: de eso se trata". Dado que si algo definía a Tosco (y a Walsh y al Che) es que denunciaban, de hecho, todo intento de compartimentización fragmentadora de la realidad global.
–No a la esquizofrenia, venían a decirnos.
–No a la esquizofrenia que produce un trabajo alienado. Eso venían a decirnos.
–Se está poniendo enfático, Viñas.
La prueba, si cabe, es que esa fragmentación se parece al estilo "departamentalizado" de las universidades norteamericanas. Símbolo de una cultura a la que sólo le interesan los especialistas...
–Y no las personas, Viñas.
Y si eso lo dijo alguna vez el Che, harto del imperialismo y tratando de no perder el tino frente a una "cultura del plástico", yo me permito creer que pensaba, al mismo tiempo, en personas como Rodolfo o como Agustín.
–Al fin de cuenta, Viñas, todos eran de eso que suele llamarse "la misma generación".
–¿Qué me quiere decir con eso: que habían nacido los tres alrededor de 1930?
–No, no. Yo no hablo de nacimientos. Hablo de muertes sobre un mismo trazo.
David Viñas
En: La Maga. 3/6/98. (fragmentos).
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. 16 - 6/6/98
John William Cooke / POLÍTICA DE PRINCIPIOS
* En la pared del despacho hay un cartel que dice Bienvenidos a Cuba. Territorio Libre de América. El Movimiento 26 de Julio lo invita al Congreso Latinoamericano de Solidaridad con la Revolución, pero a poco de llegar lo detienen. Un diplomático extranjero lo acusa de terrorista. Siempre escribe en lugares insólitos, así que pide una máquina. Se la facilitan. Eso lo tranquiliza. Se concentra y empieza a teclear. De pronto siente que alguien a sus espaldas le toca el hombro y pregunta con acento argentino: ¿Qué tal Cooke? ¿Está en cana? El bromista es el Che. La Habana, abril de 1960.
* El 25 de mayo de 1962, la colonia argentina en Cuba organiza un asado conmemorativo... La Revolución Cubana es un factor de acercamiento entre sectores peronistas y de la izquierda y el Bebe habla por los compatriotas: Cuando los pueblos pugnan por liberarse, ahondan en el escrutinio de su pasado... En el pasado buscamos afirmación, antecedentes, claves. Pero sabiendo que los desafíos históricos son constantes y renovados, y que cada generación debe responder a los suyos. La historia no está escrita por anticipado y el mundo se nos ofrece como inacabado para que lo construyamos en medio de la contingencia y el riesgo: está en nosotros que deje de ser un mundo de ignominia... Cooke acaba de reafirmar un rasgo central de su pensamiento: no es determinista.
En setiembre de 1960, un año y medio antes de aquel asado histórico, el Bebe escribe a Perón para informarle que: los malentendidos con respecto al peronismo se han ido disipando, y cada día progresamos más en ese sentido...
Aquí, con una gran sinceridad, han explicado el problema. El propio Presidente de la República, doctor Dorticós, explicó en una conferencia por radio y televisión que cuando Fidel Castro fue a la Argentina el año pasado, fue recibido con total indiferencia en las barriadas humildes. Eso se debía, explicó, a que allí quisieron equiparar nuestra Revolución con el golpe que derrocó al General Perón, y por eso los humildes nos hicieron el vacío y los oligarcas nos aplaudieron.
No es poco, en verdad, lo que ha logrado Cooke. Tal vez porque los cubanos se fijan no sólo en lo que dice, sino en lo que hace. Y una de las cosas que hace el Bebe es organizar el entrenamiento militar de jóvenes peronistas y de otras procedencias, los primeros grupos de militantes argentinos que viajan a Cuba a prepararse para la guerra de guerrillas...
* En abril de 1961 fracasa en Playa Girón la invasión teledirigida por la CIA y el gobierno de Kennedy. Fidel Castro aprieta el acelerador y proclama su adhesión al marxismo-leninismo. Cooke defiende la decisión en su correspondencia con Perón y en octubre de 1962 viaja a Europa para transmitirle la invitación del Primer Ministro cubano para visitar o directamente instalarse en la isla. Le escribe desde París, porque el General ha debido argüir una excusa del tipo estoy cercado para evitar recibirlo. El Bebe le toma la palabra y le endilga: El prisionero de la Puerta de Hierro. Esa es la manera que se me ocurre para definir su situación actual.
