Sábado 13 de septiembre de 1997. 18 hs. Hall de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (48 e/6 y 7).
TEORÍA Y LUCHA CONTRA EL IMPERIALISMO.
Luis Bilbao, Claudia Korol.
Guillermo Cieza:

Buenas tardes. Vamos a iniciar la tercera clase de esta Cátedra libre Ernesto Che Guevara. El tema de hoy es "Teoría y lucha contra el imperialismo". Será desarrollado por los docentes Claudia Korol y Luis Bilbao. Este tema lo vamos a continuar en la próxima clase con los docentes Manuel Gaggero, Luis Brunatti y Jorge Cardelli.
Quería decirles que en estos días de septiembre conmemoramos dos fechas trágicas. El 11 de septiembre de 1973, cuando se produjo el golpe que derrocó al gobierno popular de Salvador Allende, poniendo en marcha una de las dictaduras más feroces de América Latina, y también uno de los primeros experimentos neoliberales en el mundo. Conmemoramos, también, otra fecha trágica, en particular para nuestra ciudad. El 16 de septiembre de 1976 fue secuestrado un grupo de estudiantes secundarios. Esta fecha es conocida, tristemente conocida, como la "Noche de los Lápices". El día martes, a los 21 años, se realizará una marcha organizada por los estudiantes secundarios, a la que adherimos desde esta Cátedra.
Ahora sí entramos en tema. El tema es "Teoría y lucha contra el imperialismo", y voy a presentar a Luis Bilbao, director de la revista Crítica y el semanario El Espejo.
Luis Bilbao:
Buenas tardes. Quisiera comenzar esta exposición diciéndoles con toda franqueza que traía una idea de exposición y que la voy a cambiar completamente, viendo el tipo de concurrencia. Estoy sorprendido y con una profunda alegría por ver tantos jóvenes en esta Cátedra. Que las ideas de Ernesto Guevara atraigan hoy a tantos jóvenes es uno más de los muchos signos indicativos de que algo muy profundo que estaba, estuvo todo el tiempo, pero que no se veía, que no se sentía, empieza a aparecer en la superficie. Nosotros lanzamos la revista Crítica de nuestro tiempo precisamente un 8 de octubre, para que no quedasen dudas de cuál era nuestro compromiso con el pasado, pero en un momento muy difícil. Era el 8 de octubre de 1991. Se acababa de caer la Unión Soviética. Se nos decía desde todos los ángulos que había sido derrotado el socialismo, que el capitalismo había vencido para siempre, que las ideas del marxismo, que las ideas de la lucha anticapitalista no tenían más vigencia y, naturalmente, junto con todo eso que no existiría nunca más, también pasaba al olvido definitivo la figura del Che. A la vuelta de seis años el mundo ha cambiado tanto, en un sentido que no previeron ninguno de los que nos anunciaban el fin de las ideologías, la victoria del capitalismo, la inviabilidad del socialismo. Y una prueba más de ese cambio inmenso son ustedes aquí. Por eso voy a tratar, pensando que tal vez, y seguramente equivocándome porque a lo mejor saben más que las personas de mayor edad, pero ante la suposición de que los jóvenes tal vez haya algunas cosas que no han tenido oportunidad de conocer y de debatir, voy a hacer un leve cambio en lo que tenía pensado como exposición.
Ante todo, compañeras y compañeros, quiero decirles que esta reivindicación masiva del Che que está haciéndose en todos lados y que tiene una significación seguramente trascendental, seguramente trascendental, no puede dar lugar, no debe dar lugar, no debemos permitir que dé lugar a una pugna por la apropiación del Che. Nosotros, los que no creemos en la propiedad privada de los medios de producción, no deberíamos tampoco creer en la propiedad privada de este medio fantástico de producción de futuro que es el cuerpo teórico, político y práctico legado por Ernesto Guevara. Nosotros, por lo tanto, no vamos a tratar de decir que el Che decía lo que nosotros hacemos. Yo represento una corriente de pensamiento y una organización política. Nosotros vamos a explicarle cómo vemos basados en la enseñanza del Che, que a su vez era un exponente, uno de los máximos exponentes contados con los dedos de una mano en el siglo, del pensamiento científico del socialismo, del marxismo, del materialismo dialéctico.
Cuando el Che libró su último combate recién comenzaba la larga crisis de la economía mundial capitalista que hoy está en su apogeo. Claro que 30 años pueden parecer demasiado, y a muchas personas que han oído repetir a lo largo de todos estos tiempos que el capitalismo estaba en crisis, y al mismo tiempo protagonizar acontecimietnos como la caída de la Unión Soviética y el fortalecimiento extraordinario del imperialismo en el cuadro político mundial, esta idea de la crisis puede resultarles ridícula. Pero es que los tiempos de la historia no son los mismos que los tiempos de los individuos. Y si para un hombre, como algunos de los que estamos aquí, estos 30 años de victorias y de muchas derrotas, de lucha constante, pueden significar prácticamente toda la vida, para el desarrollo de una sociedad, para el desarrollo de una idea hacia el futuro, de libertad genuina, de fraternidad real, es muy poco tiempo, es muy poco tiempo. Y hace 30 años, hace muy poco tiempo, cuando caía el Che, cuando recién comenzaba a manifestarse una crisis estructural que hoy está en su punto de apogeo y que va a agravarse día a día, inexorable e inevitablemente en todo el mundo, digo, hace 30 años esa crisis no se manifestaba en los centros del imperialismo. En los centros metropolitanos del gran capital se manifestaba en el plano de la teoría, la podían ver quienes miraban a la realidad como debe mirarse, es decir, desde la totalidad del planeta y desde circunstancias que no aparecen a la vista. Pero como quiera que sea, era sólo el comienzo de la crisis, y los centros metropolitanos gozaban de un enorme poderío, porque fundamentalmente gozaban de una enorme estabilidad y de un altísimo estándar de vida en sus propios países. Esa estabilidad política, institucional, y ese altísimo nivel de vida era el resultado, como siempre lo fue, de la expoliación brutal, feroz, despiadada de los países subdesarrollados, de los países semicoloniales, de los países dependientes, como el nuestro. Pero como quiera que sea, esa expoliación, ese drenaje espantoso de riquezas desde los países semicoloniales hacia las metrópolis imperialistas les permitía a aquellos países tener un altísimo estándar de vida, tener comprada la conciencia y la conducta política de sus clases obreras, y a partir de allí aparecer ante el mundo con una enorme solidez denominada democracia. Falsamente denominada democracia.
Transcurrido este ciclo, y aunque en estos años nosotros podamos contabilizar innumerables derrotas, se ha ido manifestando de manera sistemática la progresión de aquella crisis, una crisis que la teoría marxista de la economía y de la sociedad capitalistas habían previsto con absoluta precisión, y que el Che como marxista había descubierto con absoluta agudeza, contra lo que se decía en aquella época. La derrota del Che por eso no puede ser entendida como lo que realmente fue, hoy día, por aquellos que se preguntan cómo es posible que el pensamiento del Che mueva a decenas y centenas de miles de personas, la mayoría de ellos jóvenes, en todo el mundo. Bueno, porque sencillamente aquella batalla que muchos dieron por concluida en realidad apenas ha comenzado, apenas ha comenzado.
Treinta años después, el imperialismo consiguió lanzar una contraofensiva a la que nosotros denominamos global y estratégica, a la mitad de este ciclo de 30 años, de tres décadas, y esa contraofensiva fue efectivamente exitosa en todos los terrenos, en el terreno económico, en el terreno militar, en el terreno religioso, en el terreno cultural, desde luego en el terreno político, pero también en el terreno ideológico. Nos convencieron a muchos de que no había más crisis del capitalismo y de que el capitalismo es inconmovible, que lo único que se puede hacer con el capitalismo es tratar de humanizarlo un poquito. Son incontables los intelectuales y los políticos que se quebraron ante esta fuerza ideológica arrolladora durante mucho tiempo, y hoy es absolutamente evidente la falsedad de esta noción. Absolutamente evidente es hoy que el capitalismo, tal como lo predice el estudio científico de sus leyes, de su movimiento normal, de su funcionamiento normal, atraviesa una profundísima crisis, después de haber vencido en su gran contraofensiva, después de habernos derrotado no sólamente en Bolivia, también en Granada, también en Nicaragua, también en Argentina, también en Chile, en Uruguay y para qué repetir lugar por lugar. Después de habernos derrotado, ¿qué tienen en el mundo?, ¿qué hay en el mundo hoy?. No quiero abrumarlos con cifras, pero todos saben, hace muy poco tiempo se hizo una reunión de jefes de estado, a la cual muy pocos jefes de estado asumieron porque no tuvieron el coraje de hacerlo, y uno de los muy pocos fue Fidel Castro. Se llamó Cumbre contra el hambre en Roma, y ahí los estudiosos de las Naciones Unidas respecto de cuánto hambre hay en el mundo dictaminaron que hay mil millones de personas en el planeta que viven permanentemente con hambre. En el planeta viven alrededor de cinco mil quinientos millones de personas, es decir que prácticamente una de cada cinco personas en la humanidad viven en hambre permanente. ¿Qué clase de sistema es aquel que no puede, no ya darle las grandes conquistas a las que ha arribado el ser humano hoy, a la población del planeta, no ya permitirle el acceso a la ciencia, el confort, al arte, a la libertad, no, no, esas ya son cosas excesivas para pedir, no les puede dar comida? ¿Qué clase de fortaleza tiene ese sistema que a uno de cada cinco seres humanos en el planeta no le puede dar comida?. Y después de una semana de sesión en Roma y de discutir profundamente los planes para acabar con el hambre en el mundo ¿saben a qué conclusión se llegó?. Que en el 2020 se podrá reducir la cifra de mil millones a 800 millones de hambrientos. Fíjense qué victoria, en 25 años vamos a poder reducir la cifra de mil millones a 800 millones, y es muy difícil pensar, hacerse la imagen en la cabeza de cuánto es mil millones de personas. ¿Qué clase de fortaleza tiene un sistema que está expoliando hasta niveles inconcebibles a los regímenes a los que domina, a los países a los que subordina económica y políticamente?.
No hace falta conocer la realidad internacional, fíjense lo que ha pasado en la Argentina en los últimos 30 años. Es otro país, es un país donde cada trabajador trabaja el doble y gana la mitad de lo que ganaba hace 30 años. Trabaja el doble y gana la mitad. Y además hay prácticamente entre un 40 y un 50% de la población económicamente activa o desocupada o semiocupada o con problemas gravísimos laborales. ¿Qué clase de fortaleza tiene un sistema que en lugar de producir el desarrollo, el mejoramiento del ser humano, destruye países y personas, como lo estamos viviendo en nuestro propio país?. ¿Cómo se pueden permitir los profesores universitarios, los periodistas de renombre, los teóricos al uso, decirnos que el capitalismo es fuerte?. ¿Cómo se pueden permitir los políticos que nos llaman a vencernos, a darnos por resignados, cómo se pueden permitir decir que hay un sistema fuerte frente a nosotros, cuando además de todo esto en los centros del imperialismo hay 38 millones de desocupados?. En los países altamente desarrollados, compañeros, hay 38 millones de desocupados. Y si uno multiplica esta cifra por un mínimo de cuatro personas, qué nos da: más de 150 millones de personas sobre un total de alrededor de unos 700 millones de personas que viven en esos países altamente desarrollados. Saquemos un poco de cuentas. Hay cinco mil quinientos millones de habitantes en el planeta. Unos 700 a 800 viven en los países altamente desarrollados. Quiere decir que viven en los países pobres, miserables, expoliados, vivimos alrededor de cuatro mil ochocientos millones de habitantes. Pero en los propios centros hay 150 o más millones de personas que viven en la miseria igual que los miserables del Tercer Mundo. ¿Cómo osan querer explicarnos que esto es un sistema fuerte?.
Tiene un único punto de fortaleza este sistema: nuestra debilidad. Ése es el único punto de fortaleza que tiene. Y yo diría que el principal punto de debilidad nuestro es ideológico, es el no tener claro lo que pasa en el planeta, es el no reivindicar con altivez, sin ninguna clase de altanería pero sin ninguna clase de complejo, las ideas científicas del desarrollo social, el marxismo. Y esto es el Che. El Che no era simplemente un luchador aguerrido. Era ante todo un luchador aguerrido, claro. Pero era un hombre que había estudiado el marxismo, que había asimilado las leyes científicas de la historia. Y cuando después de la lucha o de la primera fase de su lucha tiene una instancia de victoria y le toca ejercer el poder, aparece en toda su enorme magnitud el Che teórico. Todavía no están recopiladas todas sus obras. Hay la idea de que el Che es una boina con una metralleta en la mano. Claro que es eso, pero tiene más de diez libros escritos, y entre esos diez libros escritos el Che tiene algunas de las conquistas más finas del pensamiento económico marxista, tiene contribuciones absolutamente originales al pensamiento económico marxista. Lo fundamental de él es que ejercía precisamente un marxismo genuino frente a la falsificación absoluta del marxismo que significaban aquellos que ostentaban el papel oficial del marxismo. Frente al anquilosado pensamiento o falta de pensamiento teórico de todas aquellas instancias políticas, ideológicas o científicas en el plano de las humanidades que tenían su meta en Moscú, el Che tenía un pensamiento que era original porque era marxista, porque hundía sus raíces en la obra marxista. Frente, por ejemplo, al tema de los incentivos materiales en la construcción de una sociedad nueva, el tema de los temas del Che, frente a la idea de cómo se construye el hombre nuevo, mientras en los países de la órbita soviética y en las fuerzas políticas que reproducían estas ideas falsamente marxistas se decía que eran los incentivos materiales, es decir más cantidad de dinero, más cantidad de bienes, más cantidad de prebendas, lo que permitiría la construcción de una nueva sociedad, el Che decía son los incentivos morales los que producen un hombre nuevo, y son los hombres nuevos los que fundan sociedades nuevas. Algunos pretenden ahora entender que esto era un signo de idealismo del Che. Nada más falso, compañeros y compañeras, nada más falso que esto. Es la esencia del pensamiento materialista y dialéctico la que descubren algunos textos antológicos sobre economía del Che, sobre la ley del valor, en disputa con los teóricos del stalinismo de entonces, mostrando que es en la materialidad del proceso de trabajo donde se forman las ideas, y es en la lucha de las ideas donde se transforma la materialidad del proceso de trabajo. No hay un signo más claro de la profundidad del pensamiento materialista dialéctico de Ernesto Guevara que precisamente su combate en torno a la ley del valor. Yo invito a todos los jóvenes a que lean esos textos, que les pueden parecer un poco dificultosos, les pueden parecer un poco áridos, pero ya que han tenido la inteligencia y la sensibilidad para acudir al llamado de los organizadores de esta Cátedra, súmenle a eso el esfuerzo del estudio, porque no está separado el estudio de la militancia y de la lucha, y no está separada la lucha del estudio.
Decía al comienzo que creo, estoy absolutamente convencido, que el único punto de fortaleza del capitalismo en el mundo es nuestra debilidad. Y nuestra debilidad no se soluciona con vacíos llamados a la unidad. Claro que tenemos que unirnos, por supuesto, si todo nos empuja a unirnos, si nos están destruyendo el país, nos están destruyendo nuestros viejos, nos están destruyendo a nuestros hijos y nos están destruyendo a nosotros. ¿Cómo no nos vamos a unir?. Pero cómo vamos a unirnos. ¿Con invocaciones a la unidad o con proyectos de futuro, y con qué clase de proyecto de futuro, cómo se arma un proyecto de futuro para un país, para un continente, para un planeta en crisis?. Se lo arma con personas capaces de pensar, de entender, y se piensa y se entiende con certeza, cuando se tienen instrumentos para ello. Y esos instrumentos los ha forjado la humanidad a lo largo de su historia y han sido consumados en un cuerpo doctrinario y teórico que es el marxismo, y tiene héroes y mártires, y tiene figuras señeras en la lucha contra el imperialismo.
En aquel momento el Che Guevara no contaba con un aliado fundamental con que hoy contamos nosotros. Ustedes tal vez no lo han leído porque estas noticias no tienen lugar en las páginas de los diarios, ni en los canales de televisión, ni en los noticieros de radio, pero acaba de llevarse a cabo una huelga de dos meses en Estados Unidos; 185 mil obreros llevaron a cabo una huelga y la ganaron, y la ganaron. Aquello que parecía como inconmovible, como absolutamente monolítico en la época del Che, las sociedades altamente desarrolladas, no son más eso. Ustedes saben lo que le pasó al presidente francés Chirac cuando llamó a elecciones, y ustedes saben que los que ganaron no van a dar respuesta a la demanda de los que votaron masivamente contra el programa llamado neoliberal. A dónde va a ir toda esa fuerza, a dónde va a ir toda esa fuerza que en Inglaterra barrió con el gobierno conservador, y a dónde va a ir toda esta fuerza que está acá, compañeros. Es nuestra responsabilidad encontrar un camino para toda esta fuerza, y es nuestra responsabilidad decir que si en aquel momento la batalla antiimperialista, cuyo punto más alto fue la muerte del Che, tuvo una circunstancia de derrota, estamos 30 años después en condiciones infinitamente más favorables desde el punto de vista objetivo para librarla con una perspectiva cierta de victoria. No hay exitismo acá. No los quiero abrumar con cifras y datos, pero si ustedes los piden luego del debate puedo darlos. El capitalismo está atravesando una crisis enorme. En los países de la ex órbita soviética no se volvió al capitalismo, no se volvió al capitalismo, se destruyó la economía planificada pero no se pudo afirmar el capitalismo, y aquello es una inmensa masa geográfica y humana en el más absoluto caos. Y en los países capitalistas dependientes están peor de lo que estamos en Argentina. El gran desafío de hoy en adelante, el gran desafío que ustedes, los más jóvenes que están aquí, van a protagonizar en su máximo nivel es el de la revolución mundial, la revolución anticapitalista. No estoy diciendo palabras grandilocuentes. Hay datos objetivos que aquel sueño del Che no tenía nada de sueño, que el Che no era un mero utopista, que jamás luchó por utopías, luchó por la realidad de la perspectiva de la revolución. Y que su caída no es nada más que un mero, pequeño, aunque muy doloroso, pero un mero, ínfimo momento de la historia. Y yo creo que eso es lo que debemos rescatar en este momento.
Que nadie se apropie de la figura del Che. Que nadie se apropie de la figura del Che. Hemos estado en distintas Cátedras en distintos puntos del país y es muy sano, muy rico lo que han conseguido los organizadores de esta Cátedra. Es trascendental, como dije al comienzo. Y creo que una de las cosas que tenemos que plantear es que esta tarea extraordinaria no puede ser tergiversada por la idea de tergiversar al Che. Porque el Che era su lucha. El Che está en sus textos y está en sus actos, no puede ser transformado en beneficio de ningún partido ni de ninguna corriente hoy día, tiene que ser transformado en una reivindicación de la decisión, la voluntad de cambio anticapitalista basada en la ciencia de la revolución, que es el marxismo. Nada más compañeros, gracias.
G. Cieza:
Vamos a presentar a Claudia Korol, secretaria de redacción de la revista América Libre, coordinadora de la Cátedra del Che en Rosario.