* Sin la menor vacilación le decimos que tanto nosotros como la masa peronista consideramos que su lugar de residencia debe ser Cuba.
Parte sustancial de una carta dirigida a Perón que Amado Olmos presenta a votación de un plenario de las 62 Organizaciones en enero de 1965, aclarando que la idea ha surgido de una conversación con su amigo Cooke, redactor material del texto.
Durante el plenario, el debate de la propuesta se va diluyendo: La residencia de Perón en España es la tumba de la revolución nacional, dice Olmos cuando advierte que su propuesta no será votada. Después la divulga.
Hay dirigentes obreros de los que me cuentan cosas de espanto. Son los mismos que actuaron en la huelga de 1959... Eran excelentes muchachos que con una línea partidaria correcta no hubiesen sucumbido a las tentaciones, ha reprochado Cooke a Perón. Parece una letra de tango y aclara: ¿Por qué hay dirigentes sindicales que negocian con los gobiernos para no perder el sindicato? Porque no hay una línea partidaria y órganos con autoridad moral, entonces, hay que mantener el sindicato porque nadie nos tendrá en cuenta el gesto y, más bien, nos eliminarán de cualquier posición política. Principio de validez permanente que rebate a quienes declaran la pretensión de cambiar la sociedad y dejan primar en la fuerza que construyen, los valores que dicen querer modificar.
Aquí hay dos concepciones enfrentadas. Una es fruto de cierto pesimismo filosófico acerca del hombre, y en ella la ética de la política reside en sus fines y nunca en sus medios: La única verdad es la realidad, dirá Perón en la más estricta tradición del Príncipe florentino.
Cooke le ofrece un ejemplo práctico donde la ética de los medios se corresponde con los fines para buscar un objetivo. Es una de las claves del pensamiento del Che: Política de principios, la mejor política. Acertando o incluso equivocándose, va a revolucionar la concepción tradicional.
* Hay quienes lo ven al margen del peronismo. Es cierto que se sitúa casi por fuera de sus estructuras, evita involucrarse en las disputas entre dirigentes y se dedica más bien a una tarea formativa y de difusión. Piensa que esos dirigentes operan con los mismos valores del enemigo y son incapaces de conducir a las bases a la toma del poder, sin lo cual no hay salida para las clases trabajadoras ni para el país. Postula otro camino, ir por otro lado para romper el equilibrio: el peronismo revolucionario es una vanguardia que busca reconciliar la política del Movimiento con el verdadero papel que éste tiene en el enfrentamiento de las fuerzas sociales. Espera que Perón comprenda que el nacionalismo burgués está agotado; ahora revolución social y liberación nacional son dos aspectos de un mismo proceso indivisible.
* Ya muchos saben que el Che está en Bolivia, pero pocos que afrontan dificultades, cuando en agosto de 1967, Cooke preside la delegación argentina a la Confederación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad en La Habana... El Bebe tiene refuerzos: los cristianos revolucionarios representados por Juan García Elorrio y la Juventud Revolucionaria Peronista cuyo jefe es Gustavo Rearte. Él, Cooke y otros compatriotas vienen a establecer un compromiso. Si el Che y sus fuerzas se encontraran en situación de traspasar la frontera boliviana hacia el sur, las organizaciones del Peronismo Revolucionario les darán su apoyo. Mientras tanto, la táctica de los grupos argentinos es cuestión de los grupos argentinos...
A los revolucionarios no les debe turbar la presencia del Che Guevara, que encarna la conciencia moral de los hombres de América, y enfrenta consigo misma cada uno de nosotros... América está demasiado llena de varones prudentes, administradores prolijos del buen sentido y la verdad revolucionaria por igual... Y que están tan muertos como las ideas que exponen con la seguridad de los que jamás ven nada, repercute Cooke en su discurso a la Conferencia.
* Le detectan un cáncer de pulmón. Deja establecida la donación de sus órganos y prohíbe como materialista consecuente todo intento de ceremonia religiosa. Muere el 19 de septiembre de 1968, el mismo día en que un contingente guerrillero de las Fuerzas Armadas Peronistas es sorprendido por la represión cuando se entrenaba en Taco Ralo, Tucumán. Buena parte de los militantes iniciales de las FAP han mantenido una estrecha relación con Cooke.
Eduardo Gurrucharri
En: Volumen colectivo. Che, el argentino. "Un viejo adversario" (fragmentos).
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. 19 - 27/6/98
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