Claudia Korol:

Quiero, en primer lugar, agradecer a los organizadores de la Cátedra la invitación, y decirles que en todos los lugares donde estamos participando de cátedras como ésta -vengo ahora de una cátedra en Salta-, se está produciendo esta misma situación, este mismo fenómeno de expansión, de multiplicación del pensamiento y del ejemplo del Che. Y uno se pregunta y se preguntan en las cátedras por qué se da esto ahora, sin intentar responderlo, en todo caso agregando algún argumento más a este debate. Entiendo que es un momento en que el Che está volviendo junto a todos los que fueron negados en todos estos años en los que se pretendió que había triunfado el imperio, que habían triunfado los poderosos, que habían triunfado a sangre y fuego los que impusieron el modelo que hoy está en curso en nuestros países. A mí cuando yo estudiaba en la Universidad de La Plata tenía la noticia cotidiana de los compañeros caídos, de los compañeros desaparecidos, tuvimos esa terrible noticia de la Noche de los Lápices, entonces es realmente impresionante estar acá donde uno siente que junto al Che vuelven todos esos compañeros, vuelven a estar junto a nosotros todos los caídos, todos los que dieron su sangre, todos los que entregaron sus vidas para tratar de seguir, no el ejemplo de una sola persona sino, en todo caso, el compromiso con una causa, con un ideal de justicia, de libertad y de dignidad. Y creo que entonces es más difícil hablar, por lo menos a mí se me hace más difícil hablar, porque me siento frente a ustedes pero también frente a esa historia que nos golpea y que nos recuerda permanentemente las dificultades que hemos tenido para forjar algo que el Che sí llamó en el único "Mensaje" que él escribió a los argentinos, en donde convocó a la unidad, a formar un frente para luchar contra el imperialismo. Es decir, todavía esta multiplicación del ejemplo de la imagen del Che tal vez no tenga su correlato en la necesaria unidad, en todos los esfuerzos que debamos hacer para construir profundamente el frente que él hablaba cuando decía que todo es parte de una sola lucha y que es verdad cuando el imperialismo nos llama con un denominador común porque aún cuando las ideologías cambien, aún cuando uno se reconozca comunista o socialista o peronista o de cualquier otra ideología política en determinado país solamente caben dos posiciones en la historia: o se está a favor de los monopolios o se está en contra de los monopolios. Esto lo dijo el 25 de mayo del 62 y creo que todavía estamos en deuda en esta gran tarea.
Quiero referirme, en todo caso, a una parte del temario de hoy que es cómo entendió el Che, cómo desde el marxismo del Che se entendió el tema del imperialismo y de la lucha antiimperialista. Y quiero señalar muy brevemente, en todo caso, que el marxismo del Che se formó, fundamentalmente, a partir de tres experiencias muy importantes que son el estudio, como acá se ha dicho, del marxismo, de los clásicos del marxismo, de los que han analizado el funcionamiento del capitalismo, han tratado de desnudar sus contradicciones, los que han analizado el imperialismo, es decir de estudios. En segundo lugar, de sus viajes por América Latina, donde él fue reconociendo la miseria, el dolor, la pobreza, es decir, las consecuencias prácticas que tiene el ejercicio de la dominación imperialista para nuestros pueblos, y se lo fue chocando en las calles de Bolivia, en las minas de Chile, en Perú, en Guatemala -donde pudo ver la intervención imperialista para derrocar al gobierno de Arbenz-, en México, es decir, a lo largo de todo nuestro continente. Y también, y creo que de manera decisiva, en su encuentro con los revolucionarios cubanos y particularmente con Fidel Castro, que venían formados en la tradición antiimperialista que lleva el sello de José Martí, que hasta el día de hoy es no sólo el autor intelectual, como ha dicho Fidel, del Moncada, sino también uno de los padres de la Revolución Cubana. Desde estas tres, diría, la integración de estas tres experiencias el Che analiza el imperialismo.
Yo no quisiera hacer citas extensas, pero voy a leerles algunas porque me parece que es bueno que el Che hable también en estas Cátedras a partir de lo que él escribió, por ejemplo, cuando en la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas, representando al gobierno cubano, imaginémosnos representante de un gobierno en el foro de las Naciones Unidas, él dice: La naturaleza misma del sistema capitalista desarrollado en plena expansión traslada hacia los países dependientes las formas más abusivas y menos enmascarables de la explotación. Es la penetración de los capitales de los países desarrollados la condición esencial para establecer la dependencia económica. Esta penetración adquiere formas diversas, se presenta como préstamos en condiciones onerosas, bueno acá podría estar hablando no hace tantos años ¿no?, préstamos en condiciones onerosas, inversiones que sujetan a un país dado a los inversionistas, dependencia tecnológica casi absoluta del país dependiente hacia el país desarrollado, control del comercio exterior por los grandes monopolios internacionales, y en último extremo, dice él, utilización de la fuerza como potencia económica para reforzar las otras formas de explotación. Ésta es la denuncia que en nombre del gobierno cubano y de la Revolución Cubana él hacía en los foros internacionales como las Naciones Unidas. Y decía también que a veces esta penetración adquiere formas más sutiles, como la utilización de los organismos internacionales financieros crediticios y de otro tipo, mencionaba al Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, el GATT, como ejemplos, decía él, de organismos internacionales puestos al servicio de las grandes potencias capitalistas, fundamentalmente del imperialismo noerteamericano. Y decía, entonces, que en última instancia se preparan para reprimir, y decía los imperialistas se preparan para reprimir a los pueblos americanos y están formando la internacional del crimen.
No voy a seguir con la cita. Simplemente quería decir que denuncias que hoy podríamos suscribir en cuanto a las formas de dominación económica sobre nuestros pueblos, las formas de agresión, al chantaje que significan los supuestos créditos y ayudas financieras de parte de los países capitalistas, eran denunciados en los foros internacionales ya por el Che Guevara. Y el resultado era el subdesarrollo, que él lo trató de explicar de esta manera, dice: ¿Qué es subdesarrollo?. Un enano de cabeza enorme y tórax henchido es "subdesarrollado" en cuanto sus débiles piernas o sus cortos brazos no articulan con el resto de su anatomía; es el producto de un fenómeno teratológico que ha distorsionado su desarrollo. Eso es lo que en realidad somos nosotros, los suavemente llamados "subdesarrollados", en verdad países coloniales, semicoloniales o dependientes. Somos países de economía distorsionada por la acción imperial, que ha desarrollado anormalmente las ramas industriales o agrícolas necesarias para complementar su compleja economía. El "subdesarrollo", o el desarrollo distorsionado, conlleva peligrosas especializaciones en materias primas, que mantienen en la amenaza del hambre a todos nuestros pueblos. Nosotros, los "subdesarrollados", somos también los del monocultivo, los del monoproducto, los del monomercado. El latifundio, a través de sus conexiones con el imperialismo, plasma el llamado "subdesarrollo" que da por resultado los bajos salarios y el desempleo. Es decir, también estamos hablando de situaciones actuales y que estamos viviendo cotidianamente.
Si tuviéramos que resumir, que sintetizar, algunos de los enfoques que el Che hizo, entonces, sobre qué es el imperialismo, que es esta forma de dominación, podríamos realizarlo de esta manera. Por un lado, él denunció esta forma de explotación de los países capitalistas hacia los países dependientes, que no repito porque lo leí en la cita. Menciona y denuncia, también, el papel del latifundio, como parte de las estructuras que refuerzan esa dominación. Y hace hincapié, en varios textos, en un tema que es las burguesías locales como socias del imperialismo. Las burguesías de cada uno de nuestros países y sus gobiernos como factores que han permitido que se estableciera en todos los países, en particular de nuestro continente, esta forma de dominación. Esto en debate con las posiciones que argumentaban posibilidades de que las burguesías nacionales enfrentaran, fueran parte del frente que luchara contra el imperialismo. Él decía que si en algún momento pudo haber sido, ya se demostró que a la hora de decidirse las burguesías nacionales se aliaban o eran presionadas por los gobiernos imperialistas y terminaban trabajando para ellos.
Esta definición, esta búsqueda de conclusiones, lleva también a denunciar algunos temas: la acción militar del imperialismo como sangrientas agresiones contra nuestros pueblos. Lo hizo hace 30 años. Después nosotros vivimos otras sangrientas agresiones con el apoyo imperialista, como puede haber sido Chile, que ahora en estos días se recuerda un nuevo aniversario de ese golpe sangriento, financiado por la CIA, por la ITT, es decir, por los monopolios norteamericanos. Pero también hemos vivido lo que ha hecho el imperialimo en Panamá, y su sangrienta agresión e intervención para aplastar los deseos de soberanía de un pueblo. Hemos visto cómo ha financiado a la contra en Nicaragua, y cómo ha sido factor de bloqueo y de agresión contra la Revolución Sandinista. Y vemos hasta el día de hoy cómo el imperialismo, a través del bloqueo económico, a través de la ley Helms-Burton, a través de innumerables instrumentos, pretende ahogar y acorralar a la Revolución Cubana e imponerle su forma de economía, de política, de vida, a los propios cubanos, avasallando su dignidad y su capacidad de autodeterminación.
Me parece, entonces, que alguno de estos argumentos que el Che da, si bien como se explicó recién, muy bien, el mundo ha seguido desarrollándose e incluso ha habido transformaciones, muchos de estos elementos nosotros los podemos, hasta el día de hoy, analizar como vigentes. Y en todo caso, los cambios que han habido y las derrotas que aquí se han mencionado, que yo no voy a repetir, lo que han hecho es agravar la situación y las posibilidades de explotación, por un lado, del imperialismo, han permitido agravar las condiciones de agresión del imperialismo, y no han logrado resolver uno solo de los problemas y los dramas que ya se denunciaban hace 30 años.
Este análisis que hace entonces el Che del imperialismo, el Che, como Fidel, como los revolucionarios de ese entonces cubanos, también lo lleva a formular un enfoque de la lucha antiimperialista. Es decir, no sólo dicen ésta es la situación, vivimos explotados, sino que plantean que así como el imperialismo es un factor de dominación global, político, económico, cultural, militar, también la lucha antiimperialista tiene que ser global. Y que la lucha antiimperialista no se puede resolver sólo desde un solo país, sino que debe ser parte de una estrategia mundial, y especialmente hablando de nuestro continente, de una estrategia continental de los revolucionarios. Y así como el imperialismo tiene sus bases económicas, por un lado, pero también sus bases militares y su acción de dominación en todo el mundo, hay que ir socavando esas bases que ellos tienen de apoyo, golpeando en cada uno de los países. Y en esta perspectiva la liberación de un país él la ve como parte de una batalla por la liberación mundial, por la revolución mundial.
En ese contexto es que él escribe su último "Mensaje" que fue enviado a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental, donde él señala así: Sinteticemos así nuestras aspiraciones de victoria: destrucción del imperialismo mediante la eliminación de su baluarte más fuerte: el dominio imperialista de los Estados Unidos de norteamérica. Tomar como función táctica la liberación gradual de los pueblos, uno a uno o por grupos, llevando al enemigo a una lucha difícil fuera de su terreno; liquidándole sus bases de sustenatción, que son sus territorios dependientes. Y dice más adelante ¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Vietnam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligación que entraña para éste de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo!
Traigo esto porque, entonces, entender la batalla del Che es la propuesta de la elaboración de una estrategia continental y mundial de lucha antiimperialista por parte de las fuerzas revolucionarias y de los pueblos. Y en ese contexto se inscribe el viaje del Che a Bolivia. Acá ha habido tremendas tergiversaciones desde las biografías oficiales, desde las que están en curso como la de Castañeda, como las que se han escrito antes como la de Ricardo Rojo, que se llama Mi amigo el Che, desde distintos escritos que pretenden que el Che se fue de Cuba porque estaba enojado con la Revolución Cubana, porque estaba enojado con Fidel. Yo digo que es hablar en contra del pensamiento del Che, que desde el comienzo de la Revolución formuló, por un lado, sus deseos de continuar la lucha revolucionaria pero que, sobre todo, elaboró una estrategia que es ésta que menciona en el "Mensaje de la Tricontinental", que es la de abrir nuevos Vietnam en todo el continente. ¿Con qué objetivo?. Con el objetivo de dispersar las fuerzas del imperialismo, que no sea tan fácil y tan sencillo para el imperialismo primero concentrar todas sus energías sobre Vietnam, para después concentrar toda su energía sobre Cuba, para después concentrar toda su energía sobre tal o cual país que intenta liberarse. Decía, nosotros estamos intentando llevar luchas de liberación separadas, aisladas, y eso favorece la estrategia del imperialismo; creemos simultáneamente dos, tres, muchos Vietnam, obligando al imperialismo a dispersar sus fuerzas. Éste era el sentido de Bolivia, digo, me parece que es importante decirlo una y otra vez, sobre todo por las grandes tergiversaciones que se han realizado.
Y también decir, ya que estamos en este tema, que Bolivia no era sólo Bolivia, también Perú, era Argentina, era un plan para el Cono Sur de América Latina, donde luego de formar el núcleo fundamental del ejército revolucionario en Bolivia, la idea que una columna fuera para Perú y que otra columna viniera para Argentina encabezada por el Che. Y de alguna manera, digo, el Che volvía para la Argentina en sus planes, ésta era su idea, y volvía para hacer realidad esto que se dijo en los primeros años de la Revolución Cubana, de convertir a la Cordillera de los Andes en la Sierra Maestra de América Latina. Me parece que esto también es importante que lo conozcamos. Porque la otra gran tergiversación fue que, bueno, el Che se fue de Argentina y no volvió nunca más, el Che a los argentinos no nos dio nada, y en todo caso dio como un hombre ajeno que estuvo en la Revolución Cubana y que estuvo después posteriormente en Bolivia. Yo creo que también tener en cuenta que sí, que el Che era un hombre latinoamericano, era un internacionalista, era un hombre que podría haber dejado su sangre en Cuba, en primera instancia, pero también en el Congo, y bueno, no hubiera llegado nunca a poder realizar este plan, y que dejó en Bolivia, pero que dentro de sus planes de participación ya personal estaba aportar a la lucha de liberación de la Argentina. Quisiera, entonces, señalar que esa batalla que quedó inconclusa con su detención y posterior asesinato en Bolivia, y acá también hay que decir, tal vez fue uno de los primeros desaparecidos, porque trataron celosamente de ocultar su cuerpo durante tantos años, y hoy tal vez también vuelve por esto de que están volviendo muchas cosas en el 30 aniversario, pero ese combate inconcluso yo entiendo que tiene posibilidades y tiene necesidad de ser continuado en la medida que nosotros logremos, por un lado, interpretar los nuevos sucesos, las nuevas características que asumen la lucha en el mundo actual. Y obviamente yo no me voy a extender porque comparto buena parte del diagnóstico de cómo se expresa hoy el capitalismo en el mundo actual que hacía Bilbao. Pero creo que hay que señalar en todo caso, o junto con esto, que así como los Estados Unidos ha logrado, a partir del fin de la bipolaridad, un nivel de hegemonía militar, tecnológica, económica, fundamentalmente también a través de los medios de comunicación, que se ejerce a través de la formación de opinión pública, que se ejerce también a través de la cátedra universitaria, que se ejerce también a través de la formación ideológica que se da en la escuela primaria y secundaria, es decir, utilizando todas las formas de reproducción ideológica conocidas, yo comparto esta idea de que de todas maneras el capitalismo no resolvió ninguno de los problemas de la humanidad. Y no lo resolvió porque no se plantea resolverlos, porque la lógica del capitalismo no es resolver los problemas de los pueblos, sino acumular ganancias para los grandes capitales. Y entonces la tendencia, por más que pudiera haber un momento de florecimiento, digamos, de la economía, va a ser que cualquier innovación tecnológica, cualquier buena cosecha, cualquier beneficio posible que surja de la economía, lo que hace es engordar más las ganancias de los capitalistas y agrandar más la brecha entre los que tienen y los que no tenemos nada.
Entonces, me parece que en este marco plantearnos la posibilidad de articular un frente de lucha contra el imperialismo, la posibilidad de intentar superar las diferencias para poder ir construyendo la fuerza social necesaria que libre la batalla en todos los terrenos, que pueda disputar esa hegemonía ideológica, que pueda disputar a la acción política, que pueda disputar la batalla en el terreno que se plantee la batalla, sobre la base del protagonismo, de la movilización, de la participación popular, es uno de los grandes desafíos. Y en esto creo que nos podemos inspirar perfectamente en el Che, en su "Mensaje" y en su última palabra llegada a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental, cuando decía: Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de norteamérica. Ojalá nosotros logremos, superando todas las diferencias, construir la unidad de nuestro pueblo y aportar a la unidad de los pueblos de América Latina, y a la unidad de todos los que en cualquier lugar del mundo levantamos las banderas de la liberación y de la dignidad. Muchas gracias.
G. Cieza:
Vamos a pasar ahora a la parte de las preguntas y a los aportes que se quieran hacer. Una pregunta que me acercaron, que estaba planteada a los dos expositores, que era que desarrollaran el concepto de estímulos materiales.
L. Bilbao:
Bueno, como dije anteriormente, el problema de los estímulos materiales fue motivo de una polémica muy profunda, que en última instancia hacía a la esencia del pensamiento económico marxista, pero también, y yo diría, fundamentalmente al pensamiento filosófico marxista. La forma pública de esta polémica era si para que un obrero trabajara mejor se le debía o no dar incentivos materiales, sea esto en forma de un aumento salarial o cualquier forma de beneficio material. Quienes no ponían el acento en los incentivos materiales de ningún modo negaban la necesidad de un mejoramiento material permanente de los tranajadores y del conjunto de la población, esto está claro. Pero, decía, el problema para nosotros no está planteado sencillamente en la idea de producir más en términos de bienes producidos, sino de que ésta producción, además de un bien material, produzca un bien inmaterial. Es decir, que el modo en que se relaciona la autoridad económica, la autoridad política, la autoridad de una determinada área de la producción, con el productor directo, es decir, con el obrero, no tiene que atender sencillamente a obtener un resultado numéricamete mayor en términos de bienes materiales, sino que tiene que estar preocupado con qué pasa en la conciencia de esa persona que trabaja. Para los economistas soviéticos, que se llamaban marxistas y no lo eran, como me parece que ahora está largamente probado, porque son los mismos los que defienden el intento fallido hasta hoy de retorno al capitalismo, para estos economistas y dirigentes políticos, se trataba de superar, decían ellos, al capitalismo en cuanto a la cantidad y calidad de producción. Lo de la calidad era una palabra, porque en realidad nunca ponían el énfasis en esto, sino sencillamente en la cantidad, y dejaban por completo de lado el problema de qué pasa en la cabeza de un obrero, de un trabajador, cuando produce. La idea, entonces, acá tiene una manifestación económica, pero tiene una matriz de orden filosófica. Y por eso decía yo que la noción materialista, profundamente materialista del Che, le permitió comprender que aquello que el obrero pensara iba a depender de aquello que el obrero hiciera, y a la vez, y ahí la otra parte de la filosofía marxista, la concepción dialéctica, aquello que el obrero hiciera iba a depender de lo que el obrero pensara.
Vamos a ver si traducimos esto un poco más sencillo. Si los compañeros organizadores de la Cátedra hubiesen propuesto una concurrencia a esta Cátedra diciendo, en la entrada, vamos a entregar una boleta con un número y vamos a sortear un Ford Fiesta, ¿es lo mismo que decirle a los jóvenes vengan a escuchar a dos personas que van a hablar del Che, pongan plata para pagar el sistema de sonido, vengan a trabajar con las sillas, como hizo el compañero?. ¿Es lo mismo?. Claro que no es lo mismo. Quién sabe. Vamos a suponer que con la rifa del Ford Fiesta viene más gente. De qué nos sirve. De qué nos sirve esa gente cuando sale de aquí. Y de qué nos sirve, cuando digo "nos" estoy hablando del futuro de la humanidad, no estoy hablando ni de personas, ni de partidos, ni de nada, estoy hablando del futuro, de la sociedad. De qué le sirve a la sociedad alguien que ha venido a ver si se gana un Ford Fiesta y de qué le sirve alguien que ha venido a ver qué diablos pensaba este hombre que llevo puesto en mi camiseta.
Ésta es, en sustancia, la polémica sobre los incentivos materiales, y está profundamente arraigada en ideas filosóficas, aunque se manifieste y se presentara en aquel momento en el terreno de una disputa ideológica en torno a la ley del valor, cosa demasiado complicada para resumir en pocas palabras aquí. Pero lo que estaba en disputa es si el trabajador en una sociedad no capitalista tenía que ser incentivado a producir más con más salario, o diciendo, mirá, tenés que producir más porque tenemos que mandar esto que vos producís a Angola, donde lo necesitan porque están luchando contra el imperialismo. Vas a producir más, vas a trabajar más, te vas a esforzar más y no te lo vamos a dar a vos, y no te vamos a pagar más para que trabajes más, lo vamos a mandar a Angola. ¿Estás de acuerdo?. Y discutir esto en una asamblea de fábrica. Esto se hacía, esto propugnaba el Che, y lo contrario propugnaban los economistas soviéticos. Y claro, ustedes no se preguntan por qué se equivocaron tan escandalosamente, tan escandalosamente, personas que posan de serios y de inteligentes, cuando al día siguiente de la caída de la Unión Soviética, con una sonrisa de conmiseración, dijeron mañana se cae Fidel. ¿Por qué se equivocaron?. Y miren que no eran solamente los de la derecha. Una buena cantidad de genios progresistas de todo el planeta y de este país dijeron, sin ningún lugar a dudas, Fidel se cae mañana, Cuba se cae mañana. Y durante varios años nadie abrió la boca en torno de esto, muy pocos eran los que abrían la boca para decir que esto no se cae. ¿Por qué no se cayó?. Se morían de hambre los cubanos después de la caída de la Unión Soviética. Pasaban hambre todos los días. ¿Por qué no se dieron vuelta contra su gobierno?. Los cubanos tienen armas en las fábricas. ¿Por qué no usaron las armas contra su gobierno?. Porque tenían una cosa acá adentro, y la tenían porque producían de una manera diferente. Por eso decía que no se puede ni tomar el poder, ni mantener el poder, ni construir una sociedad diferente si no se tienen instrumentos científicos para hacerlo, y ésa es la lección extraordinaria del Che. Probablemente la más rica de todas. Escúchenlo ahora, leánlo a Fidel cuando reivindica el pensamiento del Che en esto. ¿Y por qué los obreros soviéticos votaban con las dos manos para el retorno al capitalismo?. Porque eran explotados, porque trabajaban en sus fábricas como se trabaja en una fábrica capitalista. Y sin ninguno de los beneficios que se tienen en las sociedades capitalistas desarrolladas, aunque sí muchos beneficios en el plano material, ninguna duda, que han perdido ahora de manera total. Pero estaban en contra porque no habían entendido qué cosa era el hombre nuevo. Es un tema muy difícil. No quiero ocupar el tiempo que le corresponde a Claudia, así que termino aquí.
G. Cieza:
Hay otra pregunta: En esta lucha contra el imperialismo planteada por el Che, ¿adónde queda el imperialismo ruso y qué plantea el Che sobre la Unión Soviética en su momento?.
C. Korol:
Yo voy a tratar de responder volviendo de nuevo al Che y no haciendo interpretaciones de lo que el Che pensaba. Primero, el Che nunca se refirió a la Unión Soviética como imperialismo ruso. Y yo diría que hubo dos momentos, para simplificar, en el análisis que hizo de lo que sucedía allá. El primero se los voy a leer. Les voy a leer un párrafo de un discurso que hace a las juventudes el 28 de julio de 1960, donde él dice: Que países como Cuba en este momento, países revolucionarios y nada moderados, pueden plantearse la pregunta de si la Unión Soviética o si la China Popular es amiga nuestra, y no pueden responder en una forma tibia. Tienen que responder con toda la fuerza que la Unión Soviética, la China y todos los países socialistas, y aún muchos otros países coloniales o semicoloniales que se han liberado, son nuestros amigos, y que en esa amistad, en la amistad con esos gobiernos de todo el mundo es que se pueden basar las realizaciones de una revolución americana, porque si a nosotros se nos hubiera hecho la agresión que se nos hizo con el azúcar y el petróleo y no existiera la Unión Soviética que nos diera petróleo y nos comprara azúcar se necesitaría toda la fuerza, toda la fe y toda la devoción de este pueblo que es enorme para poder aguantar el golpe que eso significaría. Esto lo dijo en el 60.
Él después hizo varios viajes, participó a nombre del gobierno cubano de la discusión de numerosos tratados de intercambio, y en ese proceso él pasó a una posición crítica, por lo menos mucho más crítica de lo que decía en este momento, que se expresa, sobre todo, en un discurso en Argel, que él hace en 1965, en el que dice, hablando de la relación de los países llamados socialistas y los países que se liberan: Cómo puede significar beneficio mutuo vender a precios del mercado mundial las materias primas que cuestan sudor y sufrimientos sin límites a los países atrasados y comprar a precios del mercado mundial las máquinas producidas en las grandes fábricas automatizadas del presente. Si establecemos este tipo de relación entre los dos grupos de naciones debemos convenir en que los países socialistas son en cierta manera cómplices de la explotación imperial. Se puede argüir que el monto del intercambio con los países subdesarrollados constituye una parte insignificante del comercio exterior de estos países. Es una gran verdad pero no elimina el carácter inmoral del cambio. Los países socialistas tienen el deber moral de liquidar su complicidad tácita con los países explotadores de occidente. Y después dice: Si nos preguntan cuáles son los métodos para fijar precios equitativos no podríamos contestar, no conocemos la magnitud práctica de tal cuestión, sólo sabemos que después de discusiones políticas la Unión Soviética y Cuba han firmado acuerdos ventajosos para nosotros mediante los cuales llegaremos a vender hasta cinco millones de toneladas a precios fijos superiores a los normales en el llamado mercado libre mundial azucarero. La República Popular China también mantiene los precios de compra.
Después de este discurso de Argel hay otro momento en que él se refiere a la Unión Soviética y a China, que es lo que antes yo mencionaba en el "Mensaje a los pueblos del mundo" que realiza a través de la Tricontinental, y donde él lo que hace, se los voy a leer también, es una crítica a las consecuencias de la división entre la China y la Unión Soviética para los países que luchan por su liberación. Él dice así: La solidaridad del mundo progresista para con el pueblo de Vietnam semeja la amarga ironía que significaba para los gladiadores del circo romano el estímulo de la plebe. No se trata de desear éxitos al agredido sino de correr su misma suerte; acompañarlo a la muerte o a la victoria. Cuando analizamos la soledad vietnamita nos asalta la angustia de este momento ilógico de la humanidad. El imperialismo norteamericano es culpable de agresión... ¡Ya lo sabemos, señores! Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam un pacto inviolable del territorio socialista, corriendo, sí, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una guerra de denuestos y zancadillas comenzada hace ya buen tiempo por los representantes de las dos más grandes potencias del campo socialista.
Quería leerlo porque me parece que es la forma más clara de decir qué es lo que él pensaba. Efectivamente, él fue crítico hacia la Unión Soviética. No fue una visión, en todo caso, que la ubicara dentro del campo del imperialismo, pero sí ubicaba que la falta de la solidaridad, el deterioro del internacionalismo, eran elementos que golpeaban y que agredían a las fuerzas que luchaban por su liberación. Y fue particularmente crítico del significado que tenía, digamos, la contradicción entre la Unión Soviética y China para el conjunto del movimiento revolucionario mundial.
G. Cieza:
Acá tenemos una pregunta para Luis Bilbao, que dice: ¿La propiedad de los medios de producción soluciona desigualdades, quién distribuye, por qué modelo marxista deberíamos pelear, por el ruso, el cubano, etc. o uno superador?. Dentro del comunismo, ¿cómo se entienden las libertades?. Cuando Marx realiza su análisis del sistema capitalista en 1848 aproximadamente no tiene en cuenta la inclusión de los individuos en la sociedad de consumo, ¿cómo se puede analizar esto?. Son varias preguntas.
L. Bilbao:
Bueno, dos palabras, sin embargo, antes, respecto de la pregunta anterior. Me parece que lo leído por Claudia es categórico respecto de que la crítica del Che a la Unión Soviética era muy cruda, muy cruda, pero fíjense que no habla de imperialismo soviético. Y una de dos: o la corriente política que hace esta pregunta o que sostiene esta posición y que genera, digamos, esta pregunta, cree que el Che era un cobarde y un hipócrita y que por eso no decía las cosas como las pensaba; o concluye definitivamente que el Che no pensaba que la Unión Soviética era un imperialismo. Mi interpretación es muy clara. El Che no pensaba que fuera el imperialismo, porque el Che era marxista. El Che era marxista, y el pensamiento marxista está muy elaborado en torno de la teoría del imperialismo, y realmente hay que desconocerlo, o desecharlo, o manipularlo, para pretender poner en el cuadro del pensamiento marxista la noción de que la Unión Soviética era un imperialismo, como el imperialismo estadounidense. Es una vieja polémica que llevamos con estos compañeros, a los que respetamos y aun estimamos, como estimamos a cualquier luchador. Pero es hora de que los compañerros que esgrimen esta posición saquen conclusiones acerca de las horribles deformaciones políticas que ellos mismos han tenido, de las tremendas desviaciones políticas concretas que han tenido en los últimos 30 años, por aferrarse a una categoría acientífica, antimarxista, como ésta, que además tiene hoy, en el terreno político, nada más y nada menos que la intención de separar a Fidel del Che. No se puede permitir esto, no se puede permitir, es muy grave. Lo discutimos con tranquilidad, pero la verdad es que tendríamos ganas de usar argumentos más crudos, porque es mucho lo que está en juego y no es inocuo intentar separar al Che de Fidel. No lo vamos a permitir, compañeros.
Bueno, las preguntas del compañero son muchas y son muy profundas. No sé si voy a tener tiempo para desarrollarlas convenientemente. La primera es si la propiedad, la propiedad colectiva, supongo que quiere decir, de los medios de producción soluciona las desigualdades. Bueno, yo creo que la pregunta está mal planteada. Sin la propiedad colectiva de los medios de producción no se pueden solucionar las desigualdades. Esto no presupone que se colectivizan los medios de producción y al día siguiente las desigualdades se terminan. El proceso de restauración o el proceso de, como diría Marx, pasaje de la prehistoria a la historia de la humanidad no puede ser un acto automático, pero la condición para poder hacer ese pasaje, para acabar con las desigualdades inhumanas que nos separan hoy, es la propiedad colectiva de los medios de producción.
Pero el compañero pregunta, inmediatamente después, quién distribuye. Y aquí está el problema, porque toda esta idea nosotros la tenemos distorsionada a partir de que identificamos a la experiencia socialista, o como llama el compañero que escribe esto "el modelo", con lo que vimos en la Unión Soviética. Y realmente si hay algo distante de una sociedad socialista es lo que nosotros vimos en la Unión Soviética. La Unión Soviética había dejado atrás el capitalismo, había terminado con el capitalismo, había abolido totalmente el capitalismo, y esto de por sí significaba un salto impresionante en la historia de la humanidad, y un mejoramiento de las condiciones de vida material e intelectual de toda la población. Pero no era una sociedad socialista, porque le faltaba algo esencial para el socialismo que es el protagonismo de las masas en las decisiones, en todas las decisiones. Esto es justamente lo que discutíamos en torno del problema de la ley del valor, en torno del problema de los incentivos materiales. Las masas no participaban en la toma de decisiones, no ya para distribuir algo, sino también para producir, no participaban en la decisión de nada. En la Unión Soviética, y escuchen lo que voy a decir porque alguno va a saltar de la silla, y me va a poner números delante, en la Unión Soviética no había partido, no había sindicatos, no había organizaciones sociales de ningún género. Eran todos aparatos burocráticos donde no había la más mínima vida interna. Podían venir acá y decirnos los representantes soviéticos "vengo en representación de 250 millones de afiliados a la federación sindical soviética". Mentira. Claro que había 200 millones de afiliados, pero esos afiliados lo único que hacían era pagar una cuota que se la descontaban obligatoriamente, no había ninguna vida sindical en ningún lado. Entonces quién distribuye. Con el socialismo esto no tiene ninguna duda, para la teoría marxista no hay ninguna duda: distribuyen las masas, porque las masas hacen todo, ejercen democráticamente el gobierno. Quién distribuyó la miseria en Cuba en los últimos años. La espantosa miseria, quién la distribuyó, quién votó las leyes para permitir o no permitir tal o cual ingreso del capital extranjero. Ustedes me dirán el congreso. Es cierto, la Asamblea Nacional cubana votó todas esas leyes. Pero antes que la votara la Asamblea Nacional, es decir los diputados elegidos por un proceso tan democrático, tan minuciosamente democrático que no lo puedo explicar porque me llevaría mucho tiempo, pero que es verdaderamente democrático; esos diputados, sin embargo, muy democráticamente electos, no resolvían sino después de que todas esas leyes fueran estudiadas, debatidas y votadas en lo que se llamó los parlamentos obreros, asambleas de fábricas, asambleas estudiantiles, asambleas barriales, asambleas en el campo. Quién distribuye: el pueblo organizado. Entonces éste, yo no diría que es el modelo ideal, está preñado de deformaciones lo que se llamaría, no me gusta la palabra modelo, el régimen político cubano está preñado de deformaciones. No es gratuito haber estado tantos años en una feroz dependencia como explica el texto que recién leía Claudia respecto de la Unión Soviética, penetraron muchísimas ideas del stalinismo en Cuba. Y en 1984, Fidel hace un doble movimiento. En primer lugar, produce una serie de hechos para intentar rescatar el pensamiento económico del Che y ponerlo en discusión ante las masas ubanas. Y en segundo lugar, lanza un proceso, parte del mismo fenómeno, que se llama "Proceso de rectificación de errores y desviaciones". Es decir, la principal autoridad del Partido Comunista de Cuba está diciendo hay errores y desviaciones muy graves en la sociedad cubana. Entonces no se trata de se nos cayó el modelo, insisto, uso la palabra modelo porque me lo ponen en la pregunta, no es mi léxico, pero bueno, se nos cayó el modelo soviético, ahora el modelo cubano. No, no. El modelo cubano es el fruto de una suma de fuerzas positivas y negativas, como lo será cualquier sociedad que podamos construir en el futuro.
Y lo que nosotros tenemos que luchar y para que esa relación de fuerzas, que en principio siempre es favorable al imperialismo hasta que se les quiebre el espinazo, para que esa relación de fuerzas pase por el eje de la democracia de los trabajadores, de la participación masiva de la población en la toma de decisiones. Y cuidado, cuando decimos democracia de los trabajadores, y acá vamos en contra de también una deformación ideológica de los últimos tiempos, estamos diciendo dictadura del proletariado. La palabra dictadura para nosotros tiene una carga tan negativa que muchos no la quieren usar, pero estamos hablando de ciencia política. Y en la ciencia política, dictadura del proletariado es lo contrario de la dictadura de la burguesía, porque la democracia burguesa es la dictadura de los capitalistas que nos permiten mientras no les hacemos mella. Es claro que no es lo mismo poder o no poder estar haciendo esta charla aquí. Pero dejen ustedes que esta charla se transforme en miles de charlas, y que los que están escuchando se transformen en millones de luchadores por el socialismo, y vamos a ver qué pasa con la democracia burguesa, vamos a ver cuán generosos son, y cuántos micrófonos nos van a prestar. Venimos a hablar acá pero no nos dan los micrófonos que les dan a los torturadores y a los asesinos. Podemos publicar nuestros periódicos con plata nuestra, con plata de los que no tienen dinero, pero no podemos escribir en Clarín, no podemos publicar en La Nación. Qué clase de democracia es ésa. Y qué pasa cuando los trabajadores y las masas populares, la mayoría inmensa de la población, toma el poder, ¿le va a dar a los que hoy ostentan el poder y ejercen su dictadura el derecho a que sigan haciendo lo que hacen?. Para ponerlo negro sobre blanco, el dueño de Clarín, ¿podrá seguir haciendo el Clarín que hace hoy?. No. Taxativa, absolutamente no. Ésa es la dictadura del proletariado. Se les permitirá la democracia, no habrá tortura, no habrá prisión injusta, habrá juicio derecho, justo juicio para cualquiera, pero no tendrán derecho a atentar contra la sociedad nueva los agentes de la sociedad vieja, y mientras esto sea necesario habrá una cantidad de problemas en la sociedad porque no es lo óptimo, no queremos esto, ellos nos lo imponen, porque ellos no ceden voluntariamente lo que tienen, y lo tienen todo. Excepto el futuro lo tienen todo. Bueno no sé si le habré respondido...
G. Cieza:
Hay una pregunta que se le ha hecho para Claudia Korol que dice: ¿Cómo se hace para crear un espacio de lucha diferente y contemplativo de la participación de los que decimos representar, todavía ajenos a cualquier forma de discusión o participación, y no quedarnos en meros encuentros de militantes y nada más?.
C. Korol:
Cuando tengamos la respuesta vamos a estar mucho más cerca de la victoria. Pero, en todo caso, sí una reflexión que me parece importante sobre esta pregunta, y es que entre las consecuencias del modelo neoliberal hay dos o tres elementos que tenemos que señalar. Una es que este modelo neoliberal lleva a la fragmentación de la sociedad. Es decir, el capitalismo en su etapa actual tiene como una de las consecuencias la fragmentación social, la fragmentación de los pueblos, la fragmentación de los trabajadores. Tiene como otra característica la exclusión, es decir, la marginación de la economía, de la cultura, de la política, de vastos sectores de la sociedad. Suma a la lógica tremenda de la explotación, la lógica de la exclusión, el capitalismo en esta etapa. Y otra de las consecuencias que podemos señalar es que favorece, desarrolla, promueve, una gran crisis de identidad, la crisis de identidad nacional, la crisis de identidad de los pueblos como pueblos, como trabajadores, como clase obrera. Entonces, a mí me parece que estamos necesitados de ir generando prácticas políticas que nos permitan superar la fragmentación, superar la exclusión, superar esta crisis de identidad. Y en tal sentido, con relación a la pregunta, creo que una de las claves va a ser no delegar las representaciones ni creer que se representa a nadie, sino constituir verdaderos sujetos colectivos que se presenten en la lucha de clases, no que se reperesenten por otros sectores, y en donde se pueda además de reivindicar, como decía, el pluralismo, la unidad, el protagonismo, ir vinculando más enérgicamente la unidad de teoría y práctica. Es decir, cómo hacemos para combinar las distintas formas de lucha que se vienen desarrollando en nuestro país. Y podemos hablar de Cutral Co, podemos hablar de Jujuy, podemos mencionar con estos espacios también de debate y de acción política y de lucha ideológica como pueden ser las Cátedras, cómo va naciendo un nuevo protagonismo, que yo entiendo que tiene que ver, además, con un factor generacional, es una nueva camada generacional que se va incorporando a las luchas y va nutriendo esta nueva ronda de la historia con sus factores propios y específicos. Entiendo que una política de creación de espacios de poder popular, donde se afirme el protagonismo, la democracia de base, la construcción de estos sujetos colectivos, puede ayudarnos a avanzar en esta pregunta que era decir, bueno, un camino de lucha diferente. Diferente y parecido. Parecido en tanto que retoma todas las viejas tradiciones de lucha, retoma la memoria, retoma nuestra historia de combate; y diferente en la medida que trata de superar los límites que podemos haber tenido, como la división, como la del sectarismo, como los dogmatismos, y que aún todavía nos están pesando. Entonces, superar todo eso, unirnos, me parece, superar la fragmentación y avanzar sobre la base de creer en nuestras propias fuerzas, creando espacios de poder popular, de construcción de una contrahegemonía que pueda ir desafiando a esta hegemonía que hoy ejerce el imperialismo. Entiendo que por ahí se puede ir haciendo una búsqueda.
G. Cieza:
Tengo otra pregunta para Luis Bilbao: Si a 30 años el marxismo pudo preveer la crisis del capitalismo actual, ¿cómo no previó su propia crisis y la caída de la Unión Soviética?.
L. Bilbao:
Creo que hay un desconocimiento de la literatura marxista. El marxismo previó con una precisión escalofriante la caída de la Unión Soviética. En 1935 fue publicado un libro titulado La revolución traicionada. Léanlo y asómbrense del poderío del pensamiento marxista. Y de entonces a ahora innumerables autores que tenían un problema, estaban contra el capitalismo y estaban contra el Partido Comunista de la Unión Soviética y los partidos comunistas que lo seguían en el mundo. Entonces no existían. No existían para los medios de difusión, no existían para las grandes masas. Pero ese pensamiento existe. Ese libro, La revolución traicionada, 1935, autor León Trotsky, que no es responsable de sus sucesores, como no lo es Marx de quienes se llaman marxistas. Lean La revolución traicionada y después discutimos a ver si el pensamiento marxista previó o no la caída de la Unión Soviética.
G. Cieza:
Les recuerdo que la próxima clase vamos a seguir viendo "Teoría y lucha contra el imperialismo". Va a ser el próximo sábado a partir de las seis de la tarde, casi seguro en este mismo lugar. Aparentemente hay problemas en la universidad, hoy parece que había una reunión en donde se juntaron 40 personas en la otra sala, y bueno, nosotros nos tenemos que amontonar acá. Esos son los problemas de funcionamiento. Cuando decíamos el otro día con respecto a esta Cátedra, a la universidad no le hace ninguna gracia esta Cátedra, es una conquista esta Cátedra, por eso hacemos todo lo posible por defenderla. Entonces a veces también pedimos disculpas por las incomodidades, pero creemos que éste es un lugar que estamos conquistando, no solamente por los temas que se presentan sino porque mucha gente que no viene a la universidad se hace presente acá.
Bueno, una pregunta. Es para Bilbao y dice: Piensa que seguir planteando sobre si el imperialismo ruso o no esto es encontrar alternativas o voluntad real de actividad política. No se entiende bien la pregunta.
Pregunta:
No, si piensa si seguir planteando sobre el imperialismo ruso o no, es por no querer encontrar voluntad de querer avanzar sobre otras cuestiones.
L. Bilbao:
En realidad, ya dije lo que pienso sobre eso. Puede ser falta de voluntad o puede ser otra cosa, no lo sé. No juzgo voluntades o conductas subjetivas, juzgo hechos objetivos. El hecho objetivo, como dije fue grave.
G. Cieza:
Bueno, si no hay más preguntas damos por terminada esta tercera clase. Los esperamos el sábado que viene. Muchas gracias a todos.
Bibliografía
Teoría y lucha contra el imperialismo
1- Ernesto Che Guevara. Obras escogidas. 1957-1967. Tomo II. Ediciones Políticas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991. "Táctica y estrategia de la Revolución Latinoamericana" (pp. 493-506).
2- Paco Ignacio Taibo II. Ernesto Che Guevara, también conocido como el Che. Planeta. Joaquín Mortiz. 1996. Cap. 35: "El redescubrimiento de África" (pp. 510-517).
3- Ernesto Che Guevara. Obras escogidas. 1957-1967. Tomo II. Ediciones Políticas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991. "En la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas: discurso y contrarréplica" (pp. 541-571). "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental" (pp. 584-598).
4- C. Wright Mill. Escucha, yanqui. La Revolución en Cuba. Fondo de Cultura Económica. México-Buenos Aires. VIII. "¿Qué significa “yanqui”?" (pp. 168-186).
5- Jean-Paul Sartre. Prefacio, en: Frantz Fanon. Los condenados de la tierra. (pp. 7-29). Fondo de Cultura Económica. México-Buenos Aires.
6- José Gabriel Vazeilles. "Economía e ideología en la crisis de fin de siglo". Seminario "Marxismo y capitalismo hoy: Modernidad y crisis". Montevideo, mayo de 1996.
7- Juan José Hernández Arregui. Nacionalismo y liberación. Metrópolis y colonias en la era del imperialismo. Corregidor. "Los organismos internacionales financieros" (pp. 262-279).
8- Gabriel Fernández. "Década del 60: Juan José Hernández Arregui. El combate contra el coloniaje cultural". En periódico Madres de Plaza de Mayo. Noviembre de 1990. (pp. 15-18).
9- Texto completo del reportaje que la revista argentina Che le efectuara en La Habana a John William Cooke en setiembre de 1961. "Hoy somos un apéndice del imperialismo". En periódico Madres de Plaza de Mayo. Octubre de 1990. (pp. 17-18).
10- Fernando Martínez Heredia. "El mensaje 30 años después". (A propósito del "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental", del Che Guevara). En Tricontinental, año 31, abril de 1997.
11- Fernando Martínez Heredia. "Balance y recreación del socialismo". En América Libre, Nº 10, enero de 1997.
Los cuadernillos de las desgrabaciones y de los textos que se indican en la bibliografía están disponibles para consulta en la Biblioteca Popular Héctor Germán Oesterheld.
Anexo
EL PENSAMIENTO DE JOHN WILLIAM COOKE
John William Cooke nació en 1919 en La Plata.

En 1945 se unió al peronismo, integrando posiciones nacionalistas y antiimperialistas con los rasgos democráticos y populares de su tradición radical. A los 26 años es elegido diputado nacional. En el Congreso sostuvo la necesidad de la planificación, criticando al liberalismo económico, apoyó la nacionalización del Banco Central y de los depósitos bancarios, así como la repatriación de la deuda externa.
Las disidencias y críticas a burócratas le imposibilitaron acceder a un nuevo período como legislador. En 1954, desde la revista De Frente, se opone a los contratos petroleros, apoya críticamente el proceso de liberación nacional, condena el imperialismo y ratifica sus posiciones latinoamericanistas.
Luego del golpe de 1955, es uno de los principales referentes de la Resistencia Peronista, impulsando acciones para lograr la vuelta de Perón y retomar el poder. Es detenido pero se fuga del penal de Río Gallegos y se traslada a Chile. Perón lo nombró su representante.
En 1958 apoyó una importante huelga petrolera y en 1959 participó de la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, contra su privatización, convocando a una huelga general.
En 1960 viajó a Cuba y conoció al Che. Allí defendió a la Revolución de la invasión de los yanquis en la Bahía de los Cochinos. En su pensamiento se observa un salto desde el nacionalismo revolucionario al socialismo latinoamericano, y plantea que la cuestión nacional está unida a la cuestión social.
Regresó en 1963 con una concepción claramente marxista. Es partidario de un socialismo adecuado a las circunstancias latinoamericanas. Sostiene que para lograr el triunfo de los movimientos de masas son necesarias una teoría revolucionaria, organización y métodos de lucha revolucionarios. La falta de una teoría adecuada a la situación fue un déficit que le costó la caída al peronismo y es una dificultad para la toma del poder. Escribe sobre el papel de la lucha armada en relación con la lucha de masas, criticando el espontaneísmo y el vanguardismo desconectado de las bases.
Mantuvo una extensa correspondencia con Perón, señalándole que en el movimiento coexistían proyectos distintos y que tarde o temprano estallarían las contradicciones. Cooke no acuerda con Perón sobre el papel de los dirigentes partidarios y le transmite la invitación para trasladarse de Madrid hacia Cuba.
Insiste reiteradamente en el problema de la falta de organización política y de una definición ideológica: el peronismo es un gigante invertebrado y miope. Cuestiona a la burocracia oportunista y se pregunta qué significará ser peronista cuando Perón no esté. Señala que el peronismo es el hecho maldito del país burgués y que, aunque se trata de un movimiento policlasista, es la clase trabajadora la que lo debe conducir.
Cooke se relacionó con diferentes sectores de la línea combativa del peronismo y desde Acción Revolucionaria Peronista trabajó en la formación de militantes.
Presidió las delegaciones argentinas a conferencias de solidaridad con Cuba. En nuestro país fue el hombre de confianza del Che para su proyecto político que comprendía a toda América Latina.
Murió el 19 de septiembre de 1968, a los 48 años. Ese día, un contingente guerrillero de las Fuerzas Armadas Peronistas es sorprendido por la represión cuando se entrenaba en Taco Ralo, Tucumán. Muchos militantes revolucionarios tuvieron una estrecha relación con el "Gordo" o el "Bebe", y Cooke fue el referente ideológico de la izquierda revolucionaria peronista de la década del 70.
COOKE POR COOKE
* Cuando los pueblos pugnan por liberarse, ahondan en el escrutinio de su pasado... En el pasado buscamos afirmación, antecedentes, claves. Pero sabiendo que los desafíos históricos son constantes y renovados, y que cada generación debe responder a los suyos. La historia no está escrita por anticipado y el mundo se nos ofrece como inacabado para que lo construyamos en medio de la contingencia y el riesgo: está en nosotros que deje de ser un mundo de ignominia.
* Donde el liberal ve un mundo de armonías, el revolucionario ve un caos de desigualdades; donde el liberal ve una sociedad que debe preservarse, el revolucionario se propone reparar las desigualdades destruyendo el sistema que las origina... La democracia capitalista alega ser un orden natural. El revolucionario la considera un orden histórico y como tal modificable por el esfuerzo de la voluntad humana. La ideología liberal burguesa no es, por lo tanto, una inmanencia conocida por la revelación, ni el resultado último del proceso racional: es tan contingente como el mundo cultural del que nació y debe ser superada como prerrequisito para la eficacia revolucionaria.
* No se puede contentar a los pueblos con declaraciones en el sentido de asegurarles una igualdad política que contrasta con la desigualdad económica y menos aún, hacerles creer que para conservar la primera deben mantener la segunda. La famosa igualdad de oportunidades de las viejas teorías es un mito que sólo aparece en tránsito fantasmal de formulación teórica. Yo quisiera que alguien le dijese a los obreros de Tucumán, a los mensús, a las clases proletarias, que ellos tienen igualdad de posibilidades porque nadie les impide veranear en Mar del Plata o especular en la Bolsa.
* Toda revolución es el final de un proceso, y hasta que llega ese triunfo total, solamente se anotan éxitos parciales y algunos, que parecen fracasos, también aportan al triunfo final. Pero mientras una concepción burocrática renuncia al triunfo total, resignándose sólo a los pequeños éxitos parciales, la línea pseudo revolucionaria busca sólo apoteosis totales, por encima de las condiciones –cualesquiera sean– que se den en un momento dado: tampoco concibe la revolución como proceso, la concibe como suceso fulminante sin que antes medien los sacrificios y las tareas revolucionarias que no lucen, la acción anónima de miles de militantes.
* La lucha por la liberación parte de la determinación del enemigo real: el imperialismo, que actúa a través de la oligarquía nativa y de los engranajes políticos, económicos y culturales a su servicio. En primer plano aparecen, indisolublemente unidas, la cuestión nacional y la cuestión social. Una no puede resolverse sin la otra.
* Nosotros no tenemos ningún deseo de ser reprimidos. Nos gustarían las soluciones pacíficas y sin víctimas. Pero no somos quienes hemos cerrado esa posibilidad: es la oligarquía, el imperialismo, los gendarmes de la explotación... No llamamos a ninguna aventura desesperada. Llamamos a la lucha que comienza por esclarecer conciencias, proclamar las verdades y hablar por los que callan cuando deberían orientar a la masa.
* El pensamiento latinoamericano no puede ser sino revolucionario. En cuanto deje de serlo, se niega a sí mismo, porque admite como inmutable la situación que nos oprime.
* El imperialismo prefiere que persistan los carcomidos andamiajes de la democracia sin pueblo, porque sus presidentes de cotillón, sus parlamentos de kermese y sus jueces sordomudos, son la mejor garantía de que todo seguirá igual para los pobres y para los ricos.
* El pueblo tendrá que ir encontrando su estrategia propia, que sea común a todas las fuerzas que desean un país liberado... que asegure la justa distribución de la riqueza, una auténtica democracia, la liberación frente al imperialismo. Los obreros están en esta lucha, junto con una parte de la clase media y la burguesía no vinculada al imperialismo. Hay muchos que desean participar e incorporarse activamente. En medio de la tormenta, nos iremos reconociendo.
* El régimen no puede ser cuestionado desde sus mismos valores... Una de las condiciones para que la clase obrera asuma la conducción del proceso nacional... es el rechazo de las formas ideológicas que corresponden a la organización económica social vigente y la creación de una visión del mundo propio: eso es la teoría revolucionaria... conocer el mundo a través de sus propios valores y no de valores ajenos. La teoría revolucionaria es lo que junto con la organización revolucionaria y los métodos de lucha dan el triunfo a los movimientos de masas.
* Una concepción nacional es aquella capaz de plantear originalmente la revolución sin trasladar mecánicamente conclusiones que fueron válidas en otro cuadro histórico-social; a nadie se le ocurre que tenga que ser una construcción hecha con elementos conceptuales surgidos como productos nativos. Lo que hace que una ideología sea foránea, extraña, exótica, antinacional, no es su origen sino su correspondencia con la realidad nacional y sus necesidades. El liberalismo económico era antinacional no porque lo inventaron los ingleses, sino porque nos ponía en manos de ellos.
* Somos peronistas porque está Perón. Cuando Perón no esté, ¿qué significará ser peronista? Cada uno dará una respuesta propia y esas respuestas no nos unirán, sino que nos separarán. Tal vez nos encontremos en los homenajes recordatorios, pero entre un partidario de las "conciliaciones" que propugnan los obispos y un revolucionario, no hay otro campo de entendimiento: estamos en diferentes barricadas y como la lucha es muy aguda, no nos saludaremos como caballeros medievales sino que nos degollaremos, como corresponde a enemigos irreconciliables.
* El peronismo de pura figuración y cálculo, de caballeros, ese peronismo sin angustia, sin el pensamiento puesto todo el día y todos los días en el drama argentino, es un merengue decorativo que sería útil si adentro de la torta hubiese una bomba, pero cada vez hay más merengue y no va quedando sitio para la bomba. Tenemos líder revolucionario y una masa revolucionaria pero, también, una capa burocrática –sindical, política y administrativa– que actúa de aislante y no de mecanismo de transmisión, de freno y no de ejecutora de la política revolucionaria.
* No sabemos si este movimiento es "subversivo", eso es una cuestión de terminología y en los países coloniales son las oligarquías las que manejan el diccionario.
* Yo viviré, como recuerdo, durante el tiempo que me tengan en su memoria las personas que de veras me han querido; y en la medida en que he dedicado mi vida a los ideales revolucionarios de la libertad humana, me perpetuaré en la obra de los que continúen esa militancia.
APUNTES SOBRE EL CHE

A los revolucionarios nos debe turbar la presencia del Che Guevara, que encarna la conciencia moral de los hombres de América, y enfrenta consigo mismo a cada uno de nosotros... América está demasiado llena de varones prudentes, administradores prolijos del buen sentido y la verdad revolucionaria por igual... Y
que están tan muertos como las ideas que exponen con la seguridad de los que jamás ven nada.
Rechazamos la actitud de singularizar a Guevara como el propugnador del "foco guerrillero" y basar en ello su valorización como teórico revolucionario. Lo que enseñó con la palabra y la acción fue mucho más amplio y trascendente: la urgencia de la lucha armada para conquistar la libertad; la posibilidad que se le abre hoy a muchos continentes subdesarrollados para terminar con las estructuras de la dominación colonial y la injusticia social; la concepción de una estrategia común contra un enemigo que universaliza su opresión y debe ser combatido por medio de frentes de lucha que se vayan abriendo en todos lados ("hay que crear dos, tres, muchos Vietnam"); el papel de las vanguardias, definidas en función de sus praxis y encaminadas a
desatar las energías de los pueblos para oponer su violencia a la de las clases dominantes; la falacia de confiar a procesos ajenos a nuestra voluntad el advenimiento de un nuevo orden político-social; la formación del Hombre Nuevo estimulando el desenvolvimiento de los valores morales alienados en la deshumanización de la sociedad clasista; la solidaridad como base de la convivencia en la construcción del socialismo y de las relaciones entre movimientos y países revolucionarios.
Era un hombre común, surgido de nuestro medio: rosarino, estudiante, asmático, jugador de rugby, ciclista, lector de El Gráfico, con una visión de la realidad argentina donde se mezclaban aciertos y alienaciones distorsionantes... Mantenía, con respecto a sí mismo, una actitud crítica, algo sobradora y burlona, como correspondía a su idiosincrasia cordobesa-porteña que rechazaba lo ampuloso y solemne. La Revolución Cubana es el heroísmo pero, también, la alegría y la irreverencia, porque para construir lo nuevo hay que perder el respeto a los ídolos del viejo orden y arrasar con las fachadas que encubren su avaricia. El
Che ponía su mordaz acento rioplatense en ese desprecio a los prejuicios y convencionalismos. Como presidente del Banco Central tuvo que firmar los nuevos billetes que sustituyeron a los de la emisión previa y estampó su rúbrica: "Che".
En ese atroz vacío de octubre, nuestra vida clamaba contra la injusticia de que el Comandante Guevara hubiese caído cuando aún no era su tiempo de morir... Sin embargo, a través del mundo las voces revolucionarias coincidían en afirmar una sola verdad esencial, que rescataba el sentido del luto colectivo: vibraba en las conciencias la convocatoria del Che para los compromisos totales de la lucha liberadora.
El Che seguirá formando parte de nuestra circunstancia mientras haya quienes compartan ese proyecto para la transformación del mundo, que él enriqueció teóricamente y sirvió hasta las últimas consecuencias.
John William Cooke
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. Especial a 30 años de la muerte de Cooke - 19/9/98
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